Respiro aliviado

Al conocer, hace d¨ªas, la concesi¨®n de una menci¨®n honor¨ªfica a Daniel Gil en la X edici¨®n de los Premios Nacionales de Dise?o sent¨ª verg¨¹enza, me pareci¨® un insulto. Cuando se crearon estos galardones, en 1987, hab¨ªa dos candidatos claros, por su trayectoria profesional y por el objetivo declarado de los premios, a recibirlos: Daniel Gil y Andr¨¦ Ricard. Con Ricard se hizo justi

cia, pero tanto Daniel Gil como el dise?o gr¨¢fico quedaron apartados en aquella primera edici¨®n. En 1988 se corrigi¨® el error respecto al dise?o gr¨¢fico -Enric Satu¨¦ fue el destinatario del premio, con todo merecimiento- y desde entonces se han venido otorgando tales distinciones, con acierto en la mayor parte de los casos, hasta la actual designaci¨®n de Mario Eskenazi, uno de nuestros mejores grafistas. Pero el reconocimiento a Daniel Gil se hac¨ªa esperar -no ha sido el ¨²nico caso, la adjudicaci¨®n del premio a Cruz Novillo se demor¨® inexplicablemente a fecha reciente-. En esta X edici¨®n se ha pretendido tapar la falta con una menci¨®n honor¨ªfica, torpeza que s¨®lo ha servido para hacer a¨²n m¨¢s visible la cojera con la que nacieron los premios. Hoy leo en este diario que Daniel ha rechazado la menci¨®n y respiro aliviado, por ¨¦l y porque a¨²n queden personas tan ¨ªntegras en esta profesi¨®n nuestra.-