'Los eunucos eran unos magn¨ªficos y eficaces pol¨ªticos en Al-?ndalus'
Yah¨ªa ben al-Hakam, conocido como Al-Gazal, fue poeta, cient¨ªfico, cabalista y embajador. Al-Gazal fue amigo de Abderram¨¢n II, emir omeya de Al-?ndalus de 822 a 852. El sabio y audaz diplom¨¢tico de Abderram¨¢n II atraves¨® las aguas convulsas del siglo IX. Y no s¨®lo de forma metaf¨®rica, porque Al-Gazal estuvo en Bizancio, luch¨® contra los vikingos en el asedio de Sevilla y fue el primer ¨¢rabe en viajar a Escandinavia. Al menos, eso cuenta Jes¨²s Maeso de la Torre (?beda, 1949), que ha convertido a Al-Gazal en el protagonista de su primera novela a partir de un escrito medieval.
El texto, tan breve como sugerente, pertenece al Almokatabis, de Ben Hayy¨¢n, y dice: 'Yah¨ªa ben al-Hakam, denominado por sus contempor¨¢neos como Al-Gazal, la Gacela, por su varonil belleza, goz¨® del favor y la amistad de tres emires de C¨®rdoba. Vivi¨® en el siglo III de la H¨¦gira (siglo IX de la era cristiana) y perteneci¨® a la tribu de los Banu Bekkar ben Wail, de Ja¨¦n. Alcanz¨® la fama como embajador de Abderram¨¢n II, viajando a las cortes de Oriente y Occidente, y fue esclarecido en todo Al-?ndalus por su valor guerrero, dotes po¨¦ticas y sabidur¨ªa en la astronom¨ªa y la alquimia'. Maeso ha construido a partir de este texto la novela Al-Gazal, el viajero de los dos orientes, que se ha convertido en un importante ¨¦xito. Edhasa -una prestigiosa editorial que ha echado el resto en la publicaci¨®n de novelas hist¨®ricas- va ya por la segunda edici¨®n de la novela de Maeso.
'Creo que el libro ha gustado a mucha gente porque recupera una ¨¦poca de Al-?ndalus muy desconocida, la ¨¦poca califal, que fue deslumbrante para Andaluc¨ªa. C¨®rdoba era un referente en Occidente. Abderram¨¢n II gobernaba como un rey de Espa?a. Salvo el norte de la Pen¨ªnsula -Asturias, Galicia, la Marca Hisp¨¢nica-, Abderram¨¢n gobernaba en el resto del territorio. Era un gobernante extraordinario: alquimista, astr¨®nomo y poeta. Una leyenda dec¨ªa que entre ¨¦l y sus s¨²bditos hab¨ªa una luna de miel. Al-Gazal era su ministro plenipotenciario no porque fuera un buen pol¨ªtico sino porque era un sabio', explica Maeso. El escritor lamenta que la gente no considere tan espa?oles a Abderram¨¢n II o Al-Gazal como a los reyes y guerreros cristianos de la Edad Media. 'A Abderram¨¢n II y Al-Gazal no los consideramos espa?oles, pero deber¨ªamos hacerlo. Son tan espa?oles como El Cid', recalca.
Sin embargo, el inicio de la novela pone coto a cualquier tentaci¨®n de idealizar Al-?ndalus. 'Al-Gazal empieza la novela en el exilio porque ha sido machacado por los fundamentalistas musulmanes. Hay que tener en cuenta que toda la civilizaci¨®n del norte de ?frica era bereber, mientras que Al-Gazal y su gente eran sirios. De todas maneras, Espa?a estaba en las tinieblas durante el reino visigodo. La civilizaci¨®n ¨¢rabe fue para aquella ¨¦poca un gran avance', indica.
Uno de los momentos culminantes de la novela es el ataque de los vikingos a Sevilla. La brutalidad de la incursi¨®n de los hombres del norte s¨®lo fue comparable a la reacci¨®n ¨¢rabe. 'Sevilla no estaba amurallada. El asalto de los vikingos fue terrible. A la gente no le dio tiempo a refugiarse en Carmona y fue masacrada. Los vikingos destruyeron e incendiaron la mezquita. Tambi¨¦n mataron al imam. El aquelarre de sangre se desarroll¨® en la actual plaza del Salvador', dice. 'La venganza de Abderram¨¢n fue tremenda. Los ¨¢rabes crucificaron y despellejaron a los vikingos en donde est¨¢ la actual avenida de la Palmera', relata Maeso. 'Algunos vikingos quedaron como rehenes. Muchas de las personas rubias con ojos azules que hay en algunas localidades de la provincia de Sevilla pueden ser descendientes de aquellos vikingos. Estos rehenes vikingos les ense?aron a fabricar queso a los aut¨®ctonos y se quedaron en Sevilla', agrega.
Maeso hace hincapi¨¦ en el decisivo papel de los eunucos en la vida pol¨ªtica de Al-?ndalus. 'Hab¨ªa unas tremendas luchas de poder entre los eunucos, las favoritas y los hijos de los califas. Los eunucos eran unos magn¨ªficos y eficaces pol¨ªticos en Al-?ndalus. S¨®lo se dedicaban a su emir. A los dos eunucos que salen en el libro los castraron siendo ni?os cuando hubo una gran sublevaci¨®n en C¨®rdoba. Ten¨ªan grandes cargos en palacio y riquezas fabulosas. Al ser castrados se desarrollaba en ellos una condici¨®n pseudofemenina. Eran sutiles para todo. Ten¨ªan una malicia perversa', recalca.
Maeso prepara una nueva novela para esta primavera que tambi¨¦n tendr¨¢ un escenario andaluz. 'La piedra del destino transcurre en el siglo XIV. Robert Bruce, rey de Escocia, muere de lepra. Cre¨ªa que la lepra era una maldici¨®n por sus pecados y quer¨ªa redimirse. Ordena que saquen su coraz¨®n, la parte m¨¢s pura de su cuerpo, y lo lleven a Tierra Santa. Un grupo de escoceses llega a Santiago de Compostela. Y, luego, deciden ir al Reino de Granada a luchar contra los ¨¢rabes. Se unen a las huestes del rey Alfonso XI', relata Maeso.
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