CHICAGO, CIUDAD CON NUEVA 'LEY' DE LA NIEVE

Richard M. Daley, el alcalde de Chicago, gobierna la ciudad como un se?or medieval. Controla a 49 de los 50 concejales y su palabra es ley. No le gusta que le contradigan ni es normal que tenga que desdecirse o dar marcha atr¨¢s. Pero esta semana ha tenido que plegar velas, acuciado por las protestas de vecinos hastiados de problemas con la nieve. Las m¨¢quinas quitanieves municipales limpian las calzadas y arrojan sobre los coches, ya cubiertos de blanco, m¨¢s nieve. Los vecinos dedican arduos esfuerzos a desenterrar sus veh¨ªculos y, en compensaci¨®n, marcan y guardan como propio con sillas, tablones u otros trastos el espacio tan trabajosamente despejado, de un modo parecido a como en la Semana Santa espa?ola se reservan espacios para contemplar las procesiones. Daley, tan popular como populista, dijo hace unos d¨ªas en conferencia de prensa: 'Avisen que si alguien se pasa horas desenterrando su coche de la nieve, no hay que aparcar en ese sitio. Esto es Chicago. Est¨¢n advertidos'. La violaci¨®n de la propiedad de ese espacio p¨²blico por quienes desconocen las reglas del juego o no las aceptan ha producido incidentes m¨¢s que verbales y protestas en los peri¨®dicos. El mi¨¦rcoles por la ma?ana, el Ayuntamiento de Daley, inundado por las protestas de quienes no consegu¨ªan aparcar, comenz¨® a retirar trastos. 'Ya es hora de que la gente sea un poco m¨¢s solidaria', declar¨® un portavoz municipal en nombre del alcalde. 'Esto ya es rid¨ªculo'. Por la tarde, los espacios volv¨ªan a estar marcados. 'Si limpias tu sitio, tienes derecho a ¨¦l hasta que no limpien las calles', explic¨® Anna Witowski tras aparcar en un espacio reservado por su padre ante la puerta de casa. En Chicago quedan muchas semanas de nieve por delante y 'es muy duro cuando llegas a casa y no tienes d¨®nde dejar el coche'.