El nuevo Zaplana

Aunque repetirse es morir un poco, tengo que recordar otra vez que una de las caracter¨ªsticas del comportamiento pol¨ªtico de Zaplana es su necesidad de 'volver a empezar'. Comienza buscando la confianza, el cr¨¦dito personal, que reclama al hablar del esp¨ªritu con el que llega. Contin¨²a formulando el sentido de su gobierno, la estructura de su poder inmediato. Es entonces cuando plantea el nuevo proyecto, su programa pol¨ªtico, pero que pretende impactar bas¨¢ndose en metas sorprendentes e inesperadas. Cerrado el ciclo, al menos bajo su perspectiva, vuelta a empezar, pero en otro plano distinto, con un grado m¨¢s de aspiraci¨®n. Hasta aqu¨ª lo ya comentado en otro momento, pero que se ajusta como anillo al dedo para la situaci¨®n actual.

El mismo d¨ªa, justo el mismo, en que se comenta el acuerdo definitivo sobre el AVE, aparece tambi¨¦n en la prensa valenciana que el presidente anuncia una convenci¨®n ideol¨®gica de su partido para sentar las bases del nuevo proyecto del PP. El AVE tiene un valor simb¨®lico para Zaplana, es el t¨¦rmino de una etapa. Se acab¨®. Hay m¨¢s cosas pendientes y muchos flecos sueltos en lo realizado, pero el ciclo est¨¢ cumplido y los detalles finales ya no le interesan mucho. Es la hora de volver a empezar, pero con algo m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa.

El problema del nuevo Zaplana es acertar. Acertar con el esp¨ªritu que desea iniciar, con el cr¨¦dito alcanzado. Acertar con la f¨®rmula de gobierno, con los equipos que necesita renovar con m¨¢xima urgencia. Que tambi¨¦n sea cierto el nuevo proyecto, acertar con Valencia y acertar con Espa?a, tal y como plantea en su anunciado libro, El acierto de Espa?a. Todo un reto personal, excitante y arriesgado, pero inevitable ya para el nuevo ciclo de Zaplana.

Podemos intuir algo de este proceso que comienza, porque los pol¨ªticos, como el resto de los mortales, tienden a repetir las conductas que salen bien y a evitar aquellas que fracasan. Tiene que ser un proyecto, imaginamos, dise?ado y realizado por gente joven, que intente proyectar a Valencia en Espa?a y m¨¢s all¨¢, asentado con fuerza en las nuevas tecnolog¨ªas y que pueda servir de modelo para otros. Tiene que ser algo m¨¢s que un parque tem¨¢tico o tecnol¨®gico, pero tambi¨¦n cercano a la tierra m¨ªtica del futuro. Algo as¨ª como una Ciudad del Conocimiento, donde se pueda investigar, estudiar y resolver problemas de urgencia social, desde los nuevos modelos de gesti¨®n privada para los servicios sociales, hasta las redes digitales para una sociedad de las oportunidades o las tendencias futuras en biomedicina. En definitiva, algo as¨ª como una mezcla de Terra M¨ªtica y Museo de las Ciencias, pero con alta velocidad.

Bromas al margen, es evidente que comienza una etapa. Si bien es cierto que los flecos que deja sueltos pueden ahogar su pol¨ªtica y que tambi¨¦n es verdad que en algunas cosas todav¨ªa est¨¢ todo por hacer, hay que reconocer asimismo que Zaplana est¨¢ en un momento de alta credibilidad y mucha confianza p¨²blica. Si act¨²a con rapidez y sabe ir por delante de las legionellas, puede acertar. Si acierta y nos beneficia, mejor para todos. Caso contrario, ya se sabe, se cierra el ciclo y se baja el tel¨®n.