La atomizaci¨®n empresarial frena la presencia de las centrales sindicales en el sector del cava
Los sindicatos y la patronal acaban de firmar el nuevo convenio colectivo del cava, uno de los sectores que m¨¢s ha crecido en los ¨²ltimos a?os en Catalu?a. El documento afecta a unos 1.500 trabajadores de peque?as y medianas cavas y tendr¨¢ una vigencia de tres a?os. Las negociaciones han durado casi un a?o y medio y las reivindicaciones de los trabajadores se han quedado a medio camino. La conclusi¨®n de los sindicatos es clara. Falta una mayor representatividad sindical en el sector, que se ve dificultada por la dimensi¨®n de muchas empresas, con menos de 10 trabajadores.
Dada la ¨¦poca dorada por la que atraviesa este sector, con nada menos que 230 millones de botellas vendidas en 1999 -¨²ltimos datos disponibles-, los trabajadores creyeron que ¨¦ste era el momento que esperaban para hacerse escuchar y pedir mayores beneficios laborales.
Aunque nadie niega que es un convenio mejor que el anterior, CC OO y UGT (las centrales sindicales mayoritarias en el sector) reconocen que sus pretensiones iniciales eran mayores que las reivindicaciones conseguidas finalmente. La patronal Institut del Cava diluy¨® estas pretensiones advirtiendo que el espectacular crecimiento de 1999 'no se va a mantener durante los pr¨®ximos tres a?os', a juicio de su presidenta, Maria Rosa Gir¨®.
Pero al margen de este argumento, los sindicatos han comprobado, durante la negociaci¨®n, que a¨²n queda mucho por hacer para articular un movimiento sindical fuerte. Todo un reto en un sector en el que hay 270 empresas registradas, la inmensa mayor¨ªa de car¨¢cter familiar y con menos de 10 trabajadores.
Si se except¨²a a Freixenet y Codorn¨ªu, la mayor¨ªa son empresas familiares en las que a menudo el empresario es un trabajador m¨¢s. Esto dificulta mucho la implantaci¨®n de los sindicatos. Aunque comprensible, el ¨ªndice de afiliados es a¨²n bajo en comparaci¨®n con otros sectores similares. Las dos centrales sindicales mencionadas se proponen cambiar la situaci¨®n. 'Es una asignatura pendiente', explica Joan Oliv¨¦, secretario de la federaci¨®n de la Alimentaci¨®n de UGT. 'El problema', agrega Josep Zapater, de Comisiones Obreras, 'es que no hay delegados en las peque?as empresas'. S¨®lo en los momentos de negociaci¨®n para el convenio y de elecciones sindicales se intuye que los sindicatos existen en el sector. Pero hay un n¨²mero importante de peque?as cavas, algunas de ellas de gran prestigio, que no pueden convocar elecciones al tener una plantilla que no llega a los seis trabajadores, m¨ªnimo que se necesita para convocar estos comicios. Adem¨¢s, Freixenet y Codorniu -los dos gigantes de la industria del cava- firman sus propios convenios, por lo que la fuerza sindical en el resto de empresas se ve debilitada.
Lo que m¨¢s preocupa a los sindicatos es la catalogaci¨®n de las categor¨ªas de los trabajadores y la aplicaci¨®n de la Ley de Prevenci¨®n de Riesgos Laborales, dos aspectos que las centrales consideran que no est¨¢n bien reflejados en el nuevo convenio. En el primer caso, el establecimiento de unas categor¨ªas que se correspondan con el trabajo que desempe?an los empleados resulta muy complicado en la pr¨¢ctica, pues al tratarse de plantillas peque?as, los trabajadores deben efectuar todas las tareas necesarias.
En relaci¨®n con la seguridad laboral, los sindicalistas piden un mayor desarrollo y aplicaci¨®n de la ley. En opini¨®n de Oliv¨¦, la situaci¨®n es a veces tan grave que 'el d¨ªa que vaya un inspector, es posible que alguna empresa tenga que cerrar las puertas'. Este extremo lo niega la presidenta de la patronal Institut del Cava, quien, a la vez que entiende que hay que seguir trabajando para mejorar la prevenci¨®n laboral, asegura que 'la industria del cava est¨¢ en este aspecto m¨¢s desarrollada que otros sectores' del resto de Espa?a.
Los trabajadores han logrado mejoras salariales con el nuevo convenio, pero las retribuciones no han estado especialmente en el punto de mira de las negociaciones. Con un sueldo medio de unas 180.000 pesetas, los responsables sindicales reconocen que no est¨¢ nada mal si se compara con otros segmentos econ¨®micos.
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