Sant Antoni, fuegos y fiesta
Las hogueras y los animales centran las diversas formas de celebrar la Santantonada en las comarcas valencianas
Esta medianoche las llamas inundar¨¢n el Pa¨ªs Valenciano. Las tinieblas quedar¨¢n rasgadas y roto el fr¨ªo por centenares de hogueras, que brotar¨¢n en calles y plazas. Un a?o m¨¢s, el fuego sagrado ser¨¢ el rito central de la fiesta. Un fuego cuyo esp¨ªritu lleva la madera en sus entra?as y que, al ser engendrado por los troncos, en el mismo instante de proporcionarle la luz y el parto, devora edipicamente a sus progenitores.
Desde Els Ports al Bajo Segura, todas las comarcas valencianas, con parecidos ceremoniales y elementos diferentes, ir¨¢n acudiendo puntuales a su cita m¨¢s importante con sus tradiciones ancestrales, desde hoy y a lo largo de 15 d¨ªas. Las tierras septentrionales particularizar¨¢n la festividad con el combate entre santos y demonios de la Santantonada; en las comarcas centrales la fiesta gira en torno a gigantescas fogueres; el mediod¨ªa combina los cultos ¨ªgnicos y vegetales con romer¨ªas y ferias; Valencia concentra en el barrio de Sagunto las solemnidades de la festa de sant Antoni con un entra?able porrat, una concurrida bendici¨®n de animales y la ritual foguera de esta noche.
Las hogueras de la nit de sant Antoni presentan una amplia diversidad. En unos pueblos cada calle enciende su hoguera, en otros se colocan ante la casa de un Antonio o cada casa aporta un haz a una sola hoguera comunal. En Canals (La Costera) se han ido acarreando centenares de troncos tras el 7 de diciembre, v¨ªspera de la Pur¨ªsima, en que se lleva a la poblaci¨®n la primera soca. Desde primeros de enero, un equipo de foguerers van amontonando en forma piramidal toneladas de le?a, alrededor de un alto pino; se recubre con un manto de ramas verdes y un naranjo, con sus frutos, corona la pira. Hoy, entre campanas, las abiertas puertas del templo dejan paso a una emblem¨¢tica procesi¨®n, presidida por sacerdotes revestidos y portadores del antiguo y sacrosanto fuego nuevo, encendido en la l¨¢mpara del sagrario; con esta llama consagrada se prende la hoguera.
En Forcall (Els Ports), que celebrar¨¢ su Santantonada el d¨ªa 19, la hoguera tambi¨¦n rodear¨¢ un eje central, el mayo, cuya port¨¤ tiene lugar el 26 de diciembre, fiesta de san Esteban, entre expansiones carnavalescas. El mayo, dios muerto yacente sobre el pavimento de la plaza forcallana, recoge la idea de resurrecci¨®n en el momento de la plant¨¤, coronado por el vivo copo de la tierna capolleta, y, as¨ª, se constituye en axis mundi. Completan la barraca unos radios, las costelles, revestidas con verde ramaje de hoja perenne, la brosta, que alude a la regeneraci¨®n e inmortalidad de las fuerzas naturales, como los ¨¢rboles de Navidad, y, a la vez, pretenden llevar al poblado los efectos m¨¢gicos y ben¨¦ficos que se atribu¨ªan al bosque. El sacramental fuego le llegar¨¢ a la uterina barraca de la mano de las diab¨®licas botargas, tras un desfile dionis¨ªaco, en el que los dimonis van mortificando a los sants Antonio y Pablo.
La particularidad de la Vilanova d'Alcolea (La Plana Alta) es el protagonismo de numerosos caballos. La matx¨¤ ha de saltar una cuarentena de hogueras, dispuestas a lo ancho de las calles, que se van encendiendo a medida que avanza la procesi¨®n, encabezada por el gui¨®n del santo. Entre la expectaci¨®n popular y el espanto de los caballos va atravesando el tropell las llamas. Unas llamas que, cuando el Sol mortecino del fr¨ªo invierno no luce ni calienta, lo conjuran, le urgen un renacimiento. Unas llamas que invitan a la dormida naturaleza, aletargada, a despertar, a rebrotar.
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