Chispas el¨¦ctricas
El anuncio de fusi¨®n entre Endesa e Iberdrola y la necesidad de su autorizaci¨®n por el Gobierno ha puesto en marcha un conjunto de alegaciones por parte de distintas empresas, asociaciones y organismos. M¨¢s all¨¢ de la opini¨®n que expresan sobre la operaci¨®n, se trasluce de los mismos un an¨¢lisis sobre la situaci¨®n del sector el¨¦ctrico espa?ol que me parece altamente importante y que avala muchas de las tesis defendidas por los socialistas.
Se constata que no existe competencia en dicho sector. Por tanto, aunque sigamos siendo uno de los pa¨ªses europeos con la electricidad m¨¢s cara, las bajadas que se han producido estos a?os no son atribuibles a ganancias de eficiencia competitiva, sino a factores externos como la ca¨ªda en los tipos de inter¨¦s.
Tambi¨¦n se confirma que la estrategia de liberalizaci¨®n puesta en marcha por el Gobierno del PP no nos acerca a una situaci¨®n de competencia m¨¢s que de manera t¨ªmida e insuficiente. Dado que ¨¦ste fue el principal motivo por el que votamos en contra de las medidas aprobadas el pasado mes de junio, reconforta comprobar que nuestro an¨¢lisis de entonces es ampliamente compartido hoy en el sector.
'Cualquier complacencia con la situaci¨®n competitiva del mercado el¨¦ctrico tiene m¨¢s que ver con la formalidad de la liberalizaci¨®n emprendida que con la realidad de lo que pasa en el mercado', se dice en una de las alegaciones presentadas. Y ello es as¨ª porque la realidad demuestra que una empresa que domina el 40% del mercado de generaci¨®n se sit¨²a en posici¨®n clara de dominio con independencia relativa del n¨²mero total de operadores. Si adem¨¢s esta empresa est¨¢ integrada verticalmente y controla de manera relevante la distribuci¨®n y la comercializaci¨®n de electricidad, puede efectuar operaciones de transferencia interna de rentas entre unas actividades y otras con el objetivo de manipular precios para impedir la entrada de nuevos operadores en los segmentos liberalizados.
Con esa estructura de oferta, consagrda por las medidas liberalizadoras de junio, seguir incrementando de manera t¨ªmida el n¨²mero de operadores con derecho a elecci¨®n de compa?¨ªa es inicuo. No puede hablarse de un mercado real, como prueba el escaso n¨²mero de cambios de compa?¨ªa que se ha producido por las dificultados existentes y el incremento pactado de precios de hasta un 21% que han impuesto las compa?¨ªas para este a?o a este segmento de clientes.
La liberalizaci¨®n por el lado de la demanda debe avanzar m¨¢s r¨¢pidamente con el establecimiento inmediato de la libertad total de elecci¨®n de suministro el¨¦ctrico para todos los consumidores, pero, sobre todo, debe verse acompasada por una mayor competencia efectiva en el lado de la oferta. Y la mayor¨ªa de las observaciones presentadas coinciden con un esquema de liberalizaci¨®n efectiva del sector como el defendido por el PSOE: limitar al 20% la capacidad m¨¢xima de generaci¨®n por empresa; separaci¨®n jur¨ªdica del negocio de generaci¨®n y distribuci¨®n; separaci¨®n absoluta entre distribuci¨®n y comercializaci¨®n, con l¨ªmites m¨¢ximos en esta ¨²ltima. Es decir, romper de verdad tanto las posiciones de dominio en generaci¨®n y comercializaci¨®n como la integraci¨®n vertical entre actividades. Y no es por ah¨ª por donde ha ido la estrategia del Gobierno.
La operaci¨®n Endesa-Iberdrola ha permitido sacar a la luz tambi¨¦n dos asuntos colaterales pero de la m¨¢xima importancia: el error que supuso la aprobaci¨®n por el Gobierno, con la oposici¨®n del PSOE, de los costes de transici¨®n a la competencia (CTC), que recargan nuestras tarifas en un 4,5% en beneficio de las compa?¨ªas, y el llamado riesgo regulador o el excesivo intervencionismo y discrecionalidad del Gobierno en estos asuntos.
M¨¢s all¨¢ de que los CTC puedan ser puestos en cuesti¨®n por la Comisi¨®n Europea declar¨¢ndolos ayuda p¨²blica ilegal -lo que exigir¨ªa que el Gobierno arbitrara un sistema para su devoluci¨®n a los consumidores-, el plan de cesi¨®n de activos de que hablan las empresas que quieren fusionarse, aun siendo inconcreto, demuestra que aquellos activos que supuestamente iban a quedarse sin valor como consecuencia de la liberalizaci¨®n y que deb¨ªan, por tanto, ser financiados por los consumidores a trav¨¦s de los CTC, parecen tener una alta valoraci¨®n por el mercado. Este hecho afecta al mismo concepto de CTC, pero sobre todo a la cuant¨ªa realizada por el Gobierno (m¨¢s de un bill¨®n de pesetas), claramente excesiva y generosa para las compa?¨ªas.
Por ¨²ltimo, se ha puesto en evidencia la ausencia de normas claras sobre el proceso y el excesivo margen discrecional de un Gobierno que no ha manifestado el menor inter¨¦s en corregir esta situaci¨®n a lo largo de estos a?os y que, antes bien, la ha ido incrementando. La mejor prueba de esta realidad es el nulo esfuerzo realizado por las empresas que quieren fusionarse en demostrar las ventajas de dicha fusi¨®n en una mejora de la eficiencia interna. Saben que la decisi¨®n gubernamental no ser¨¢ t¨¦cnica.
No s¨¦ cu¨¢l ser¨¢ la decisi¨®n final sobre la fusi¨®n. Si aceptarla con condiciones pactadas, si imponer condiciones tales que la hagan inviable o... aplazarla en demanda de m¨¢s informaci¨®n; en suma, si siguen anteponi¨¦ndose los intereses de las grandes empresas a los de los usuarios y consumidores con falsas liberalizaciones o se empieza a cambiar de actitud. Pero, en todo caso, el edificio de pol¨ªtica energ¨¦tica puesto en pie por el PP en estos a?os est¨¢ haciendo demasiadas aguas como para que no se exijan y asuman responsabilidades pol¨ªticas a sus responsables. Con fusi¨®n o sin fusi¨®n
Jordi Sevilla es secretario de Pol¨ªtica Econ¨®mica del PSOE.
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