Los dem¨®cratas luchan contra la confirmaci¨®n de tres ministros ultraderechistas de Bush
Los dem¨®cratas, empatados a 50 esca?os con los republicanos en el Senado, librar¨¢n una guerra contra Ashcroft en el Comit¨¦ de Justicia. Reforzados por organizaciones sindicales, feministas, ecologistas, afroamericanas y de derechos civiles, los correligionarios de Bill Clinton y Al Gore se opondr¨¢n asimismo a la confirmaci¨®n de Linda Ch¨¢vez como secretaria de Trabajo por sus posiciones machistas, y de Gale Norton como secretaria de Interior por querer abrir santuarios mediombientales a la explotaci¨®n industrial.
El senador neoyorquino Charles Schumer afirm¨® que el radicalismo derechista de Ashcroft en asuntos como el aborto, la pena de muerte, el control de las armas de fuego y los derechos de las minor¨ªas va a ser examinado escrupulosamente por la izquierda del Capitolio. 'Ashcroft no tiene la confirmaci¨®n asegurada', dijo Schumer. 'Su nombramiento es, de lejos, el m¨¢s perturbador de todos los efectuados por Bush'.
Los dem¨®cratas reconoc¨ªan que les resultar¨¢ dif¨ªcil conseguir una mayor¨ªa en el Comit¨¦ de Justicia y en el pleno del Senado contraria a Ashcroft, el senador republicano por Misuri que fue derrotado en las elecciones de noviembre por la viuda de su contrincante, fallecido meses antes de los comicios. Pero a?ad¨ªan que piensan utilizar a fondo las audiencias sobre su caso, cuya fecha todav¨ªa no ha sido fijada, para 'enviar un mensaje a Bush'. Ese mensaje es que el nuevo presidente debe andarse con m¨¢s cuidado que el demostrado en el caso de Ashcroft a la hora de designar cargos p¨²blicos, especialmente jueces federales y miembros del Tribunal Supremo, de posiciones de extrema derecha que puedan romper el delicado equilibrio existente en EE UU en temas como el aborto.
Kate Michelman, presidenta de la Liga Nacional para el Derecho al Aborto, inform¨® que ¨¦sta y otras organizaciones planean presionar a los dem¨®cratas m¨¢s tibios en el caso de Ashcroft, como el moderado Robert Torricelli, para que se opongan a su confirmaci¨®n parlamentaria como fiscal general. 'Vamos a oponernos firmemente a este pronunciamiento hostil de Bush contra el derecho de las mujeres a escoger en materia de embarazo', declar¨® Michelman. Durante su estancia en el Capitolio, Ashcroft se distingui¨® como el principal abanderado de la ilegalizaci¨®n del aborto. Al aspirante republicano a la sucesi¨®n de Janet Reno tambi¨¦n le resultar¨¢ dif¨ªcil escapar en las audiencias senatoriales a la acusaci¨®n de racismo. Ashcroft se opuso con ¨¦xito en 1999 a la confirmaci¨®n del afroamericano Ronnie White como juez federal. Seg¨²n Ashcroft, White arrastra mucho los pies a la hora de condenar a muerte.
A la espera de este pulso, el baile de las confirmaciones comenz¨® ayer con la primera audiencia celebrada sobre el nombramiento de Donald Evans como secretario de Comercio. Evans, amigo de Bush desde hace tres d¨¦cadas, declar¨® que, si es aprobado por el Senado, se dedicar¨¢ a promover la libre circulaci¨®n de mercanc¨ªas y capitales. 'Comparto con el presidente electo', dijo, 'una firme creencia en los beneficios de la libre empresa en Estados Unidos y en todo el mundo'.
