LOS SECRETOS DE LAS 'VACAS LOCAS'
Catorce a?os despu¨¦s de la aparici¨®n de la enfermedad bovina, que ha causado 92 v¨ªctimas humanas, las inc¨®gnitas cient¨ªficas y los titubeos pol¨ªticos han minado la confianza de los consumidores europeos
Hoy se puede consumir todo aquello que est¨¢ legalmente autorizado en el mercado... mientras no se diga lo contrario'.
Es la ¨²ltima recomendaci¨®n de uno de los asesores oficiales para la enfermedad de las vacas locas en Espa?a, el catedr¨¢tico Juan Jos¨¦ Badiola, director del laboratorio nacional de referencia para las encefalopat¨ªas espongiformes bovinas. 'Mientras no se diga lo contrario' es tambi¨¦n la incertidumbre a la que se han agarrado miles de consumidores europeos para justificar su desconfianza y su definitivo adi¨®s a la carne. Ni se aceptan las dudas cient¨ªficas, ni los titubeos pol¨ªticos. ?C¨®mo entender que pueda prohibirse ahora el chulet¨®n, cuando el Reino Unido, todav¨ªa el pa¨ªs con m¨¢s reses enfermas, lo acaba de reintroducir en su mercado? ?Por qu¨¦ Francia proh¨ªbe el consumo de bazo y timo (las mollejas) si los expertos de la Comisi¨®n Europea han concluido que no entra?a riesgos? ?Por qu¨¦ se est¨¢n realizando los test en animales a partir de 30 meses si los cient¨ªficos s¨®lo ponen la mano en el fuego por los menores de un a?o? Las investigaciones llevadas a cabo hasta ahora descartan la leche y la sangre como otras v¨ªas de transmisi¨®n de la infecci¨®n. ?Por qu¨¦ Estados Unidos ha prohibido que donen sangre los ciudadanos que hayan vivido en Gran Breta?a desde mediados de los a?os ochenta? ?C¨®mo se surten los brit¨¢nicos en su propio pa¨ªs?, se pregunta el ciudadano.
TODAV?A SE DESCONOCE QU? CANTIDAD DE PRIONES ES NECESARIA PARA PROVOCAR EL CONTAGIO EN LAS PERSONAS
Mientras no se diga lo contrario, se puede consumir toda la carne y hueso comercializados una vez retirados en los mataderos los llamados materiales espec¨ªficos de riesgo (MER) que son el cr¨¢neo con el enc¨¦falo, la m¨¦dula espinal, las am¨ªgdalas y el intestino de los animales. Se pueden comer callos, asegura Badiola; se puede comer rabo de toro -'hasta esa parte del animal no llega la m¨¦dula espinal'- y se pueden consumir otros derivados c¨¢rnicos 'porque quiero creer que est¨¢n hechos con garant¨ªas', asume el cient¨ªfico. Una de las recomendaciones que precisamente acaba de hacer Badiola al Ministerio de Sanidad es la necesidad de 'disponer de una informaci¨®n muy detallada de los procesos de producci¨®n de esos alimentos variopintos para dar una respuesta r¨¢pida al consumidor y sobre todo al espa?ol. No se pueden usar datos de otros pa¨ªses porque los usos industriales aqu¨ª pueden ser distintos. Con la crisis que hay me extra?a que los propios industriales no se hayan brindado a hacerlo ellos mismos'.
El Gobierno no parece albergar dudas. El vicepresidente primero y creador del comit¨¦ de crisis para la lucha contra la enfermedad, Mariano Rajoy, fue tajante el pasado mi¨¦rcoles. 'Las medidas del Gobierno garantizan que todos los productos relacionados con el sector del bovino que est¨¢n a la venta pueden formar parte de la alimentaci¨®n de los ciudadanos', afirm¨®.
