"He jugado por dar placer al p¨²blico"
Est¨¢ impecable en la sede de la Asociaci¨®n de Veteranos del Real Madrid. Alfredo di St¨¦fano se siente c¨®modo en ese lugar, junto a los compa?eros de toda la vida, aquellos que jugaron con ¨¦l y aquellos a los que entreg¨® la antorcha. Todos se refieren a ¨¦l con admiraci¨®n, con la deuda de gratitud que se debe a un futbolista ¨²nico, el hacedor de un equipo inolvidable.
Pregunta. Ha sido un a?o de emociones intensas, de un reconocimiento universal. ?Le ha alterado la vanidad?
Respuesta. Ha sido una gran satisfacci¨®n, individual y colectivamente. Todo lo que se fructifica en este deporte es compartido. S¨ª, han tenido el detalle de nombrarme presidente honor¨ªfico, y s¨®lo puedo agradecerlo despu¨¦s de una larga carrera deportiva. En lo que se refiere a la designaci¨®n del Madrid como mejor equipo del siglo, es un reconocimiento a todos, no s¨®lo a los jugadores, tambi¨¦n a los directivos, empleados y simpatizantes. Estamos todos metidos en una misma olla.
P. Siempre ha hablado del f¨²tbol como algo relacionado con la solidaridad, con lo colectivo. Pero, ?en que posici¨®n se ha visto dentro de este engranaje?
R. Me veo como uno m¨¢s. Los que te catalogan son los aficionados, los periodistas, te ponen en el pedestal que ellos creen. Pero yo no me creo nada de todo esto. En mi caso, hice del hobby una profesi¨®n y me sali¨® bien. Nada m¨¢s.
P. ?C¨®mo define al jugador que fue?
R. Un colaboracionista, ?no? He intentado colaborar con mis compa?eros y con la instituci¨®n, porque yo he jugado por el placer del p¨²blico, para que disfrute. La mayor satisfacci¨®n de una persona es que t¨² hagas las cosas bien y que la gente disfrute en la tribuna. Es el no va m¨¢s. Vivimos en una colectividad y no te puedes abanderar en solitario, y decir: 'soy el mejor'. Te lo dicen, pero tampoco me lo creo. Yo era definidor cuando empec¨¦. Luego los t¨¦cnicos buscaron la manera de aprovechar las condiciones que ten¨ªa. La principal era la velocidad. Al principio, ten¨ªa que estar adelante. No me dejaban bajar a ayudar, pero yo siempre iba a buscar la pelota cuando no la ten¨ªa. Y vi que hab¨ªa jugadores extraordinarios, como Pedernera , Hidegkuti , Pontoni , que ten¨ªan caracter¨ªsticas parecidas a las m¨ªas, jugaban adelante y se retrasaban.
P. Se ve que era un estudioso del f¨²tbol.
R. Me gustaba fijarme. No vi de chico a Hidegkuti, pero ¨¦sa es la magia del f¨²tbol. Por entonces no hab¨ªa televisi¨®n, y all¨ª estaba Hidegkuti haciendo las cosas que hac¨ªa Perdernera en Argentina. Para m¨ª, Pedernera ha sido uno de los estrategas m¨¢s grandes del f¨²tbol argentino y mundial. Hidegkuti es la misma historia. Y eso es un reflejo de ver el f¨²tbol, porque este juego, por m¨¢s que te lo cuenten, no entra por el o¨ªdo. Entra por la vista. Yo v¨ª jugar a Pedernera y a Pontoni. Eran jugadores que marcaron un modelo que contrarrestaba el modelo defensivo del adversario. Y claro, en vez de que te marcaran encima, a presi¨®n, t¨² te liberabas. Si te ven¨ªa el defensa marcador, te lo atra¨ªas al medio campo y desmantelabas el orden defensivo.