Desde la presidencia del Comit¨¦ de Comercio le escuchaba un senador McCain que fue derrotado por Bush en las primarias gracias a gente como Evans, que llen¨® con millones de d¨®lares las arcas electorales del gobernador de Tejas. McCain aprovech¨® la ocasi¨®n para recordar que piensa seguir empujando a favor de una reforma de la financiaci¨®n de la pol¨ªtica norteamericana que la saque de su entrega a los llamados 'intereses especiales'. Evans, que fue presidente de Tom Brown, una compa?¨ªa de gas y petr¨®leo de Midland (Tejas), ser¨¢ la voz del empresariado en el Gobierno de Bush.Los dem¨®cratas, empatados a 50 esca?os con los republicanos en el Senado, librar¨¢n una guerra contra Ashcroft en el Comit¨¦ de Justicia. Reforzados por organizaciones sindicales, feministas, ecologistas, afroamericanas y de derechos civiles, los correligionarios de Bill Clinton y Al Gore se opondr¨¢n asimismo a la confirmaci¨®n de Linda Ch¨¢vez como secretaria de Trabajo por sus posiciones machistas, y de Gale Norton como secretaria de Interior por querer abrir santuarios mediombientales a la explotaci¨®n industrial.
El senador neoyorquino Charles Schumer afirm¨® que el radicalismo derechista de Ashcroft en asuntos como el aborto, la pena de muerte, el control de las armas de fuego y los derechos de las minor¨ªas va a ser examinado escrupulosamente por la izquierda del Capitolio. 'Ashcroft no tiene la confirmaci¨®n asegurada', dijo Schumer. 'Su nombramiento es, de lejos, el m¨¢s perturbador de todos los efectuados por Bush'.
Los dem¨®cratas reconoc¨ªan que les resultar¨¢ dif¨ªcil conseguir una mayor¨ªa en el Comit¨¦ de Justicia y en el pleno del Senado contraria a Ashcroft, el senador republicano por Misuri que fue derrotado en las elecciones de noviembre por la viuda de su contrincante, fallecido meses antes de los comicios. Pero a?ad¨ªan que piensan utilizar a fondo las audiencias sobre su caso, cuya fecha todav¨ªa no ha sido fijada, para 'enviar un mensaje a Bush'. Ese mensaje es que el nuevo presidente debe andarse con m¨¢s cuidado que el demostrado en el caso de Ashcroft a la hora de designar cargos p¨²blicos, especialmente jueces federales y miembros del Tribunal Supremo, de posiciones de extrema derecha que puedan romper el delicado equilibrio existente en EE UU en temas como el aborto.
Kate Michelman, presidenta de la Liga Nacional para el Derecho al Aborto, inform¨® que ¨¦sta y otras organizaciones planean presionar a los dem¨®cratas m¨¢s tibios en el caso de Ashcroft, como el moderado Robert Torricelli, para que se opongan a su confirmaci¨®n parlamentaria como fiscal general. 'Vamos a oponernos firmemente a este pronunciamiento hostil de Bush contra el derecho de las mujeres a escoger en materia de embarazo', declar¨® Michelman. Durante su estancia en el Capitolio, Ashcroft se distingui¨® como el principal abanderado de la ilegalizaci¨®n del aborto. Al aspirante republicano a la sucesi¨®n de Janet Reno tambi¨¦n le resultar¨¢ dif¨ªcil escapar en las audiencias senatoriales a la acusaci¨®n de racismo. Ashcroft se opuso con ¨¦xito en 1999 a la confirmaci¨®n del afroamericano Ronnie White como juez federal. Seg¨²n Ashcroft, White arrastra mucho los pies a la hora de condenar a muerte.
A la espera de este pulso, el baile de las confirmaciones comenz¨® ayer con la primera audiencia celebrada sobre el nombramiento de Donald Evans como secretario de Comercio. Evans, amigo de Bush desde hace tres d¨¦cadas, declar¨® que, si es aprobado por el Senado, se dedicar¨¢ a promover la libre circulaci¨®n de mercanc¨ªas y capitales. 'Comparto con el presidente electo', dijo, 'una firme creencia en los beneficios de la libre empresa en Estados Unidos y en todo el mundo'.
Desde la presidencia del Comit¨¦ de Comercio le escuchaba un senador McCain que fue derrotado por Bush en las primarias gracias a gente como Evans, que llen¨® con millones de d¨®lares las arcas electorales del gobernador de Tejas. McCain aprovech¨® la ocasi¨®n para recordar que piensa seguir empujando a favor de una reforma de la financiaci¨®n de la pol¨ªtica norteamericana que la saque de su entrega a los llamados 'intereses especiales'. Evans, que fue presidente de Tom Brown, una compa?¨ªa de gas y petr¨®leo de Midland (Tejas), ser¨¢ la voz del empresariado en el Gobierno de Bush.
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