Verne respondi¨®
Un investigador recopila en un libro las postales firmadas por los personajes m¨¢s c¨¦lebres de comienzos del XX
Quiz¨¢s por su car¨¢cter algo visionario o porque ya cre¨ªa en ese nuevo sistema de intercomunicaci¨®n, del que los 1.084 millones de personas de los pa¨ªses m¨¢s industrializados del mundo acaban de dotarse, el 1 de octubre de 1902, Julio Verne respondi¨® al envite de la Sociedad Gaditana de la Caridad, la asociaci¨®n que un grupo de burgueses puso en pie para auxiliar a los pobres y vagabundos que, entonces, abundaban en la ciudad. Para recaudar fondos, el colectivo, liderado por el senador Rafael de la Viesca, puso en marcha una iniciativa novedosa: un festival de tarjetas postales.
Aquel invento epistolar, atribuido al gaditano de Medina Sidonia Mariano Pardo de Figueroa, abogado y escritor que pas¨® a la posteridad como doctor Thebussem, se puso en circulaci¨®n por primera vez en 1873. Las tarjetas med¨ªan 135 x 89 mil¨ªmetros, exhib¨ªan una orla azul, el sello de la Rep¨²blica y se emit¨ªan por cinco c¨¦ntimos. Aprovechando tal soporte, la sociedad de la caridad envi¨® una circular a 'los artistas, hombres de ciencia, pol¨ªticos y autoridades de la ciudad para que expresasen una idea, expusieran su pensamiento, hiciesen un dibujo o, simplemente, escribiesen su aut¨®grafo', relata Rafael Gar¨®fano, doctor en Filosof¨ªa y especializado en Historia de la Imagen, en su libro Recuerdo de C¨¢diz, Historia Social de las tarjetas postales (1897-1925) (Qu¨®rum libros editores), que acaba de editarse y en el que analiza pormenorizadamente todos los avatares que han rodeado a este fen¨®meno.
Ante la respuesta masiva, el colectivo gaditano ampli¨® el espectro y remiti¨® miles de tarjetas a celebridades y personalidades de todo el mundo. El resultado fue espectacular. No s¨®lo Verne escribi¨® unas l¨ªneas; Jos¨¦ Echagaray, Emilia Pardo Baz¨¢n, Unamuno, Benavente, Men¨¦ndez Pelayo, Mark Twain, Gustave Eiffel, Marconi, Edison, Pablo Sarasate y Ram¨®n y Cajal tambi¨¦n lo hicieron. M¨²sicos como Puccini, Manuel de Falla, Richard Strauss y Puccini escribieron unas partituras originales en las tarjetas. Georgio Busato, Francisco Domingo y Sorolla regalaron a la asociaci¨®n trazos, ¨®leos y ensayos a carboncillo en el espacio en blanco que le brindaban. El rey de Espa?a Alfonso XIII, los de Portugal, Dinamarca y B¨¦lgica, los presidentes de EE UU y M¨¦jico y una larga relaci¨®n de pol¨ªticos y primeras autoridades empu?aron la pluma para remitir unas letras a C¨¢diz.
Aquella colecci¨®n de 3.000 postales, 'la m¨¢s completa manifestaci¨®n de arte espa?ol que haya atravesado el Atl¨¢ntico', seg¨²n testimonios period¨ªsticos de la ¨¦poca, fue vendida a Armando Hugens, un comerciante extranjero en 1903. ?ste pag¨® 60.000 pesetas y mont¨® una exposici¨®n itinerante por las principales ciudades del mundo. El 15% del beneficio de la venta de los facs¨ªmiles de la tarjetas tambi¨¦n se destin¨® a solucionar los problemas sociales de la ciudad. Hoy, la colecci¨®n est¨¢ dispersada y, en su mayor¨ªa, en destinos desconocidos.
El libro, que se nutre de reproducciones y de tarjetas originales de colecciones particulares, incluye el testimonio de Vicente Blasco Ib¨¢?ez, quien, como Verne, respondi¨® a la invitaci¨®n: 'El demonio que cre¨® el ¨¢lbum, inventa ahora la tarjeta postal para mayor tormento de los escritores. Por C¨¢diz, cuna de la revoluci¨®n, y por el irresistible llamamiento de la caridad, me decido a rellenar esta tarjeta: la primera....y la ¨²ltima'.
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