Rivas publica dos historias sobre emigrantes y n¨¢ufragos
Punto de vista antit¨®pico
A Manuel Rivas le gustar¨ªa que el escudo de Galicia llevase la inscripci¨®n: "Emigrantes y N¨¢ufragos". Dos tristes y heroicos papeles entre los que el escritor coru?¨¦s (1957) ha descubierto un secreto parentesco. Hay una corriente humana que une a los arrojados al mar y a los extraviados en tierra ajena, y sobre ella construye Rivas la miscel¨¢nea de su ¨²ltimo libro, A man dos pa¨ª?os (Edici¨®ns Xerais), en el que se re¨²nen una novela corta, un reportaje period¨ªstico y una pieza de un g¨¦nero in¨¦dito en el autor: el "relato fotogr¨¢fico".Los pa¨ª?os son el ave marina m¨¢s peque?a de Europa y la ¨²ltima conexi¨®n con tierra que sienten los marineros cuando se adentran en el oc¨¦ano. Ning¨²n otro p¨¢jaro se aventura tan lejos de la costa, a la que los pa¨ª?os s¨®lo acuden para anidar. Castro, emigrante gallego en Londres, se hizo tatuar tres pa¨ª?os entre los dedos ¨ªndice y pulgar. Ese personaje de ficci¨®n y ese s¨ªmbolo estampado en la piel de sus manos son las dos figuras sobre las que se construye el relato principal del libro y el que da t¨ªtulo al conjunto.
La historia de A man dos pa¨ª?os obsesiona a Rivas desde hace tiempo, hasta el punto de que la ha reescrito varias veces. Primero fue un breve cuento en gallego, luego un relato por entregas que public¨® en este peri¨®dico el pasado verano, finalmente se ha quedado en lo que su autor define como una "novela corta" y a¨²n es posible una nueva revisi¨®n cuando salga en castellano la pr¨®xima primavera. El escritor ha vivido durante el ¨²ltimo a?o en los escenarios londinenses de la historia.
Los protagonistas son gallegos que emigraron a Londres en la ¨¦poca de los Beatles y que se ganan la vida como camilleros de hospital. "He pretendido adoptar un punto de vista antit¨®pico sobre la emigraci¨®n", explica el autor, "mi visi¨®n es desmitificadora de ese mundo. No he querido hablar de la morri?a, porque en la ¨¦poca en que transcurren los hechos muchos de los que emigraban a Londres iban buscando una libertad que no ten¨ªan en el mundo s¨®rdido del franquismo. Por eso, cuando regresan, no se encuentran una tierra ideal, sino una realidad algo b¨¢rbara". Rivas se atreve tambi¨¦n con la fotograf¨ªa. El segundo relato, O ¨¢lbum furtivo, es puramente visual, el resultado de las excursiones de Rivas por los mismos lugares de Londres y A Coru?a donde transcurre la historia anterior. El escritor trata de invertir el proceso literario: aqu¨ª est¨¢ primero el "paisaje mental y sentimental" de la ficci¨®n, y luego se le busca una correspondencia real. De paso, muestra el "verdadero realismo m¨¢gico de nuestra ¨¦poca": las im¨¢genes publicitarias insertadas en los espacios urbanos.
Os n¨¢ufragos, la pieza final, es un reportaje sobre seres reales y cierra el c¨ªrculo abierto por la emigraci¨®n. Los que se vieron perdidos en el oc¨¦ano y los que abandonaron su tierra comparten, seg¨²n Rivas, una experiencia esencial: "Ambos sufren una p¨¦rdida, pero ambos vuelven a nacer".
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