Turismo ecum¨¦nico por las calles de Barcelona
Con un mapa en la mano y una c¨¢mara fotogr¨¢fica colgada del cuello, miles de j¨®venes participantes en el encuentro de Taiz¨¦ han invadido estos d¨ªas las calles de Barcelona en busca de los puntos m¨¢s tur¨ªsticos de la ciudad. A la mayor¨ªa, la cita ecum¨¦nica les ha permitido pisar Barcelona por primera vez. "Es una ciudad maravillosa", exclamaba Anna, de Polonia, que aseguraba haber quedado enamorada de la Sagrada Familia."Los edificios y monumentos de la ciudad es lo que m¨¢s me atrae", explicaba Mateo. Este joven italiano hab¨ªa visitado el parque G¨¹ell, el monumento a Col¨®n, el puerto y otros lugares de la ciudad, pero admit¨ªa que no quer¨ªa irse sin haber paseado por los barrios m¨¢s pobres "para conocer la otra cara de Barcelona".
La mayor¨ªa de estos j¨®venes reconoc¨ªan no tener tiempo suficiente para recorrer la ciudad porque el encuentro cristiano les ha absorbido la mayor parte del d¨ªa. Sin embargo, muchos optaron por saltarse algunas de las sesiones previstas y aprovechar para hacer turismo. "Ya que estoy aqu¨ª, tambi¨¦n quiero disfrutar de la ciudad, tomar fotos, comprar recuerdos...", explicaba Joanna, de Polonia. En todo caso, la oraci¨®n de la tarde, a la que el s¨¢bado asisti¨® el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, era la cita que nadie quer¨ªa perderse.
La buena acogida que se les ha dispensado es uno de los aspectos m¨¢s destacados por los peregrinos, sobre todo por los que se han alojado en casas particulares. As¨ª han podido entablar una relaci¨®n m¨¢s estrecha con los ciudadanos de Barcelona y las poblaciones del ¨¢rea metropolitana. "Ayer nos quedamos charlando con la familia hasta las tres de la madrugada y esta ma?ana he sido incapaz de levantarme para ir a la oraci¨®n", explicaba Ulrike, una alemana de 22 a?os que se ha hospedado en Sabadell. "Nos tratan como reyes", a?ad¨ªa su compa?era Janine. Tambi¨¦n los que se han albergado en parroquias y escuelas se mostraban encantados con el recibimiento. "La gente es muy abierta y siempre est¨¢ dispuesta a ayudarnos cuando no sabemos c¨®mo llegar a una calle", aseguraba el croata Oliver. Pese a ello, algunos admit¨ªan que la poblaci¨®n parec¨ªa cansada de tanto ajetreo. "En ocasiones, he o¨ªdo comentarios despectivos o de burla sobre nuestra presencia", afirmaba Dorota, de Polonia.
La avalancha de j¨®venes se ha percibido especialmente en los medios de transporte. Una anciana que esperaba en el and¨¦n se llev¨® las manos a la cabeza a la llegada del metro, abarrotado de j¨®venes. "Est¨¢n por todas partes", comentaba la ciudadana, que aunque estaba orgullosa de que su ciudad fuera el punto de encuentro de miles de chicos, dec¨ªa que el bullicio empezaba a agotarla.
Lo que no conoc¨ªan muchos de los participantes en el encuentro era la vida nocturna de Barcelona. Los que se han alojado en parroquias o escuelas ten¨ªan que de llegar antes de las 23.00 horas. Pero no todos. Dorota y sus compa?eros estuvieron el viernes en un pub y esperaban repetir todos los d¨ªas. Los que han vivido en familia han procurado, "por respeto", regresar pronto al domicilio, despu¨¦s de la oraci¨®n de la tarde. "Por supuesto, tenemos ganas de conocer Barcelona por la noche", exclamaba Mateo.
La mayor¨ªa tuvieron que esperar hasta el domingo. Los voluntarios del encuentro ten¨ªan preparada una fiesta en cada parroquia para despedir el a?o.
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