Adi¨®s al caballero de los entrenadores
La noticia lleg¨® casi sin sorpresa: el sueco Sven Goran Eriksson, de 53 a?os, ha renunciado como entrenador del Lazio. Su lugar ser¨¢ ocupado por Dino Zoff, de 58, ex presidente del club y ex seleccionador italiano. Una conferencia de prensa breve, con discursos escuetos, de buenas maneras, y ya est¨¢ todo dicho. As¨ª se despidi¨® Eriksson, que anticipa su marcha a la selecci¨®n inglesa. Pensaba irse en junio, pero, tras su dimisi¨®n, debutar¨¢ en su banquillo ante la espa?ola el pr¨®ximo 28 de febrero.
Eriksson, el caballero de los directores t¨¦cnicos, el que m¨¢s gan¨® en la historia centenaria del club lazial, abandona la escena por la puerta trasera y casi de puntillas. No le bastaron tres temporadas exitosas. No le bastaron ni el scudetto reci¨¦n cosido en las camisetas para inflar el pecho despu¨¦s de tantos a?os ni las dos Supercopas o las dos Copas de Italia, ni tan siquiera la Recopa y la Supercopa europeas. No le bast¨® acumular, en unas vitrinas vac¨ªas, los trofeos m¨¢s prestigiosos que el Lazio haya conseguido jam¨¢s para asegurarse la posibilidad de trabajar tranquilo, para darse el lujo de un error o una derrota.
Se not¨® que los vientos soplaban mal para el sueco cuando el pasado domingo se oyeron los tres pitidos finales que anunciaban la ca¨ªda del equipo por 1-2, en su casa, frente al N¨¢poles y desde las gradas bajaban inequ¨ªvocos y vulgares los cantos que una vez le fueron familiares y que hasta hace poco hab¨ªa cre¨ªdo archivados para siempre.
Sigui¨® a esto un lunes fren¨¦tico, lleno de reuniones, con el tel¨¦fono al rojo y una nube de periodistas vigil¨¢ndole hasta el m¨ªnimo movimiento. Despu¨¦s del encuentro entre ambos, el presidente, Cragnotti, dijo: 'Continuamos con Eriksson. Al menos de parte de la sociedad nada ha cambiado, todo depende de ¨¦l...'. Pero los nubarrones se parec¨ªan mucho m¨¢s a una verdadera tormenta.
Seguramente por la noche Eriksson se dedic¨® a reflexionar, quiz¨¢ asomado a la terraza de su apartamento con vistas a la Piazza del Popolo, y tal vez oy¨® como en un mal sue?o el resonar del griter¨ªo desaforado. En una de ¨¦sas repas¨® las palabras del presidente que le invitaban a tomar una decisi¨®n. Acaso analiz¨® las noticias burs¨¢tiles, que daban una ca¨ªda de m¨¢s de seis puntos a las acciones del club -ayer subieron cuatro-, y se decidi¨®: el martes entregar¨ªa la bandera para darle una victoria m¨¢s a la ingratitud.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.