P. ?Es cierto que en sus comienzos le pon¨ªan de siete o de nueve y que no estaba a gusto en ninguna de esas posiciones?
R. No me gustaba porque los delanteros centro eran rompedores, all¨¢ con los defensas, y a saltar de cabeza. Y el extremo derecha ten¨ªa la banda y es complicad¨ªsimo jugar de extremo. Pero me tuve que amoldar porque si quieres jugar te tienen que adaptar a las circunstancias y a lo que te dice el entrenador. Verdaderamente, del n¨²mero nueve no sal¨ª. Me qued¨¦ en el nueve, m¨¢s o menos retrasado, pero como goleador. Nunca perd¨ª de vista el ¨¢rea.
P. ?Lo suyo se relacion¨® con el aprendizaje del oficio o fue puro genio?
R. No, no. Esto se aprende. La caracter¨ªstica de River era toco y me voy. La gente dec¨ªa: 'este f¨²tbol no sirve para nada'. La gente quer¨ªa el dribling. En River, los jugadores que gambeteaban ten¨ªan poco que hacer en el club. Yo aprend¨ª all¨ª. Ve¨ªa a los mayores y me dec¨ªa: '?Uy! Qu¨¦ jugada hizo ¨¦ste!' Luego me iba al barrio y lo intentaba repetir con una pelota de goma. Tuve la suerte de caer en un equipo de grandes inventores.
P. Aquel River forj¨® un estilo que todav¨ªa se traduce en el juego actual del equipo. ?Es de los que creen que cada club obedece a una determinada identidad?
R. S¨ª, claro. En ocasiones, los t¨¦cnicos tratan de variar ciertos elementos del juego, pero la historia empuja fuerte. La prueba es que River tiene una caracter¨ªstica. Boca, otra, parecida a la de los ingleses. F¨²tbol r¨¢pido, profundo, potente. Es el p¨²blico el que exige a los equipos que jueguen de una determinada manera. El p¨²blico de River tiene el gusto del toque y la elegancia. La afici¨®n de Boca reclama otra cosa, el aluvi¨®n, el empuje.
P. Cuando lleg¨® a Espa?a, ?c¨®mo encontr¨® el f¨²tbol?
R. Cre¨ªamos que era m¨¢s pobre, m¨¢s rudimentario. Y no. Se trabajaba duro. Pasabas a un adversario y enseguida le ten¨ªas de vuelta. A muchos futbolistas suramericanos les pasabas de largo y no les volv¨ªas a ver m¨¢s. Ac¨¢ hab¨ªa un cambio de ritmo terrible.
P. En Espa?a se le tiene como el primer futbolista total. ?Incorpor¨® algo a su estilo en nuestro f¨²tbol?
R. Cuando vine aqu¨ª jugaba de delantero. Bajaba un poquito y ayudaba. Entonces se nos dec¨ªa que el delantero ten¨ªa que estar al lado del portero rival en todas las fotograf¨ªas. Fue una de las cosas que me dijo Samitier cuando llegu¨¦ a Espa?a. Que el p¨²blico quer¨ªa ver los lunes al delantero saltando en la fotograf¨ªa junto al portero. Pero por mis caracter¨ªsticas yo necesitaba echar una mano a mis compa?eros. Ve¨ªa que uno estaba cansado y le ayudaba en lo que pod¨ªa.
P. ?C¨®mo se generan las sociedades en un equipo?
R. Yo me entend¨ªa especialmente bien con Rial. Me juntaba a ¨¦l, y cuando recib¨ªa la pelota yo me escapaba, y sab¨ªa que me la iba a poner. Eso no depende del entrenador, ni de nadie. Eso es feeling. El jugador tiene que saber c¨®mo respira el compa?ero, c¨®mo siente. Es importantisimo. El conocimiento es fundamental: c¨®mo amaga, c¨®mo agacha los ojos, c¨®mo son los gui?os que tiene. Tienes que conocer el perfil de tu compa?ero, para dar y para recibir. Y aprender, porque nadie es perfecto. A todos nos faltan diez c¨¦ntimos para completar la peseta. En mi caso, en el salto de cabeza era irregular, aparte de que no me gustaba. La pelota al suelo, siempre me han dicho. Al piso. Uno tiene que corregir sus defectos.
