Melit¨®n
La derecha alemana, con gran despliegue de medios afines, anda tras Joschka Fischer, ministro de Exteriores, acusado de realizar en su juventud acciones de protesta contra instituciones econ¨®micas y contra polic¨ªas. El ministro verde ha contestado en un impecable alegato contra la violencia terrorista pero ha mantenido invariable su compromiso de entonces con las ideas revolucionarias que le llevaron a enfrentarse al sistema pol¨ªtico alem¨¢n de los a?os setenta. Y es que la derecha de verdad, en cuanto puede, recupera su terreno perdido, el de la firmeza y la defensa del Estado puro y duro. No perdona, ni siquiera d¨¦cadas despu¨¦s, a aquellos j¨®venes rebeldes que quisieron cambiar el mundo y las cosas. En Espa?a, si hoy tenemos alg¨²n ministro, alcalde o representante que hubiera tirado piedras contra la polic¨ªa, que los hubo, en aquellos inolvidables a?os sesenta y setenta, ya se preocupar¨¢n de record¨¢rselo oportunamente. De momento premian al polic¨ªa que les persegu¨ªa entonces, Melit¨®n Manzanas.
Este nombre quedar¨¢ inolvidado para todos los que en el a?o sesentayocho algo hac¨ªan por traer la democracia a Espa?a. Fue el primer asesinado de ETA y era conocido como uno de los polic¨ªas de la brigada pol¨ªtico-social que torturaban a los detenidos pol¨ªticos en el Pa¨ªs Vasco. Sin duda aquella acci¨®n de ETA fue el equivocado comienzo de un camino hacia la locura y la barbarie. Con ese lenguaje as¨¦ptico que caracteriza a estos nuevos dirigentes pol¨ªticos espa?oles se ha justificado el premio con los argumentos de que 're¨²ne las condiciones t¨¦cnicas de la ley para recibir la Gran Cruz del Reconocimiento Civil a las V¨ªctimas del terrorismo'. Ya no nos deber¨ªa extra?ar nada este tipo de decisiones de este Gobierno. Su presidente preparaba las oposiciones para la inspecci¨®n fiscal cuando los dem¨¢s se lanzaban a la calle para conseguir la democracia. Hoy tienen el poder y la facultad de premiar al torturador, aunque lo disfracen de lenguaje administrativo y neutral, y bien que lo han ejercido.
Muchas v¨ªctimas del terror franquista est¨¢n pendientes de recibir alguna satisfacci¨®n por los da?os causados. Al menos estamos seguros de que no les pueden quitar el orgullo de haber trabajado y haberse arriesgado por traer la democracia a Espa?a, aunque se escapara alguna piedra contra la polic¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.