La receta de Bush
Hay muchos s¨ªntomas de desaceleraci¨®n, incluso de recesi¨®n, en EE UU. Pero los comentarios del presidente electo Bush de utilizar recortes impositivos para mantener la econom¨ªa en buen estado resultan preocupantes. Las grandes rebajas fiscales son una 'soluci¨®n' a corto que a la larga podr¨ªan provocar un grave da?o.
Estados Unidos est¨¢ entrando en una desaceleraci¨®n provocada por la menor inversi¨®n empresarial. En los ¨²ltimos ocho a?os, el avance en tecnolog¨ªa de la informaci¨®n (TI) condujo a una incre¨ªble reestructuraci¨®n de las empresas, que renovaron sus sistemas para sacar partido al comercio electr¨®nico, la gesti¨®n inform¨¢tica y los sistemas de comunicaciones. ?El resultado? La inversi¨®n en equipo y programas creci¨® un 19% anual entre 1993 y 1999, y en 1999 fue casi la mitad de toda la inversi¨®n en equipo. Este aumento impuls¨® tanto la demanda que el gasto total (consumo m¨¢s inversi¨®n) creci¨® m¨¢s r¨¢pido que la producci¨®n, lo que depar¨® un d¨¦ficit comercial de m¨¢s de 400.000 millones de d¨®lares anuales. Ese d¨¦ficit se financia con inversi¨®n extranjera. El auge de la TI llev¨® a imaginar un milagroso crecimiento a largo plazo en EE UU, lo que condujo a expectativas poco realistas y contribuy¨® a un auge sin precedentes del mercado burs¨¢til entre 1996 y 1999.
Las grandes rebajas fiscales son una 'soluci¨®n' a corto plazo, pero a la larga pueden provocar un grave da?o
En resumen, la mejora de la productividad por la nueva econom¨ªa se exager¨® en la mente de la opini¨®n p¨²blica. Ahora se espera un r¨¢pido crecimiento; y se da por sentado un mercado burs¨¢til en alza. La econom¨ªa refleja la irrealidad de estas expectativas.
Todos cuentan con que la Reserva Federal salve la situaci¨®n. Una rebaja de tipos de inter¨¦s ayudar¨ªa a mantener fuerte el consumo y la construcci¨®n de viviendas. Pero ese recorte no afectar¨¢ a la inversi¨®n empresarial, la parte de la demanda que probablemente oscile de manera dr¨¢stica en los pr¨®ximos a?os. Adem¨¢s, la Reserva Federal ser¨¢ precavida a la hora de reducir tipos cuando el d¨®lar cae, la econom¨ªa est¨¢ cercana al pleno empleo, y se ve afectada por un aumento de los precios energ¨¦ticos.
Y entra en escena George Bush, enfrentado a un Congreso dividido y a dudas sobre su legitimidad. El presidente electo cree que su propuesta de un recorte fiscal de 1,3 billones de d¨®lares es una 'p¨®liza de seguros' contra la recesi¨®n. Un error por varias razones. En primer lugar, un largo debate sobre el recorte de impuestos crear¨¢ incertidumbres en los mercados, haciendo que la confianza de las empresas e inversores se debilite m¨¢s. En segundo lugar, una gran rebaja fiscal restringe la capacidad federal para disminuir los tipos de inter¨¦s. En tercer lugar, un gran recorte impositivo socavar¨¢ la s¨®lida situaci¨®n fiscal, crucial para la expansi¨®n. Una vuelta a los d¨¦ficits, que podr¨ªa ser el resultado de la combinaci¨®n de grandes desgravaciones y un crecimiento m¨¢s lento, har¨ªa la econom¨ªa de EE UU m¨¢s vulnerable a sacudidas en los pr¨®ximos a?os.
Frente a un debilitamiento, lo mejor es la prudencia. En general, medidas desesperadas, como enormes recortes fiscales o grandes reducciones de los tipos de inter¨¦s, acaban fracasando. Los pa¨ªses que intentan mantener su econom¨ªa creciendo demasiado r¨¢pido y durante demasiado tiempo, empleando esas pol¨ªticas, acaban en un caos financiero que se tarda varios a?os en solucionar. Las declaraciones de Bush presentan un poco saludable sesgo hacia la intervenci¨®n macroecon¨®mica a corto plazo, m¨¢s que una sensata insistencia en el largo plazo.
Jeffrey D. Sachs es profesor de la c¨¢tedra Galen L. Stone de Econom¨ªa y director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard.
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