La C¨¢mara de los Comunes brit¨¢nica proh¨ªbe la caza del zorro con perros
La ley ir¨¢ a los Lores y puede no entrar en vigor hasta el 2002
El Ejecutivo laborista hab¨ªa dejado libertad de voto a los diputados para que escogieran entre tres posibilidades: la autorregulaci¨®n de la caza por sus partidarios, a base de no matar indiscriminadamente zorros en cualquier ¨¦poca del a?o; la exigencia de pedir una autorizaci¨®n oficial similar a las licencias de pesca o caza de otros animales, para que nadie persiga a las cr¨ªas o a sus madres ni tampoco abra madrigueras artificiales para inducirles a ocuparlas, y la prohibici¨®n total de cazar al mam¨ªfero.
Las dos primeras opciones fueron derrotadas por amplia mayor¨ªa. Sin embargo, es posible que los Lores decidan retomar las licencias como la ¨²nica manera de llegar a un acuerdo que evite la desaparici¨®n completa de la caza de zorros. Buena parte de los diputados hablaron anoche de libertades personales, para justificar su preferencia por los permisos de caza, una v¨ªa apodada 'intermedia' y que era la favorita del ministro del Interior, Jack Straw.
Adem¨¢s de ser una tradici¨®n t¨ªpicamente inglesa mantenida durante siglos y asociada en un principio a la aristocracia, la caza del zorro ha enrarecido tambi¨¦n el ambiente en el Parlamento brit¨¢nico desde 1949, fecha de la derrota de los dos primeros intentos de prohibirla.
La tentativa de ayer fue tal vez una de las m¨¢s vistosas y enconadas, dentro y fuera de la C¨¢mara de los Comunes. A sus puertas, y en aceras separadas, sendas manifestaciones de grupos en defensa de los animales y de cazadores defendieron a gritos su postura. Los primeros, disfrazados de zorros, liebres y ciervos, los animales que suelen ser perseguidos por jaur¨ªas de perros a campo trav¨¦s, ped¨ªan que concluyera una forma 'cruel de perseguir a unos animales destrozados luego por los canes'.
Frente a ellos, miembros de la Alianza para el Campo y representantes de varias partidas de caza aseguraban que el zorro no sufre y que los empleos de miles de personas dependen de una tradici¨®n que mantiene viva la vida rural. En su opini¨®n, prohibir la caza del zorro dejar¨ªa en la calle a los criadores de perros y caballos y provocar¨ªa el cierre del negocio de hoteleros, curtidores de pieles para las monturas y herradores de caballer¨ªas, entre otros.
Cerca de 2.000 de los seguidores de este tipo de caza y 400 jinetes vestidos para la ocasi¨®n ratificaron ayer estas palabras desde Essex, al sur de Inglaterra, cazando un zorro frente a las c¨¢maras de las televisiones nacionales. Otro grupo de 360 cazadores hizo lo propio en Gales.
La Sociedad para la Protecci¨®n de los Animales le contest¨® que los cazadores, sus caballos y perros podr¨ªan seguir un rastro, en lugar de una presa viva, y conservar as¨ª el deporte.
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