Estrada, KO
Todo sugiere que el presidente filipino ha llegado al final del camino, aunque en su desesperado mensaje de ayer, en el que propone elecciones anticipadas en mayo sin su presencia, no mencionara la palabra dimisi¨®n. Pero no se puede gobernar un pa¨ªs como Filipinas, ni siquiera cuatro meses, sin las Fuerzas Armadas, los ministros, la polic¨ªa y la Iglesia. Estrada ha sido abandonado por sus principales colaboradores y los jefes militares, que se suman a las manifestaciones contra ¨¦l. La vicepresidenta y l¨ªder opositora Gloria Macapagal, que dej¨® el Ejecutivo en octubre y es su heredera constitucional, se prepara para asumir interinamente el poder.
Estrada fue acusado en octubre por un gobernador provincial de dirigir pr¨¢cticamente desde palacio una red de apuestas ilegales y de embolsarse por ello m¨¢s de 10.000 millones de pesetas. La evidencia se ha ido acumulando hasta el punto de que en noviembre se puso en marcha su destituci¨®n parlamentaria, bloqueada esta semana -11 votos contra 10- por senadores adictos al presidente, que rechazaron la aportaci¨®n de pruebas bancarias decisivas. El guillotinamiento del proceso ha servido para lo contrario de lo que se pretend¨ªa. En estos tres meses, los filipinos han ido conociendo a trav¨¦s de un aluvi¨®n de informaciones hasta qu¨¦ punto ha defraudado sus expectativas el ex actor de cine que asumi¨® la presidencia en 1998, anticip¨¢ndola como el papel de su vida.
Joseph Estrada es un cad¨¢ver pol¨ªtico. Su propuesta de elecciones anticipadas es anticonstitucional. El pa¨ªs es demasiado pobre como para soportar el vac¨ªo pol¨ªtico. Y Manila, que descubri¨® en 1986 el 'poder popular' para liquidar a Ferdinand Marcos, tiene tambi¨¦n una rica tradici¨®n golpista que puede reverdecer en cualquier momento. Estrada se ha convertido en un fardo para Filipinas; cuanto antes se marche, mejor.
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