Adi¨®s, adi¨®s
Ya se fueron los Reyes Magos. Adi¨®s, adi¨®s. Ellos son el cuento menos triste de la Navidad. El menos inofensivo de todos los cuentos. Y un cuento menos anglosaj¨®n que el del inefable Pap¨¢ Noel. Ya se fue tambi¨¦n, ya se fue, la fraternidad comercial. Adi¨®s. Y se fueron asimismo los deseos tenebrosos, las felicitaciones ucr¨®nicas: 'Feliz siglo'. O peor: 'Feliz milenio'. Adi¨®s. Todav¨ªa habr¨¢ que escuchar lo de que '¨¦sta', por ejemplo, 'es la primera telenovela (o la primera gala) del milenio' -o algo as¨ª-, como si el milenio fuera una medida humana.
Adi¨®s, Reyes; adi¨®s, siglos; adi¨®s, milenios. Adi¨®s, adi¨®s. Volvamos a nuestros l¨ªmites: la semana, el mes y poco m¨¢s. Y afrontemos enero sin fiestas, y febrero con los carnavales, que salvo en C¨¢diz y Tenerife, en el resto de Espa?a son pura ceniza, por mucho que se empe?en algunos... (Si se except¨²a el carnaval que acabamos de despedir.)
Adi¨®s a las calles iluminadas que paga el Ayuntamiento por una fiesta que no es de todos pero con el dinero de todos. Adi¨®s a los belenes que han jalonado plazas y lugares p¨²blicos sin considerar la aconfesionalidad del Estado. (Y generalmente con poco gusto.)
Adi¨®s a las cartas a los Reyes Magos que ahora dicen que deben escribir los viejos, como si a esa edad hubiera todav¨ªa reyes que esperar: lo que no invente una ONG (esa acreditaci¨®n de la injusticia bien globalizada) no lo inventa nadie. A los viejos les hace falta un mejor trato, incluidas buenas pensiones, no cartitas de mentira.
Adi¨®s a las operaciones de caridad manufacturada. Ni sentaremos un pobre a la mesa ni dejaremos de mirar con perplejidad o asco a los subsaharianos que agonizan en el Estrecho.
Cuando uno era joven se o¨ªan canciones aguafiestas, como aquella que sobre el fondo de una melod¨ªa navide?a desgranaba un parte de guerra, con las bajas, heridos, etc¨¦tera. Eran las cosas de los progres. Hoy ya no se lleva eso y parece que nunca se ha llevado, y que todo fue una pesadilla de cuatro barbas y letraheridos. La cultura musical de TVE -ustedes han podido verlo- es la de Raphael haciendo de presentador, m¨¢s o menos como cuando era El Ni?o y le cantaba a La Se?ora y le hac¨ªa genuflexiones en su fiesta ben¨¦fica anual.
Adi¨®s, adi¨®s... s¨®lo hasta el a?o que viene, que otra vez oiremos al Prodigio de Linares alegrarnos estas fiestas tan entra?ables. Eso s¨ª, El Ni?o -hay que decirlo en su honor- nunca ha ejercido de antifranquista, ni lo ha hecho ni se lo ha inventado. El Ni?o ha ejercido siempre de Ni?o. Es un patriota de Miami que ahora, cuando llegan las horas del poniente, viene a descansar a sus lares primigenios. Y se supone que a pagar los impuestos. Que lo de ser patriota en Miami o en Andorra o en Montecarlo hace tiempo que se lleva mucho. (Miami es el no va m¨¢s del patriotismo hispano y americano.) Como se llevaba en la ¨¦poca de la Rep¨²blica, cuando las derechas sacaban el dinero por las fronteras para que no sirviera al r¨¦gimen imp¨ªo.
Adi¨®s, Reyes, siglos, milenios, ni?os. Adi¨®s blanca Navidad y noches de paz. El d¨®lar ha bajado y el euro ha subido, como hab¨ªan pronosticado ya los expertos. Esto es lo ¨²nico verdaderamente importante, no digo que sea bueno ni malo. Aunque a lo mejor pasado ma?ana cambia la tendencia. En cualquier caso, el rostro crispado de un vendedor en la Bolsa es la mejor postal para felicitar el a?o que ha empezado.
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