El ser o no ser de Joaquim Molins

'Pienso cumplir con la m¨¢xima dedicaci¨®n mis responsabilidades como presidente del grupo municipal de CiU, cargo para el que fui elegido, pero a m¨ª no me corresponde nada m¨¢s porque ya he anunciado que dejar¨¦ la pol¨ªtica'. La afirmaci¨®n es de Joaquim Molins, jefe de filas de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, a quien se le pregunt¨® cu¨¢l es su compromiso con los objetivos que el pasado s¨¢bado se marc¨® la federaci¨®n de Barcelona de su partido, Converg¨¨ncia.

Molins no asisti¨® a esa asamblea pese a que forma parte de la ejecutiva de Barcelona. Y tampoco estuvo el pasado martes en la conferencia de an¨¢lisis del ejercicio y exposici¨®n de perspectivas que anualmente realiza el alcalde de Barcelona, Joan Clos.

Han sido dos ausencias notables, seg¨²n han reconocido propios y extra?os. Por ejemplo, el diputado del PSC Joan Ferran dijo ayer a prop¨®sito de las cr¨ªticas de Molins hacia Clos: 'Molins no es la persona m¨¢s indicada para hablar de ilusi¨®n ni de proyectos cuando no fue capaz de defender su gesti¨®n en la asamblea local de su propio partido'.

Molins ha optado por apartarse progresivamente despu¨¦s de comprobar que no ten¨ªa apoyos para optar a la presidencia de la federaci¨®n de Barcelona -que recay¨® en el concejal Joaquim Forn, aupado por Artur Mas- ni para obtener el respaldo por su trabajo en el grupo.

La situaci¨®n no es c¨®moda para ning¨²n miembro de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, pese a los ¨²ltimos intentos de poner paz mediante el reparto de responsabilidades entre los concejales de Converg¨¨ncia y los de Uni¨® tras la renuncia de Josep Mir¨® i Ard¨¨vol como portavoz. Y es precisamente Molins, junto con el reci¨¦n nombrado portavoz, Joan Puigdollers, quien intenta restablecer un buen clima. 'La nueva distribuci¨®n de funciones se ha hecho de una manera r¨¢pida y pac¨ªfica', resumi¨® Molins. Pero la cosa no est¨¢ f¨¢cil, reconocen todos.

Ayer Molins volvi¨® a la carga con la gesti¨®n de Clos. Para CiU, todo est¨¢ mal en Barcelona, y el origen de todos los males son los socialistas. Los de ahora, personificados en Clos, y los de antes, cuando el PSOE gobernaba. Un ejemplo: a Renfe no le interes¨® la integraci¨®n tarifaria cuando presid¨ªa la compa?¨ªa la socialista Merc¨¨ Sala. El cap¨ªtulo de cr¨ªticas a la gesti¨®n socialista fue extenso: el ruido de la ciudad, el deficiente funcionamiento del sistema de recogida de basuras, las obras, el tr¨¢fico, que se alquilen pisos en la ciudad irregularmente, que un guardia urbano no vaya armado, etc¨¦tera.