Destaca Juan Jos¨¦ Badiola la paradoja de que 'el consumidor europeo, a pesar de estar en la cadena alimentaria m¨¢s segura del mundo, desconf¨ªe enormemente de ella'. La bater¨ªa legislativa comunitaria es probablemente una de las m¨¢s exhaustivas del planeta, lo que no ha evitado que por ella se haya colado un fraude tras otro. El ¨²ltimo, y cuyas consecuencias econ¨®micas a¨²n son dif¨ªciles de calcular, tiene que ver con las harinas animales.
Tras ver destrozada su caba?a ganadera por culpa de los piensos c¨¢rnicos, el Reino Unido decidi¨® prohibirlos en su pa¨ªs a principios de los noventa. '?Qu¨¦ pas¨®', se pregunta Badiola, 'con los stocks tremendos que almacenaba? ?Ad¨®nde fueron? Si se exportaron a terceros pa¨ªses podr¨ªan perfectamente haber vuelto a Espa?a con pasaporte no brit¨¢nico'.
En Espa?a, como en el resto de pa¨ªses de la UE, se prohibieron las harinas c¨¢rnicas para rumiantes en 1994. Y es a partir de esta fecha cuando nacieron la mayor parte de las vacas enfermas -siete confirmadas hasta ahora- que han aparecido en nuestro pa¨ªs desde el pasado mes de noviembre. El ministro de Agricultura, Miguel Arias Ca?ete, apunta a las harinas c¨¢rnicas como el origen de la contaminaci¨®n, bien por partidas utilizadas ilegalmente o en piensos cruzados. Badiola alude tambi¨¦n a las leches maternizadas o piensos de arranque. 'Ya hay alguna sospecha en una comunidad aut¨®noma. Podr¨ªan estar fabricadas con productos bovinos procedentes del exterior que entran legalmente en la UE'.
Aunque existe la posibilidad, demostrada, de transmisi¨®n a trav¨¦s de la placenta, las harinas siguen siendo las principales sospechosas. 'Mientras no se diga lo contrario, la harinas son la causa de los contagios europeos. Se puede decir que s¨ª, porque hay unas constataciones epidemiol¨®gicas y otras de tipo pr¨¢ctico', argumenta el experto en encefalopat¨ªas bovinas. 'Cuando en un pa¨ªs con una epidemia bovina se aplica la medida simple de suprimir el uso de harinas de carne y hueso, a los cuatro a?os se obtienen resultados. Eso ocurri¨® en Gran Breta?a, en Suiza, en Holanda y en Portugal. Puede haber otros factores, pero sin duda ¨¦ste es el principal', concluye. En el Reino Unido se detectaron el pasado a?o 1.200 reses enfermas, un 40% menos que el a?o anterior.
La leche no est¨¢ del todo descartada. Los cient¨ªficos brit¨¢nicos acaban de reabrir una investigaci¨®n que parec¨ªa zanjada. 'Se puede decir que la leche de una vaca contaminada no es capaz de transmitir el agente causal a ratones de laboratorio, que han sido tratados para hacerles altamente susceptibles. Pero los brit¨¢nicos aducen que no se tuvo en cuenta en experimentos anteriores la barrera de las especies y lo est¨¢n intentando de nuevo inoculando la leche infectada directamente a terneras. Desde luego en las ovejas se sabe que la v¨ªa es transplacentaria, no lact¨®gena. Habr¨¢ que esperar a que concluya la investigaci¨®n. Una tesis demostrada no se puede echar abajo con una hip¨®tesis por demostrar', subraya Badiola. En cualquier caso, vencer a esta enfermedad ser¨¢ costoso, advierte. 'Erradicar una encefalopat¨ªa es muy complicado. Que la gente no crea que esto es la fiebre aftosa. Se trata de enfermedades con mecanismos muy complicados y con un periodo de evoluci¨®n muy largo. Tardaremos a?os', insiste.
