El Kutxaespacio de la Ciencia de San Sebasti¨¢n espera recibir unos 125.000 visitantes cada a?o
El Kutxaespacio de la Ciencia se rige por una f¨®rmula muy simple: ciencia m¨¢s diversi¨®n elevado al cuadrado. En palabras de Juan Luis Urkola, director de Comunicaci¨®n de la Kutxa, entidad promotora del museo donostiarra, 'no es un escaparate sobre la ciencia, sino un espacio interactivo donde el p¨²blico est¨¢ obligado a manipular los experimentos'.
'Nuestro lema es 'se proh¨ªbe tocar', insiste Urkola. En el libro de gu¨ªa para comprender todos los elementos se dice que 'la informaci¨®n cient¨ªfica se presenta de forma atractiva, con un nuevo estilo de comunicaci¨®n a trav¨¦s de la manipulaci¨®n de los objetos y la realizaci¨®n de experimentos'.
Este complejo cient¨ªfico pretende ser 'una herramienta pedag¨®gica para los estudiantes, los profesores y el p¨²blico en general', afirm¨® ayer Urkola durante la presentaci¨®n de los contenidos y caracter¨ªsticas del nuevo museo. De los 2.400 metros cuadrados de que constan las instalaciones, ma?ana se abren al p¨²blico un parque tem¨¢tico con 160 m¨®dulos experimentales, el txikiklik dirigido a los ni?os y la sala de exposiciones temporales, que se estrena con Dinosauria 2001. El retraso de las obras han aplazado la apertura del observatorio astron¨®mico, el planetario y el teatro de la ciencia, un ¨¢rea donde se realizar¨¢n demostraciones pr¨¢cticas ante el p¨²blico.
La Kutxa ha invertido 2.100 millones de pesetas (12,6 millones de euros) y destinar¨¢ para cubrir el presupuesto anual 240 millones, un tercio de los cuales se financiar¨¢ con los ingresos de la taquilla. Los responsables de la entidad bancaria, que han tomado como referencia el p¨²blico que acude al Planetario de Pamplona y al Parque de la Ciencia de Granada, calculan una asistencia media de unas 10.000 personas al mes. El edificio, dise?ado por el arquitecto donostiarra Joaqu¨ªn Montero, estar¨¢ abierto todos los d¨ªas hasta las 18.00, salvo los lunes, que permanecer¨¢ cerrado.
El director del Kutxaespacio de la Ciencia, F¨¦lix Ares de Blas, explic¨® que el objetivo del museo es que est¨¦ 'siempre vivo'. Con esta finalidad se trabajan ya en su ampliaci¨®n y se han establecido contactos con dos empresas del Parque Tecnol¨®gico de Miram¨®n, donde tiene su sede el museo, para estudiar la posibilidad de abrir dos nuevas secciones.
En estos momentos, el ¨¢rea que alberga la exposici¨®n permanente contiene diez secciones muy diversas, desde el jard¨ªn de los elementos, situado en el exterior del recinto muse¨ªstico, hasta el txikiklik, una habitaci¨®n muy colorista donde los ni?os podr¨¢n descubrir el secreto de un tel¨¦fono, qu¨¦ existe detr¨¢s de un enchufe para que llegue la electricidad o el funcionamiento de los electrodom¨¦sticos, entre otras aplicaciones did¨¢cticas.
Conexi¨®n con el 'Hubble'
Ares de Blas cit¨® algunos ejemplos, como un aparato que simula terremotos, el descubrimiento del p¨¦ndulo de Foucault, el movimiento de una bola del mundo de 2.500 kilos de peso que se sostiene en el aire sin ning¨²n soporte o la demostraci¨®n del efecto invernadero sobre la Tierra. Los m¨®dulos experimentales abordan campos como la ¨®ptica, la mec¨¢nica, la electricidad, la luz, las telecomunicaciones y el mundo de las percepciones sensoriales, entre otros.
El museo donostiarra, adem¨¢s, tiene otra atracci¨®n en el observatorio astron¨®mico, que est¨¢ conectado al telescopio espacial Hubble, del que se captar¨¢n, por ejemplo, im¨¢genes sobre las manchas solares, las fases de Venus o los movimientos de J¨²piter. En el planetario hay 40 proyectores de diapositivas, tres ca?ones de v¨ªdeo, sonido de calidad extra, efectos especiales y un proyector de estrellas digital como s¨®lo hay dos en Espa?a. El museo cient¨ªfico donostiarra se suma a otros similares ya existentes en A Coru?a, Madrid, Barcelona, Valencia y Granada, o el de Poitiers en Francia.
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