P. Ha dicho que lo que m¨¢s le gustaba de este oficio era dar placer al p¨²blico. Eso supone una responsabilidad enorme.
R. Cuando me dec¨ªan que era un tipo hosco, lo que pasaba es que ten¨ªa una responsabilidad terrible. No es que fuera el que llevaba el equipo a cuestas, hab¨ªa varios que tambi¨¦n lo hac¨ªan. Pero la responsabilidad era muy grande porque hab¨ªa que ayudar a algunos muchachos. Yo no era el mandam¨¢s. Yo quer¨ªa que Gento, que Santamar¨ªa, que Z¨¢rraga, que Juanito Alonso, mandaran all¨ª. As¨ª se conduc¨ªa bien al equipo.
P. Y hab¨ªa que dar al p¨²blico el dinero que se hab¨ªa gastado. Lo que pasa es que ese af¨¢n de perfeccionismo debe ser angustioso.
R. No s¨¦ si angustioso, pero la responsabilidad interna era muy grande. Muchas veces sal¨ªa nervios¨ªsimo a la cancha. Un flan. Me acuerdo que Rial o Puskas me dec¨ªan: ?qu¨¦ te pasa?.
P. ?Nunca se relaj¨®?
R. En el f¨²tbol no te puedes relajar.
P. ?Ni cuando se obtiene un reconocimiento tan grande?
R. No, no. No vale eso. Cuando tienes un fallo, la verg¨¹enza es terrible para un jugador que se considera de primera l¨ªnea.
P. O sea, que adem¨¢s de responsable, pudoroso. Parece que nunca vivi¨® un partido de manera descansada.
R. Un drama, un pelicul¨®n. No nos fi¨¢bamos de nadie. Sab¨ªamos que el adversario m¨¢s peque?o era el m¨¢s peligroso.
P. ?Y la fatiga f¨ªsica? ?Era cierto que parec¨ªa invulnerable?
R. La palabra cansancio no existi¨® jam¨¢s para m¨ª. Siempre intent¨¦ estar bien preparado. Hay que reconocer que las condiciones m¨ªas eran naturales, tambi¨¦n. La gente me preguntaba: usted tiene velocidad y aguante. Yo les contestaba que le preguntaran a mi pap¨¢ y mi mam¨¢, qu¨¦ quiere que le diga. Esto viene de nacimiento, ?no?
P. Es evidente que sus compa?eros le han considerado el mejor, pero son sus rivales quienes m¨¢s le han elogiado.
R. Yo, con el adversario, era un enemigo a muerte. Ahora bien, siempre entend¨ª muy bien el esfuerzo y el sacrificio del adversario. El jugador que quer¨ªa hacer las cosas bien y no le sal¨ªan. Y cuando le sal¨ªan bien, sab¨ªamos que ten¨ªamos un elemento bueno como adversario.
P. ?Por qu¨¦ jugador rival sinti¨® especial debilidad?
R. Garay jugaba muy bien. Era un defensa que hac¨ªa cosas como si fuera un medio o un delantero. Un poco como Beckenbauer. Jugaba de maravilla.
P. ?Qu¨¦ papel atribuye a los jugadores y cu¨¢l a los t¨¦cnicos?
R. El t¨¦cnico tiene una idea, pero si el adversario te planta otra en el campo, c¨®mo no lo resuelvan los jugadores, no lo resuelve nadie. Es el problema que hay. Muchas veces los jugadores miran al banquillo y ven al entrenador haciendo ademanes. ?Y qu¨¦ hace? Si no se dan cuenta los jugadores del problema, no hay manera de arreglar el asunto. Porque hay algo que conviene explicar: el jugador tambi¨¦n se apoya en el t¨¦cnico para evitar responsabilidades. ?l me mand¨® y yo me salv¨¦. A m¨ª no me va eso.
