Huelgas de hambre

Una de las formas de lucha civil m¨¢s comprometida y que marca la diferencia con otras es la huelga de hambre. Es renunciar a lo m¨¢s esencial por tus ideas, es sacrificarte mermando tu salud. Es s¨ªmbolo de una entrega total, en unas dimensiones en las que la mayor¨ªa de los-las comprometidos-as no son capaces ni de imaginar. Pero en el caso concreto al que me refiero en el presente escrito es la huelga de hambre que iniciaron el 16 de enero algunos compa?eros como Paco Casero y Victorio Dom¨ªnguez en protesta por la presencia del submarino Tireless en nuestras costas. Adem¨¢s visitar¨¢n los Ayuntamientos de la Comarca del Campo de Gibraltar y terminar¨¢n hoy en una manifestaci¨®n en Algeciras.

La presencia de dicho submarino y su reparaci¨®n no s¨®lo es cuesti¨®n de ecologismo y de lucha antinuclear, ni de soberan¨ªa. Es algo m¨¢s, es ante todo un ninguneo a la poblaci¨®n civil y una falta de respeto hacia el pueblo. Una desidia por parte de los que cobran por gobernarnos y para solventar nuestros problemas. Pero hay gente que est¨¢ dispuesta a luchar y a exigir responsabilidades.

?Ha habido alg¨²n refer¨¦ndum para que existan centrales nucleares en el Estado espa?ol? Todos y todas sabemos que lo perder¨ªan. No s¨®lo sufrimos nuestros propios desperdicios, sino que tenemos que aguantar los de los dem¨¢s. Es de locos y, sin embargo, ocurre. Entonces, ?qu¨¦ nivel de poder tiene efectivamente el pueblo? ?Qu¨¦ poder tiene el pueblo andaluz si tiene que acatar obligatoriamente lo que decidan en Madrid, Bruselas o Londres?

Hay que unirse y tomar ejemplo de compa?eros como los de antes citados. Hay que comenzar a desenmascarar los intereses creados y a luchar creando plataformas, creando realmente poder popular y, por ejemplo, para empezar, asistiendo a la manifestaci¨®n de Algeciras.