Pensamiento chino
?C¨®mo se llega a ser profesor de pensamiento chino? Pues, a juzgar por lo que cuenta el irland¨¦s Se¨¢n Golden, que ense?a esta asignatura en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, no es un camino f¨¢cil. En chino, por cierto, camino es dao, concepto clave del Daodejing (antes llamado Tao te king), uno de los libros b¨¢sicos de la antigua sabidur¨ªa china que Golden acaba de traducir al catal¨¢n en colaboraci¨®n con Marisa Presas. 'De la China nos llegan tanto Confucio como el dao¨ªsmo', explica Golden en un catal¨¢n impecable. 'El primero impone unas reglas y un modo racional de vivir; el segundo, en cambio, establece que no hay reglas de conducta, sino que hay que actuar de un modo espont¨¢neo, seg¨²n requiera cada momento'.
?C¨®mo se llega a ser profesor de pensamiento chino? Pues, a juzgar por lo que cuenta el irland¨¦s Se¨¢n Golden, que ense?a esta asignatura en la UAB, no es un camino f¨¢cil
Imbuido de los m¨¦todos de ense?anza orientales, Golden recurre a una imagen para ilustrar las ventajas del dao¨ªsmo. 'Si un ni?o o un borracho caen de un carro en marcha', explica, 'es muy probable que no se hagan ning¨²n da?o, ya que actuar¨¢n de manera espont¨¢nea. Si se cae un hombre sereno, sin embargo, actuar¨¢ de modo racional y es probable que se rompa alg¨²n hueso'. 'En Occidente', a?ade, 'lo racional ha marcado el pensamiento durante muchos a?os, y por ello el pensamiento chino puede abrir nuevas ventanas y sacar al hombre occidental de un callej¨®n sin salida'.
Vayamos al largo y sinuoso camino seguido por Se¨¢n Golden para llegar, por la v¨ªa del mao¨ªsmo, al dao¨ªsmo. Nacido de padres irlandeses en Londres, en 1948, pas¨® la infancia en Irlanda y emigr¨® con su familia a Estados Unidos en la adolescencia. En Am¨¦rica estudi¨® Literatura Inglesa y se doctor¨® en Irlanda con una tesis sobre James Joyce. A continuaci¨®n dio clases de literatura en dos universidades de Estados Unidos, pero lo expulsaron en 1979 porque 'ense?aba marxismo y no literatura'. 'Yo era mao¨ªsta', explica, 'y cuando me qued¨¦ sin trabajo vi un anuncio que ped¨ªa profesores para la Rep¨²blica Popular China y decid¨ª irme a Nangjin. Llegu¨¦ all¨ª en 1980, justo cuando acababa el juicio a la Banda de los Cuatro, y permanec¨ª tres a?os en el pa¨ªs'.
El mao¨ªsmo de Se¨¢n Golden se enfri¨® en contacto con la realidad china. 'All¨ª empec¨¦ a dudar de todo', dice, 'pero qued¨¦ fascinado por la cultura china. Por mi condici¨®n de profesor, pude viajar por el pa¨ªs sin gu¨ªas y llegu¨¦ a sitios donde nunca hab¨ªa estado un extranjero. Estuve, por ejemplo, en Yanan, donde Mao estuvo refugiado despu¨¦s de su ¨²ltima marcha. Visit¨¦ las cuevas donde Mao vivi¨® con su gente y me mov¨ª en autoestop por la China m¨¢s profunda'. Cuando le pregunto si no ha pensado en escribir un libro sobre sus a?os en China, Golden sonr¨ªe y suelta una respuesta que parece sacada de las p¨¢ginas sabias del Daodejing: 'Hoy en d¨ªa, alguien va tres semanas a China y escribe un art¨ªculo; si va tres meses, ya es un libro; pero si vives tres a?os como yo, sabes que no puedes escribir nada'.
Los a?os pasados en China hicieron que Golden viviera inmerso en la confusi¨®n por el contraste entre lo que pensaba que era el mao¨ªsmo y la realidad. 'Muchos intelectuales europeos, como Julia Kristeva, se creyeron la propaganda', dice, 'pero yo vi el sufrimiento de mucha gente. Aquello era como el reino del terror de la Revoluci¨®n Francesa. Muchos expertos en literatura fueron considerados 'enemigos del Estado' y los disidentes con los que habl¨¦ me abrieron un nuevo mundo muy interesante'. Cuando m¨¢s interesado estaba Golden en conocer la China actual, alguien le dijo una de esas sabias frases que podr¨ªa pronunciar Kung Fu: 'Para comprender lo actual, tienes que estudiar la historia antigua de China'. 'Ah¨ª empez¨® mi inter¨¦s por el pensamiento de los viejos maestros', dice Golden.
Por esas cosas de la vida, por esos caminos que seg¨²n el Daodejing de pronto se bifurcan de un modo inesperado y te obligan a tomar una decisi¨®n, Golden conoci¨® en China a una espa?ola con la que tuvo un hijo, cuando ya hab¨ªa sido calificado en la universidad como 'marxista europeo heterodoxo', y ambos decidieron regresar a Espa?a en 1984. 'No conoc¨ªa nada de Catalu?a', dice. 'Bueno, lo ¨²nico que sab¨ªa era por el libro de George Orwell, Homenaje a Catalu?a. Una vez aqu¨ª, sin embargo, encontr¨¦ trabajo en la Escuela Universitaria de Profesores e Int¨¦rpretes como profesor de literatura inglesa y me interes¨¦ por la cultura catalana'. Cinco a?os despu¨¦s, Se¨¢n Golden consegu¨ªa que se creara en la Aut¨®noma un Centro de Estudios Chinos.
'Ahora doy clases de Introducci¨®n al Pensamiento Chino en segundo ciclo', explica. 'Asisten alumnos de distintas facultades, gente que no est¨¢ de acuerdo con la excesiva especializaci¨®n de la Universidad y que se interesa por otros campos. La filosof¨ªa occidental est¨¢ marcada desde S¨®crates por una fe en las palabras y la l¨®gica. Lo que se sale de esto, ya no vale. El dao¨ªsmo, en cambio, establece que lo que puede decirse con palabras no sirve. La separaci¨®n entre f¨ªsica y metaf¨ªsica no se hizo nunca en el pensamiento oriental. Por ello no puede entenderse la filosof¨ªa hind¨² sin el yoga. Cuando acabo mis clases, hago con mis alumnos gimnasia tai ji, que demuestra c¨®mo se distribuye la energ¨ªa en el cuerpo, c¨®mo se compensan el ying y el yang'.
En los dos libros que, junto con Marisa Presas, Se¨¢n Golden ha traducido para Proa al catal¨¢n -Daodejing y L'art de la guerra-, pueden encontrarse viejas ense?anzas parad¨®jicamente muy actuales. El arte de la guerra, por ejemplo, est¨¢ de moda entre los empresarios norteamericanos, que lo leen antes de ir a la 'batalla del dinero'. Por otra parte, en esos tiempos de prisas y estr¨¦s, el Daodejing marca un camino para tomarse las cosas con filosof¨ªa. Oriental, por supuesto. Son las paradojas del pensamiento chino. Ya lo dice el Daodejing: 'Cuanto m¨¢s lejos va uno, menos sabe'.
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