'Escribo para ser libre'
'Qu¨¦ quejica soy', se lamenta Ana Mar¨ªa Matute (Barcelona, 1925) cuando se levanta para ir a buscar un libro. La escritora se rompi¨® un codo y, aunque eso ya est¨¢ superado, a¨²n le duele el brazo. Ha sufrido, adem¨¢s, un problema grave de desnutrici¨®n que la ha tenido entrando y saliendo del hospital desde hace unos meses. 'No pod¨ªa comer nada. Pierdo prote¨ªnas, me han hecho todo tipo de pruebas, y no saben exactamente por qu¨¦. Ahora me han dado la condicional, y la verdad es que me encuentro mejor. Como m¨¢s'.
Vive en un sobre¨¢tico en el Guinard¨® de Barcelona, con su hijo y su nuera, que la miman, y con cuatro perros. Ha adelgazado un mont¨®n, 10 o 12 kilos, pero lo que no ha perdido en absoluto es su sentido del humor, a veces demoledor, ni su coqueter¨ªa innata. Muestra una vitalidad intelectual muy notable y es dif¨ªcil creerla cuando asegura que no sabe si podr¨¢ continuar 'mucho tiempo'. 'Es curioso: tengo 75 a?os y muchos proyectos, pero de repente te das cuenta de que ya no tienes demasiado tiempo para hacerlos'.
'No hay que pensar nunca que los ni?os son tontos, para ellos escribo con amor, s¨¦ que me entienden'
Tiene previsto empezar a escribir en febrero una novela que tiene en la cabeza desde hace muchos a?os, Para¨ªso inhabitado. Es una historia que arranca en 1936, poco antes de la guerra, y que llega hasta la actualidad, pero prefiere no hablar de ella. 'Si lo hago, se me pasa la euforia y ya no escribo. Hace a?os tom¨¦ notas, que, como siempre, luego no me sirven de nada, pero la novela me rezuma ya por todos los poros'. Tambi¨¦n le bulle otro proyecto a m¨¢s largo plazo. 'Un d¨ªa escribir¨¦ un libro para explicar c¨®mo soy, mis lecturas, mi localizaci¨®n geogr¨¢fica, mi pa¨ªs. Me siento muy europea'. ?Unas memorias? 'En todo caso, muy at¨ªpicas, como yo. Nada de explicar eso de la gente que he conocido'.
De momento se siente lo bastante en forma como para hablar de Todos mis cuentos, un libro de gran formato, con tapa dura, en el que la editorial Lumen ha reunido sus relatos infantiles. 'Es el libro que me hubiera gustado que me regalaran cuando era peque?a'. Se entusiasma con las ilustraciones de David Molinero. 'Estimulan la imaginaci¨®n. El peligro que corren los ni?os de ahora es que con tanta pel¨ªcula y con tanta televisi¨®n pierdan la capacidad de inventar y de so?ar'.
En los nueve cuentos incluidos, aparecidos originalmente entre 1960 y 1995, es f¨¢cil ver muchos de los temas que, de una u otra manera, recorren la obra de Matute, como la soledad, la incomunicaci¨®n, la injusticia y grandes dosis de ternura, pero tambi¨¦n algo de crueldad, y siempre imaginaci¨®n y fantas¨ªa. No son cuentos anodinos ni pol¨ªticamente correctos. Yungo, el protagonista de El saltamontes verde, es un chico mudo, solitario, que conoce el lenguaje de los p¨¢jaros y de las flores; Juj¨², de El poliz¨®n del 'Ulises', vive en un mundo fabuloso inventado por ¨¦l..., y as¨ª muchos de sus personajes. En m¨¢s de una ocasi¨®n, la escritora ha explicado que empez¨® a escribir cuentos siendo casi una cr¨ªa para construirse un mundo que le gustase m¨¢s que el presente.Se adivina en Todos mis cuentos la infancia de la escritora, que no fue f¨¢cil. 'Es que yo era como era'. ?Y c¨®mo era? 'Mi padre ten¨ªa una f¨¢brica de paraguas. Nac¨ª en una familia acomodada en la que no faltaba de nada, pero yo me sent¨ªa mal en aquel ambiente, sobre todo en el colegio de monjas, que era horrible. No me gustaba lo que gustaba a las otras ni?as, nunca jugu¨¦ con mu?ecas, yo prefer¨ªa los libros y un teatrito que ten¨ªa. Cumpl¨ª 11 a?os en julio de 1936, cuando empez¨® la guerra. Antes viv¨ªamos en una campana de cristal y de repente salt¨® hecha pedazos. La posguerra fue mala, pero la guerra fue terrible, la violencia fue impresionante. Me sent¨ª estafada, como si me hubieran enga?ado. Me qued¨® como un rencor: la vida no era como me la hab¨ªan contado. Mis padres sufrieron mucho y yo sal¨ª roja del todo'.
La literatura infantil de Ana Mar¨ªa Matute gusta a los j¨®venes lectores, pero tambi¨¦n a los adultos. 'No hay que pensar nunca que los ni?os son tontos, para ellos escribo con amor, s¨¦ que me entienden. Cuido especialmente el lenguaje, que tiene que ser claro. Es muy dif¨ªcil escribir sencillo, al menos a m¨ª me cuesta mucho dar la apariencia de sencillez, pero lo agradecen'.
Se indigna cuando piensa en c¨®mo se ha tratado en Espa?a la literatura infantil. 'En este pa¨ªs, en que somos tan serios y tenemos tanto sentido de la dignidad, y lo digo con recochineo, ha sido considerada como de segunda'. Su apasionamiento crece cuando se refiere a Olvidado rey Gud¨² (1996), extraordinariamente bien acogida por los lectores -se ha convertido en un best seller-, pero no demasiado bien comprendida por buena parte de la cr¨ªtica, en su opini¨®n. 'Dijeron que era una novela de hadas..., cosas de la Matute. Algunos que no la han le¨ªdo la compararon con Tolkien y est¨¢ m¨¢s en la l¨ªnea del rey Arturo. Es un libro m¨¢gico, pero no de hadas. En general, lo dejaron muy bien, pero pens¨¦ que algunos cr¨ªticos no lo hab¨ªan le¨ªdo y que, si lo hab¨ªan le¨ªdo, peor, porque no se enteraron. Olvidado rey Gud¨² es el libro de mi vida, creci¨® como un ¨¢rbol dentro de m¨ª. Lo ten¨ªa medio acabado hace 25 a?os, pero no era el momento y lo dej¨¦. No me equivoqu¨¦ entonces ni al publicarlo, hace cuatro a?os'.
Olvidado rey Gud¨² es el segundo volumen de la trilog¨ªa medieval de Matute, iniciada con La torre vig¨ªa (1971) y concluida con Aranmanoth (2000). Matute podr¨ªa estar horas hablando de la Edad Media, ¨¦poca que define como 'un enorme bosque, tremendo y escalofriante'. De la guerra civil, que trat¨® con especial intensidad en sus primeras novelas, al bosque de la Edad Media, Matute tiene un registro muy amplio. 'He le¨ªdo mucho, pero no me parezco a nadie. Escribo para ser libre, para no encorsetarme'.
El nombre de Matute son¨® mucho en 2000, primero para el Premio Pr¨ªncipe de Asturias y luego para el Cervantes. 'Son¨®, pero nada. Me lo tomo con mucha tranquilidad; adem¨¢s, cuando dieron el Cervantes, yo estaba en plenas dolencias. Nunca he pedido nada a nadie. A mi edad, te tomas las cosas con mucha calma, ya no me indigno como cuando era peque?a'.
Babelia
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