Chebili quiere ser Tergat
El atleta de Kenia se impone al pentacampe¨®n mundial de cross en la cita de Elgoibar
Todo lo previsto en el cross de Elgoibar sali¨® del rev¨¦s. Todo salvo lo que tiene car¨¢cter inmutable: los africanos, a lo suyo; el resto del mundo, tambi¨¦n a lo suyo, pero detr¨¢s, lejos.
Mart¨ªn Fiz ten¨ªa una carrera homenaje y no pas¨® del calentamiento -por culpa de un problema muscular- en la que deb¨ªa ser su d¨¦cimosexta participaci¨®n en una de las pruebas que componen la trilog¨ªa de ¨¦lite del cross vasco, junto a Amorebieta y Lasarte. As¨ªmismo, la organizaci¨®n habia organizado para el ingl¨¦s John Brown una revancha de la edici¨®n de 1999, cuando fue segundo tras Paul Tergat. Pero Brown ha hecho de su prueba fetiche un mero campo de entrenamiento para su reci¨¦n estrenada condici¨®n de maratoniano.
Luego no hubo duelo, ni emoci¨®n, ni la sorprendente mezcla de colores por un triunfo que ayer se discuti¨®, como acostumbra, exclusivamente entre africanos. Sencillamente, Brown fue s¨®lo un aspirante m¨¢s en la carrera de consolaci¨®n que ocupa a los blancos. Y ni siquiera pudo alzarse con tan insignificante y dudoso premio. Se le adelant¨® un compatriota, Karl Keska.
La aut¨¦ntica carrera dentro de la carrera se resumi¨® en un asunto entre atletas kenianos. Una salida en tromba y un segundo kil¨®metro m¨¢s devorado que corrido coloc¨® enseguida a una decena de africanos en la vanguardia de un grupo que Brown nunco pudo enganchar. Ah¨ª delante siempre estuvo Abraham Chebili, 21 a?os, vencedor este a?o en Llodio y lo suficientemente fuerte como para inquietar esta temporada sobre el tart¨¢n al intocable Gebreselassie.
Detr¨¢s de cada campe¨®n consagrado, caso de Tergat y sus cinco mundiales de cross acumulados, existe un joven arrogante empe?ado en acelerar el relevo. Chebili, por ejemplo, que se sabe tan fuerte como para adoptar actitudes kamikaze. ?ste pas¨® en cabeza por casi todos los recovecos de un recorrido exigente, donde encontrar el ritmo adecuado s¨®lo est¨¢ al alcance de los que son ligeros para extraerse del barro y fuertes para no hundirse en el repecho principal del recorrido. Aqu¨ª, Paul Tergat estuvo a punto de perder pie en un par de ocasiones: cedi¨® tres metros a Chebili, encorvado para superar la pendiente, la viva imagen de la voluntad. S¨®lo consigui¨® su prop¨®sito a ¨²ltima hora, cuando Tergat parec¨ªa haber digerido sus ejercicios intimidatorios y preparaba su proverbial sprint para ganar como en 1999, cuando Brown hizo de Chebili. Efectivamente hubo sprint, pero tan largo y desquiciado que arruin¨® cualquier estrategia. Chebili invert¨ªa en su futuro; Tergat s¨®lo tiene que cuidar su presente.
Kenia, tambi¨¦n en f¨¦minas
La superioridad africana no entiende de sexos: Kenia sigue siendo intratable entre las f¨¦minas y exhibe ahora mismo a dos campeonas, Naomi Mugo, ganadora de 2000, y Sally Barsosio, vencedora ayer, capaces de esquivar incluso los esfuerzos disuasorios de las cinco etiopes que vigilaron de lejos su exhibici¨®n.
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