P. Un dejaci¨®n de responsabilidades, vaya.
R. Claro. Que la agarre el t¨¦cnico.
P. Y tambi¨¦n se produce un efecto inverso. Ante la dejaci¨®n de los futbolistas, los entrenadores adquieren m¨¢s poder y notoriedad.
R. Y hacen muy bien. Tienen una responsabilidad grand¨ªsima, como si fueran el jefe de gobierno. Entonces la prensa aprovecha eso. ?Qui¨¦n habla con la prensa? El t¨¦cnico. Hace 30 o 40 a?os se conoc¨ªa a los t¨¦cnicos, pero no como ahora.
P. Ahora todo el mundo lleva un t¨¦cnico dentro. En la prensa, en los bares, se habla de sistema, de t¨¢ctica...
R. El f¨²tbol est¨¢ ya en la cocina de casa, es lo bonito que tiene. La abuelita y la mam¨¢ saben lo que es el f¨²tbol. Eso ha pasado siempre en Argentina. Ahora tambi¨¦n se produce en Europa. El f¨²tbol cada vez es m¨¢s potente. Los medios de comunicaci¨®n han alimentado todo esto y han metido la electricidad del f¨²tbol en cualquier cuartucho.
P. Sin embargo, siempre se ha vivido una especie de pesimismo con respecto al futuro del f¨²tbol, que no iba a poder superar el impacto de la televisi¨®n, del dinero, del calendario...
R. Es verdad. Toda la vida se ha hablado en este sentido. Sucede todo lo contrario. ?frica cada vez tiene m¨¢s peso, y Asia tambi¨¦n. Esa gente se est¨¢ preocupando una babaridad por el f¨²tbol.
P. Mucha gente considera que tiempos pasados fueron mejores.
R. No. Veo jugadores muy buenos. Los veo con mi criterio y me doy cuenta que cada d¨ªa aparecen futbolistas de primer nivel.
P. Otro mito es el del fin del f¨²tbol argentino, debido a la salida constante de j¨®venes. La realidad dice lo contrario.
R. El jugador sale de la pr¨¢ctica y no tengo duda de que la academia del f¨²tbol est¨¢ en la calle, en los bald¨ªos, en los potreros, que dicen en Argentina. Esa es la carpeta que se lleva encima. De eso no hay que olvidarse jam¨¢s. El f¨²tbol argentino tiene mucha calle todav¨ªa. La calle es muy importante. Jugar en la calle, en el empedrado, con piedritas. La pelota pica para cualquier lado y hay que tener mucha habilidad, mucha cintura, mucho equilibrio. Siempre digo lo mismo: las dificultades para un jugador son m¨¢ximas. Sol, luz el¨¦ctrica, calor, fr¨ªo, viento, lluvia. Yo digo muchas veces: voy a jugar un campeonato de billar y voy a tirar un pu?ado de alpiste en la mesa. A ver si pueden hacer la carambola como tienen que hacerla. Sin embargo, el f¨²tbol tiene que tragar con todo, con lo que venga.
P. Un deporte muy especial.
R. En mi ¨¦poca, un gran atleta espa?ol hac¨ªa los 5.000 metros !buah!, daba vueltas y vueltas. A veces nos junt¨¢bamos con ¨¦l y le segu¨ªamos durante cuatro o cinco vueltas y no le segu¨ªamos m¨¢s, porque su ritmo era impresionante. Otras veces, cuando nos pon¨ªamos a hacer un picadito con el bal¨®n, ¨¦l agarraba y se met¨ªa en el entrenamiento. "?Para qu¨¦ te metes?", le dije. Porque jugaba regular. "Para cansarme", me contest¨®. El ritmo del f¨²tbol es muy complicado. Adelante, atr¨¢s, saltar, chocar...
P. ?Qu¨¦ opina del estado de salud actual del f¨²tbol?
R. Yo veo equipos muy bien armados, con jugadores que la mueven estupendamente.
P. ?Qu¨¦ partidos suele ver?
R. Me gusta la Liga inglesa. Me gusta cuando juegan entre ellos. Contra nosotros no tienen nada que hacer. En el momento en que paramos la pelota a un ingl¨¦s, se acab¨® el asunto. En realidad, me gusta ver todo. Esta semana he visto el campeonato de f¨²tbol de ni?os en Tenerife y ha sido precioso. Se ve que el f¨²tbol est¨¢ m¨¢s organizado.
