?Hay que construir el trasvase del R¨®dano?

Barcelona y su regi¨®n metropolitana carecen de cuencas que aseguren el abastecimiento de agua necesaria para uso dom¨¦stico, industrial y agr¨ªcola. Sus 4,4 millones de habitantes beben las aguas del Llobregat, de algunos acu¨ªferos y del Ter, bombeada hasta la estaci¨®n de Cardedeu. El d¨¦ficit h¨ªdrico puede cubrirse por varias v¨ªas. Las autoridades han sopesado cuatro: el mar (desalinizaci¨®n) o los r¨ªos Ebro, Noguera Pallaresa o R¨®dano, con el correspondiente trasvase.

El Gobierno central, a trav¨¦s del Plan Hidrol¨®gico Nacional (PHN), apuesta por el Ebro. El Ejecutivo catal¨¢n prefiere el R¨®dano. Los t¨¦cnicos discrepan radicalmente en la defensa de cada uno de los proyectos. Por ejemplo, Llu¨ªs Berga, presidente del Comit¨¦ Espa?ol de Grandes Presas, descarta radicalmente el mar y cree que de los tres trasvases el Noguera Pallaresa representa la peor opci¨®n. Jes¨²s Carrera, miembro del comit¨¦ cient¨ªfico que estudi¨® la viabilidad del trasvase del R¨®dano, cree que hay soluciones mejores.

Esta semana, el consejo de C¨¢maras de Comercio se ha pronunciado abiertamente por el R¨®dano. Ya lo hab¨ªa hecho y hab¨ªa propuesto a los empresarios del sur de Francia que presionaran al Gobierno franc¨¦s para que acelerara la conexi¨®n de la l¨ªnea del AVE con Espa?a a cambio de presiones en Espa?a a favor del trasvase del R¨®dano. Los empresarios temen que la falta de agua acabe gravitando sobre la zona central catalana y empujando a inversiones industriales o tur¨ªsticas hacia otras zonas.

En Francia, el Consejo de Estado ha decidido declarar las obras del trasvase como de 'inter¨¦s p¨²blico', lo cual abre la puerta a conseguir financiaci¨®n europea para las mismas. No obstante, la empresa BRL (Bas R?hne Languedoc), que impulsa el proyecto, asegura que ni siquiera es necesaria la financiaci¨®n p¨²blica ya que la demanda existente hace rentable el acueducto.

La conducci¨®n se har¨ªa a trav¨¦s de una tuber¨ªa de 1,90 metros de di¨¢metro que recorre los 321 kil¨®metros que separan Montpellier de Cardedeu. El coste estimado es de unos 150.000 millones de pesetas para un volumen de 300 hect¨®metros c¨²bicos al a?o. Esto supone para el consumidor un coste de 56 pesetas por metro c¨²bico, seg¨²n BRL. El PHN estima que el trasvase del Ebro dar¨ªa un coste de 52 pesetas por metro c¨²bico.

Los defensores del R¨®dano aducen que esta soluci¨®n tiene una ventaja pol¨ªtica sobre el Ebro: la falta de oposici¨®n pol¨ªtica interior. Los franceses, en cambio, est¨¢n m¨¢s que de acuerdo en recibir dinero por una agua que hoy se pierde en el Mediterr¨¢neo. Adem¨¢s, contemplan con satisfacci¨®n un acueducto del que podr¨ªa beneficiarse todo el territorio situado entre Montpellier y la frontera. La ¨²nica condici¨®n imprescindible es que el agua no sirva para aumentar la agricultura en Espa?a, algo que todos est¨¢n dispuestos a asumir.

De hecho, parte de los argumentos contra el trasvase del R¨®dano -propuesto por vez primera en una reuni¨®n de ingenieros celebrada en Santo Domingo de la Calzada en 1967- se basan en afirmar que si la agricultura catalana no consumiera tanta agua (a precio cero, lo que hace que el consumo sea infinito), toda Catalu?a tendr¨ªa l¨ªquido suficiente. El Gobierno catal¨¢n sopes¨® la posibilidad de cobrar un canon por el agua de riego. Desisti¨® ante la coincidencia de la oposici¨®n campesina y la vecindad de unas elecciones. Abandon¨® incluso la posibilidad de imponer el 'canon cero', es decir, gratuito. Los payeses se dieron perfecta cuenta de que la medida abr¨ªa la puerta a poner contadores para controlar los consumos. Mientras, Barcelona y su entorno tienen el agua m¨¢s cara de Espa?a. Y posiblemente, la peor.