Kenia se pasea en Amorebieta
Los kenianos Kosgei y Mugo se imponen en el Cross Zornotza, falto de grandes atletas europeos
Salvo accidentes o imponderables del deporte, el debate en el atletismo de fondo entre africanos y resto de mortales no existe. Adem¨¢s, deber¨ªa quedar aplazado hasta que las manipulaciones gen¨¦ticas consigan reproducir las facultades de etiopes y kenianos entre los aspirantes blancos. Casos aislados como el de Sergei Lebed, Paulo Guerra o John Brown s¨®lo sirven para se?alar el abismo que media entre la fertilidad del cross africano y las dificultades que padece todo aquel que no ha nacido en el lugar adecuado para desenvolverse en el barro con la ligereza de un transe¨²nte.
El Cross Zornotza acostumbra a escenificar tal desequilibrio, circunstancia ayer amplificada por el flojo cartel europeo. Con todo, la carrera del maratoniano Alberto Juzdado (octavo al final), una isla en medio del pelot¨®n keniano, sirve para alabar el buen gusto de quien supo correr al l¨ªmite.
Sammy Kipketer, que asoma un gesto sonriente en pleno esfuerzo, arranc¨® sin medida y se desfond¨® con la misma desmesura. Su gesto desproporcionado sirvi¨® para separar el grano de la paja. Apenas iniciada la prueba se dieron dos carreras, cortes¨ªa del desaforado Kipketer: africanos y Juzdado por un lado; derrotados por el otro, con Kamel Ziani, Carlos Ad¨¢n y Alejandro G¨®mez entre ellos. No era culpa del barro, porque apenas hab¨ªa. Ni del viento. Era el ritmo, casi siempre por debajo de los tres minutos por kil¨®metro en un circuito plagado de giros inc¨®modos, cuestas y obst¨¢culos. Era el ritmo lo que diezm¨® la n¨®mina keniana y propuls¨® a Paul Kosgei y su compatriota Charles Kamathi, ¨¦ste ¨²ltimo extra?amente pertrechado con una camiseta tan amplia como un paraca¨ªdas. Frenado y todo, Kamathi prefiri¨® llegar s¨®lo a meta, trat¨® de asfixiar a Kosgei y acab¨®... segundo. El vencedor dio la cara s¨®lo para cambiar de ritmo a 400 metros del final, despegar e imponerse.
La prueba femenina prolog¨® la masculina y result¨® casi un calco de ¨¦sta ¨²ltima: la keniana Mugo fue un poco m¨¢s osada que Kosgei y la francesa Belkacem hizo lo que Juzdado. Valiente, Mugo se coloc¨® en plan locomotora y su cambio de ritmo en la ¨²ltima recta s¨®lo confirm¨® el buen juicio de su estrategia.
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