A fecha de hoy, no se conoce qu¨¦ cantidad de priones -la prote¨ªna infecciosa- es necesaria para producir el contagio en los seres humanos, admiten los expertos en encefalopat¨ªas. ?sta es la primera inc¨®gnita respecto al contagio humano. Badiola lo sabe. 'La dosis m¨ªnima no est¨¢ demostrada'. Aun as¨ª, se tranquiliza a la poblaci¨®n con el mensaje de que las vacas j¨®venes no entra?an riesgos aunque est¨¦n infectadas, porque tienen muy pocos priones y, adem¨¢s, llegan al consumo sin los materiales donde supuestamente se alojan. Las pruebas decretadas por la UE se aplican a las reses mayores de 30 meses. El argumento que dan las autoridades europeas es que los tests no son al cien por cien fiables por debajo de este l¨ªmite. No se alude nunca al dineral que supondr¨ªa rebajarlo. Ninguno de los dos obst¨¢culos ha impedido que el Gobierno alem¨¢n decidiera este viernes implantar las pruebas a partir de los 24 meses. La sospecha es que ¨¦sta es precisamente la edad de la vaca enferma detectada esta semana en Cantabria, identificada como novilla por el propio consejero c¨¢ntabro de Ganader¨ªa. Pero Espa?a esperar¨¢. Ayer mismo Arias Ca?ete asegur¨® en Vigo que su departamento mantendr¨¢ el test a partir de los 30 meses y que s¨®lo se rebajar¨¢ a los 20 para aquellas cabezas que procedan de pa¨ªses de 'alto riesgo'.
El l¨ªmite de seguridad se va rebajando en Europa de un documento a otro. Esta semana, el comit¨¦ cient¨ªfico de la Comisi¨®n Europea ha recomendado que se retire el hueso de espinazo (hueso del chulet¨®n) en todos los animales mayores de 12 meses. A la opini¨®n p¨²blica le inquieta las fechas. Si hay que poner la mano en el fuego, Badiola asume 'que no tienen riesgo los terneros menores de un a?o porque se sabe que la concentraci¨®n de priones es baj¨ªsima'. Sin embargo, para este catedr¨¢tico 'evaluar un riesgo no significa saber si hay o no infectividad, sino cu¨¢nto riesgo supone esa infectividad para esta enfermedad en concreto'. En otras palabras, una vaca puede albergar el pri¨®n latente en la v¨ªa de entrada, en el intestino, y no tener capacidad de contagio. 'No nos olvidemos', recalca. '?sta es una enfermedad del sistema nervioso central'. Es all¨ª, en efecto, donde el pri¨®n hace estragos y hasta que se instala en el cerebro de los rumiantes pueden pasar a?os. No se sabe cu¨¢ntos.
La experiencia ha mostrado que la edad principal de aparici¨®n de la enfermedad en las vacas se sit¨²a entre los cuatro y seis a?os, si bien puede declararse incluso a los 14 a?os, como ha sucedido con una res en Espa?a. 'Cuanto m¨¢s aparezca en animales j¨®venes, m¨¢s apuntar¨ªa a una epidemia', sostiene Badiola.
Mariano Rajoy ha declarado que en estos momentos el objetivo prioritario es evitar que alg¨²n animal enfermo llegue a la cadena del consumo. El gran problema es que todav¨ªa no se dispone de una herramienta cient¨ªfica certera para cumplir este prop¨®sito con plenas garant¨ªas. Porque los tests desarrollados s¨®lo son capaces de detectar la enfermedad en el animal muerto, bien por sacrificio en el matadero o por otras causas en la granja. Esas vacas que pueden estar desarrollando la enfermedad pero que a¨²n no presentan s¨ªntomas son un muro para los vigilantes de la salud p¨²blica.
De acuerdo con Badiola, el m¨¢ximo riesgo de transmisi¨®n se sit¨²a 'cuando el animal est¨¢ en fase cl¨ªnica o unos meses antes'. Detectar esos meses es el problema. 'La ¨²nica posibilidad es fabricar un test en vivo. Por ahora no lo tenemos. Alg¨²n laboratorio europeo est¨¢ trabajando en ello y su desarrollo ser¨¢ clave. La detecci¨®n precoz permitir¨¢ eliminar al animal que simplemente est¨¦ infectado. Ahora tenemos muchas limitaciones. O sacrificas al animal, o no sabes nada'.
