'Mi padre era un rom¨¢ntico', afirma el hijo de Mark Rothko
Los herederos del artista visitan la retrospectiva de la Fundaci¨®n Mir¨®
Christopher Rothko (Nueva York, 1963) es psic¨®logo cl¨ªnico y escritor, pero buena parte de su tiempo lo invierte en gestionar la obra de su padre, de la que es uno de sus principales coleccionistas, tal como puede verse en la retrospectiva que incluye 13 obras de su propiedad y otras tantas de la colecci¨®n de su hermana Kate, que tambi¨¦n ha visitado la exposici¨®n de Barcelona. 'Yo ten¨ªa seis a?os cuando muri¨® y, curiosamente, lo que m¨¢s recuerdo es su voz', afirma Christopher Rothko. 'Era una voz profunda, envolvente, muy dulce. Tambi¨¦n me acuerdo de su sonrisa. Creo que pese a todos los problemas que arrastraba sent¨ªa placer por la vida'. Ha habido muchas interpretaciones sobre el porqu¨¦ de la depresi¨®n de Rothko, que decidi¨® acabar con su vida el 25 de febrero de 1970 en su estudio neoyorquino. 'No se puede saber por qu¨¦ se mat¨®, pero creo que en aquel momento ¨¦l empezaba a darse cuenta de que estaba rodeado de gente que no lo quer¨ªa de verdad sino que lo utilizaba', afirma.
Christopher era demasiado peque?o, pero su hermana Kate ten¨ªa ya 18 a?os y se opuso legalmente a los tratos que tras la muerte de su padre realizaron sus representantes. 'Hab¨ªa tres personas que gestionaban su obra y ellos llegaron a un acuerdo con la galer¨ªa de mi padre, la Malborough, para vender unos 100 cuadros muy buenos a un precio irrisorio. Naturalmente, la galer¨ªa obtuvo muchos beneficios. Mi hermana emprendi¨® acciones legales y, finalmente, al cabo de ocho a?os consigui¨® que se reconociera legalmente que hab¨ªan actuado de forma deshonesta. Muchas de las pinturas ya estaban en manos de coleccionistas privados que hab¨ªan pagado mucho por ellas, pero s¨ª pudieron recuperarse unas 25 de los fondos de la galer¨ªa'. Lamenta esta dispersi¨®n de las obras porque, afirma, 'muchas grandes obras est¨¢n en manos de colecciones privadas, b¨¢sicamente suizas y alemanas, y no se han exhibido nunca p¨²blicamente'.
Christopher Rothko s¨®lo tiene elogios para los responsables de la exposici¨®n de Barcelona, que hasta el 12 de enero hab¨ªa contado con 61.550 visitantes, una media de 1.450 personas por d¨ªa. Le alegra este inter¨¦s porque, en su opini¨®n, la obra de su padre ha estado demasiados a?os en la sombra. 'Los movimientos como el pop y el conceptual ten¨ªan un esp¨ªritu de trabajo muy diferente. Quer¨ªan romper con la tradici¨®n art¨ªstica anterior y, sobre todo, con la idea rom¨¢ntica del artista. Mi padre, que era m¨¢s tradicional, odiaba la cultura de masas y cre¨ªa seriamente que pod¨ªa comunicar sentimientos e ideas a trav¨¦s del cuadro, se opon¨ªa a estas tendencias porque pensaba que a partir de estos principios no se entender¨ªa su trabajo. Y as¨ª fue. S¨®lo hace tres o cuatro a?os que vuelve a haber inter¨¦s por sus obras'. Tiene claro el porqu¨¦ de este renovado inter¨¦s. 'B¨¢sicamente porque se han organizado grandes exposiciones. ?sta es la raz¨®n. Lo cierto es que han tenido mucho ¨¦xito de p¨²blico y, aunque parte de la cr¨ªtica ha hablado de moda, creo que la gente realmente nunca olvid¨® a Rothko'.
Reconoce, de todas formas, que la obra de su padre empieza a dejar de ser tema para los cr¨ªticos para comenzar a ser materia de estudio de los historiadores del arte. 'Es una dif¨ªcil transici¨®n', afirma. 'El problema es que la sociedad actual cada vez valora menos la emoci¨®n y m¨¢s la ciencia, menos la experiencia personal y m¨¢s la tecnolog¨ªa. Es algo que veo a menudo porque soy psic¨®logo y muchos pacientes ahora no quieren hablar de sus problemas sino que piden s¨®lo p¨ªldoras. Todo esto har¨¢ que cada vez sea m¨¢s dif¨ªcil entender el esp¨ªritu de las obras de mi padre'.
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