Jos¨¦ Cura califica de "grupejo reunido en un bar" a los que protestaron por su actuaci¨®n en el Real
El tenor argentino est¨¢ en conversaciones con el teatro para cantar dos ¨®peras en 2002
"Fue un grupejo reunido en un bar. Que el p¨²blico saque sus propias conclusiones", afirm¨® ayer el tenor argentino Jos¨¦ Cura en un comunicado redactado antes de marcharse a la ?pera de Z¨²rich para ensayar Fedora. El altercado con un sector del p¨²blico de la ¨²ltima representaci¨®n de Il trovatore, el martes por la noche en el Teatro Real, cuando el tenor se enfrent¨® a algunos espectadores, no dio pie a que los responsables del teatro hicieran ning¨²n comentario oficial de repulsa. Es m¨¢s, ahuyentaron los temores de no volver a ver al tenor en Madrid: ¨¦ste negocia dos ¨®peras para 2002.
El esc¨¢ndalo dio la vuelta al mundo. Y Cura, ayer -lejos de disculparse y ante la insistencia de los medios de comunicaci¨®n para que explicase lo ocurrido el martes por la noche en el Teatro Real, cuando se dirigi¨® durante cuatro minutos a un sector del p¨²blico que le recrimin¨® su actuaci¨®n en la ¨®pera de Verdi, antes de partir hacia Suiza para preparar su pr¨®ximo compromiso-, dej¨® escrita una nota p¨²blica para que la gente saque sus propias conclusiones. El comunicado dice textualmente as¨ª:"Respeto y apruebo el derecho democr¨¢tico a la opini¨®n. Pero, con el mismo car¨¢cter de democracia, exijo que ese derecho sea ejercido a la luz, a cara descubierta y con honestidad de criterios. No quiero entrar en si el tema de la prestaci¨®n art¨ªstica fue o no merecedora de semejante falta de respeto. Para eso existe, gracias a Dios, el testimonio grabado de la actuaci¨®n de anoche [por el martes]. Dejo al p¨²blico sacar sus propias conclusiones".
"Y, hablando de sacar conclusiones, os dejo una pregunta motivada por la curiosidad de los hechos: si sistem¨¢ticamente, no s¨®lo cuando canta Cura, estas cuatro o cinco personas se manifiestan solamente el d¨ªa de la premi¨¨re, pues est¨¢ la prensa, y el d¨ªa de la radio y la televisi¨®n, por razones obvias, ?no ser¨¢ que este famoso derecho democr¨¢tico a la opini¨®n se utiliza como cortina de humo para encubrir bien otras intenciones? Va a terminar siendo que las sospechas levantadas por un peri¨®dico la semana pasada son ciertas: un testigo hab¨ªa o¨ªdo a este grupejo tramar sus malas intenciones en un bar de la zona antes de escuchar la funci¨®n y, por lo tanto, sin saber todav¨ªa si la utilizaci¨®n de este derecho a la protesta hubiera sido necesaria. De nuevo, a vosotros toca sacar las conclusiones".
"Aprovecho para pedir disculpas a todo el resto del p¨²blico, a quien amo, por si mi exabrupto de anoche les perturb¨®, pero es que ciertas injusticias juegan divertidos juegos con la adrenalina de los toreros de raza".
Y dicho esto, el tenor, a quien se empieza a conocer como el Maradona de la ¨®pera, parti¨®. El suceso no mereci¨®, seg¨²n los responsables de comunicaci¨®n del Teatro Real, m¨¢s que comentarios anecd¨®ticos en la reuni¨®n del patronato que tuvo lugar ayer en los despachos del recinto. "Se trat¨® de manera tangencial, porque no estaba en el orden del d¨ªa", coment¨® Felipe Santos, el nuevo director de comunicaci¨®n del centro. S¨ª aclar¨® que el tenor, vecino de Madrid, ciudad a la que se ha trasladado con su familia hace un a?o, volver¨¢ al teatro. Algo por lo que sus fans en la capital del reino tem¨ªan ayer, despu¨¦s de conocer el altercado.
Cura, que debut¨® en el Real la temporada pasada con Otello, otra ¨®pera de Verdi, ha sido una de las apuestas fuertes del actual director art¨ªstico del coliseo oper¨ªstico, el maestro L. A. Garc¨ªa Navarro, las dos ¨²ltimas temporadas y lo es para el a?o de su despedida del cargo, prevista para 2002. Para entonces, el argentino est¨¢ en negociaciones para cantar Pagliacci, de Leoncavallo, y Cavaleria rusticana, de Mascagni, seg¨²n confirmaron ayer en el teatro.
Babelia
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