P. Siempre ha dicho que el futbolista no estaba suficientemente bien pagado. ?Ha llegado, por fin, el punto donde los jugadores cobran lo que se merecen?
R. Yo veo lo siguiente: voy a las convenciones de FIFA, de UEFA, de diferentes cosas, y veo cantidad de gente en las comidas, y me digo: 'Y estos de qu¨¦ viven, ?del f¨²tbol?'. Cuando uno mira todo eso, te das cuenta lo que da el f¨²tbol. Yo me lo pregunto, eh. Esto sale todo del que da el espect¨¢culo y de la organizaci¨®n, que es el club. El jugador cobra lo que le quieren dar. La culpa no la tiene el cerdo, sino el que le da de comer.
P. ?Sigue el f¨²tbol argentino?
R. S¨ª. Hay poco p¨²blico. Hay que reconocer que la asistencia del p¨²blico en Europa es grand¨ªsima. En Am¨¦rica existen problemas. Cuando le falta el marco de la gente al f¨²tbol, le falta algo esencial.
P. ?Y el f¨²tbol italiano?
R. Tienen excelentes jugadores, pero es un f¨²tbol que piensa m¨¢s en defender que en atacar. Me parece que tiene un problema de soltura en los jugadores. Siempre miran hacia atr¨¢s. Parece que juegan con el freno de mano puesto, con la preocupaci¨®n de cuidarse atr¨¢s.
P. ?Qu¨¦ jugadores actuales le interesan?
R. Salen jugadores. Ra¨²l, Zidane, Figo, Beckham, Guardiola, Roberto Carlos, Rivaldo... Hay muchos.
P. Le parece que el fichaje de Figo ha sido...
R. ... Barato. Por lo que est¨¢ dando, barato. Si no se lesiona este muchacho, es un ¨¦xito del club. Y creo que todav¨ªa va a rendir m¨¢s.
P. Entre los mejores ha nombrado a algunos jugadores espa?oles. Pero la selecci¨®n no acaba de arrancar. ?Qu¨¦ le falta al futbolista espa?ol?
R. Sin querer ofender a nadie, en Argentina las carencias de muchas cosas producen la necesidad. Eso ayuda en el f¨²tbol. Aqu¨ª, por lo general, la muchachada tiene estudios y buenas casas.
P. Se ha referido en muchos momentos a la solidaridad, al esfuerzo, al sentido del deber. No ha hablado de la vanidad, por ejemplo, de la guerra de vanidades que se ha visto con el asunto de Pel¨¦ y Maradona.
R. Pel¨¦ siempre ha sido el factotum de todos estos problemas porque tiene una multinacional que le apoya. Y Maradona no perdona a nadie porque Maradona es un muchacho de barrio, y no perdona. De la vanidad s¨®lo puedo decir que nunca quise ser abanderado de nada. Pero hay gente que es vanidosa.
P. Siempre ha hablado con una gran admiraci¨®n de Maradona.
R. S¨ª, s¨ª. Extraordinario. Lo que ha hecho con la pelota es extraordinario.
P. Da la impresi¨®n de que Pel¨¦ ha sido mejor publicitado.
R. Indudablemente. Es una marca. Una marca brasile?a.
P. ?Qu¨¦ piensa de este Madrid que ha cambiado de presidente, que tiene una estructura nueva?
R. Hay que esperar a dar el a?o de trabajo a la directiva y a lo que van a producir los jugadores en el campo. Es una ¨¦poca de transici¨®n, pero hay buenos elementos. Yo veo que la gente est¨¢ a la expectativa con el equipo. El Madrid hace muchos goles, pero hay una peque?a confusi¨®n en el medio campo. Le falta el punto de consistencia. Pero veo que los muchachos salen al campo con entusiasmo.
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