La f¨¢brica de sexo
Una empresa de Almassora lidera la distribuci¨®n en Espa?a de v¨ªdeos 'porno' para alquiler
Visto desde fuera, nadie pensar¨ªa que el moderno edificio que alberga en Almassora la empresa Negro y Azul es una f¨¢brica de sexo. Parece una empresa de inform¨¢tica o una consultor¨ªa de recursos humanos. Pero, detr¨¢s de la gran c¨¢mara de cine que corona la entrada, casi una reliquia de la d¨¦cada de los 30, se esconde una de las distribuidoras de cine porno m¨¢s importantes de Espa?a, con una facturaci¨®n que supera los 1.000 millones de pesetas (500 de los cuales pertenecen al mercado espa?ol), que vende al a?o 300.000 copias de pel¨ªculas X y que ya tiene sucursales en Portugal y varios pa¨ªses de Latinoam¨¦rica.
Negro y Azul naci¨® en 1991 cuando Gino de Giorgi, el representante en Espa?a de la productora italiana Black & Blue, buscaba un distribuidor para las pel¨ªculas de Mario Salieri (el principal director de cine X europeo) en territorio nacional. Contact¨® con un empresario cordob¨¦s afincado en Almassora y le propuso dar a conocer el cine de Salieri en Espa?a con un sello que lo distinguiera del resto de las producciones de porno que anegaban el mercado. Juan Montilla, propietario entonces de una peque?a distribuidora de pel¨ªculas de v¨ªdeo, asumi¨® el reto 'por la calidad del producto que nos ofrec¨ªan'.
'Yo hab¨ªa visto muy poco porno cuando empezamos, y no era una cosa que me gustara', afirma Montilla que, sin embargo, se?ala que el secreto de haberse convertido en la segunda empresa distribuidora de cine X en nuestro pa¨ªs est¨¢ en que 'cuidamos el producto hasta el punto de que no lo tratamos bajo el prisma del porno'. Desde su creaci¨®n, la distribuidora castellonense apost¨® por una f¨®rmula comercial que hu¨ªa de los habituales canales de propagaci¨®n del v¨ªdeo para adultos, como los kioscos o las revistas, para centrarse en la venta a videoclubes y sex-shops para alquiler del usuario.
Del mismo modo, Juan Montilla se ha negado sistem¨¢ticamente a vender sus pel¨ªculas a los canales televisivos que emiten cine para adultos ya que, en su opini¨®n, 'los precios que pagan las plataformas digitales no son rentables para las distribuidoras'. Eso ha convertido a su empresa en la n¨²mero uno en ventas de v¨ªdeos X para alquiler.
Esa estrategia comercial se basa en la originalidad de unos lanzamientos que poco tienen que ver con las cintas de cine pornogr¨¢fico que encontramos en las tiendas de v¨ªdeos. Hace cuatro a?os, Negro y Azul vend¨ªa Demonio y amor en un estuche que inclu¨ªa un rosario, en referencia a la imaginer¨ªa religiosa de la pel¨ªcula. Con Inferno, un filme de reminiscencias dantescas, lanz¨® una colecci¨®n de mecheros de gasolina con el anagrama de la pel¨ªcula. Y recientemente, la ¨²ltima creaci¨®n de Mario Salieri, Stavros, una transposici¨®n al porno del Ciudadano Kane de Orson Welles, se promociona en una lujosa caja que incluye una rosa roja en un gui?o cin¨¦filo de exquisita sensibilidad.
En Negro y Azul trabajan siete personas que realizan todo el proceso de postproducci¨®n de las pel¨ªculas porno. Desde el m¨¢ster en versi¨®n original que proporciona la productora de la pel¨ªcula hasta la copia que el aficionado alquila en los establecimientos del ramo hay un proceso que obliga a estar en contacto todo el d¨ªa con el mundo del sexo: doblaje al castellano, dise?o de la car¨¢tula, grabaci¨®n y reproducci¨®n de las copias. 'Es un trabajo como otro cualquiera', se?ala Montilla quien, entre sus iniciativas m¨¢s celebradas, se enorgullece de haber doblado, por primera vez, una pel¨ªcula X al valenciano. Fue en 1995, con ocasi¨®n de los IV Premios de la Cartelera Turia, cuando Negro y Azul lanz¨® una edici¨®n limitada de Dr¨¢cula de Mario Salieri -el filme galardonado ese a?o por la publicaci¨®n como mejor pel¨ªcula porno del a?o- en la lengua aut¨®ctona.
Estas ideas han propiciado que, en diez a?os, Negro y Azul haya pasado de lanzar dos t¨ªtulos al mes a los quince que pone en el mercado actualmente. Que se haya convertido no s¨®lo en distribuidora de las pel¨ªculas de Mario Salieri y sus colaboradores, sino tambi¨¦n en la firma que ha introducido en Espa?a los filmes de los directores Max Bellocchio, Carolyn Monroe y Giancarlo Bini. Que, recientemente, la distribuidora valenciana haya iniciado la aventura de la producci¨®n de pel¨ªculas, al firmar un acuerdo con el enfant terrible del porno catal¨¢n, Conrad Son, para patrocinar sus v¨ªdeos. Y que, en junio de 2000, haya creado una divisi¨®n para comercializar cine X de 'temas especiales' (los que se salen del porno heterosexual convencional) con el nombre de Quality Films.
Pese a que los vientos le soplan favorablemente, Montilla confiesa que en su propia familia todav¨ªa no ven con buenos ojos el negocio: 'Mis hijas son muy modernas y est¨¢n de acuerdo con que me dedique a esto, pero mi mujer lo lleva peor, sobre todo cuando tengo que relacionarme con actrices porno'. Son los gajes de dirigir una f¨¢brica de sexo.
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