Drogas
El ser humano es ante todo una f¨¢brica de espejismos. La historia de la humanidad podr¨ªa ser la historia de las alucinaciones sufridas por el hombre. No sabemos si los animales se drogan, suponemos que s¨ª, pero ignoramos si lo hacen para huir de la realidad, como nosotros, o para hundirse en ella, como Dios manda. Estos d¨ªas nos hemos puesto hasta las cejas de editoriales y discursos que nos han proporcionado la ilusi¨®n de inaugurar el siglo XXI. No hab¨ªa m¨¢s que salir a la calle para darse cuenta de los efectos de tanta droga verbal. Hasta los soci¨®logos menos ingenuos han escrito sesudos art¨ªculos sobre el porvenir, como si se pudiera llamar porvenir a toda esta basura. Y si los soci¨®logos han ca¨ªdo en la trampa, ?qu¨¦ decir de los pol¨ªticos, que huelen un editorial o un telediario y parece que se han tomado un tubo de anfetaminas?
Pero lo cierto es que pasados, en parte al menos, los efectos de las drogas, el delirio de haber inaugurado un milenio desaparece o se aten¨²a de forma considerable. Es evidente que seguimos en el siglo XX, incluso en el XIX. Si me apuran ustedes, dir¨ªa que ni siquiera hemos abandonado del todo la Edad Media. Abran los ojos, si no, y miren a su alrededor. ?Han visto la foto de esa furgoneta rebosante de esclavos y esclavas de hasta 13 a?os arrollada por la Ley de Extranjer¨ªa en un paso a nivel sin barrera? ?Han contemplado a Aznar siendo v¨ªctima del culto a la personalidad en los telediarios? ?Se han fijado en la mirada mezquina de Bush sobre un mundo que no conoce ni por las gu¨ªas de viaje?
M¨¢s a¨²n: ?Asistieron a la demostraci¨®n sexual con la que Sadam Husein despidi¨® el a?o? ?Han o¨ªdo las tonter¨ªas de los expertos en Bolsa sobre la Bolsa, que es en s¨ª misma un residuo del pensamiento m¨¢gico? ?Y de qu¨¦ siglo proceden esas masas hambrientas que llegan a Europa por medios de transporte anteriores al motor de explosi¨®n? ?Alguien puede creerse que esto es el siglo XXI? No. Lo que sucede es que los programas de fin de a?o y los discursos pol¨ªticos y los editoriales de prensa son estupefacientes poderos¨ªsimos. Esto es lo que cree que est¨¢ pasando; esto es lo que est¨¢ pasando, que dec¨ªa el anuncio. A tope sin drogas.
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