S¨®lo los brit¨¢nicos, que llevan 14 a?os con el problema en su territorio, han optado por hacer la vista gorda con las incertidumbres cient¨ªficas. El propio pr¨ªncipe de Gales alienta el consumo comi¨¦ndose un chulet¨®n en p¨²blico. El resto de los europeos, reci¨¦n llegados a la crisis, no se muestran tan dispuestos. Ni siquiera frente a la constataci¨®n de que hasta la fecha s¨®lo ha habido 92 v¨ªctimas humanas entre una poblaci¨®n de m¨¢s de 300 millones de habitantes supuestamente expuestos a vacas enfermas.
'El problema', dice Badiola, 'es que en estos momentos no conocemos bien las v¨ªas de transmisi¨®n del pri¨®n. Efectivamente, c¨®mo explicas que en Gran Breta?a con m¨¢s de 170.000 vacas enfermas la epidemia humana sea estable. Incluso se habla de que 450.000 animales enfermos podr¨ªan haber pasado la cadena alimentaria entre 1984 y 1990 en ese pa¨ªs. Una posible explicaci¨®n es que haya una barrera de protecci¨®n entre especies, o bien, un h¨¢bito alimentario que no permita f¨¢cilmente la transmisi¨®n. Pero el factor fundamental', subraya el cient¨ªfico, 'es la gen¨¦tica. Y sabemos muy poco de esta gen¨¦tica. No sabemos si hay una resistencia a la infecci¨®n, a la enfermedad... El campo experimental m¨¢s interesante en este sentido es Gran Breta?a, donde el n¨²mero de enfermos es apreciable'.
Dado el desconocimiento sobre el periodo de incubaci¨®n, s¨®lo la posibilidad de que la nueva variante de Creutzfelt-Jacob estalle en epidemia aterroriza a los pol¨ªticos. M¨¢s vale prohibir que curar, consignan con sus medidas. A¨²n est¨¢n muy recientes los errores cometidos hace una d¨¦cada con la epidemia del sida. Han llevado a los tribunales a ex ministros de Sanidad y han costado a los Estados miles de millones en indemnizaciones a hemof¨ªlicos o enfermos que recibieron sangre no testada a tiempo.
Frente a ello, cada vez son m¨¢s las voces que critican en Europa pol¨ªticas m¨¢s dirigidas a calmar al ciudadano que a abordar los problemas en su estricta dimensi¨®n. 'La UE ha jugado al f¨²tbol con el p¨¢nico de los consumidores', dec¨ªa recientemente el m¨¢ximo experto belga en vacas locas, Emmanuel Vanopdenbosch. Se refer¨ªa, como unos cient¨ªficos brit¨¢nicos anteriormente, a las consecuencias para al salud p¨²blica de los miles de toneladas de residuos generadas con la estrategia elegida contra las vacas locas. Miles de residuos locos que ning¨²n pa¨ªs sabe c¨®mo asumir.
El cient¨ªfico belga aseguraba que el riesgo de caer enfermo por esta infecci¨®n es menor que el de contraer una salmonelosis. Badiola no le desautoriza. 'Est¨¢ habiendo una respuesta exagerada para una enfermedad que, desde el punto de vista de sanidad animal, es poco relevante. Ni siquiera para el aspecto del contagio. Hay que decir que mueren muchos m¨¢s animales por otro tipo de enfermedades. Pero es el efecto que produce una enfermedad que aterroriza y que tiene su ra¨ªz en el mito y al atavismo de la alimentaci¨®n, en algo a lo que no podemos renunciar cada d¨ªa'.
La historia tiene una cuenta pendiente con el Reino Unido, reflexiona este catedr¨¢tico. Aquel foco infeccioso no atajado a tiempo ha contaminado a todos los pa¨ªses. 'Al menos, deber¨ªamos exigirles que pagaran lo que va a costar erradicar la enfermedad. Todav¨ªa me acuerdo, hace a?os, cuando a un espa?ol le pillaban all¨ª con un bocadillo de chorizo en el bolsillo terminaba en la c¨¢rcel'.
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