Pero ?qu¨¦ es 'Eso'?
Las expectativas sobre un misterioso invento a¨²n no presentado levantan millonarias especulaciones en EE UU
Es Eso o, dicho en ingl¨¦s, It, tambi¨¦n conocido por su nombre en clave: Ginger. Es tan secreto y revolucionario que la Harvard Business School Press ya ha desembolsado 250.000 d¨®lares para dedicarle un libro en el a?o 2002. Es el misterio que m¨¢s rumores est¨¢ desatando en la comunidad cient¨ªfica norteamericana, la ¨²ltima creaci¨®n de Dean Kamen, el inventor que ha dado al mundo la silla de ruedas todoterreno o la bomba port¨¢til de insulina. Total, que nadie sabe realmente si It nos acercar¨¢ a la teleportaci¨®n o se quedar¨¢ en uno de esos cotilleos desmesurados que luego se desinfla ante la cruda realidad. Timo especulativo o descubrimiento sin precedentes, Eso hace correr r¨ªos de tinta.
La noticia empez¨® a circular la semana pasada, cuando el magac¨ªn de Internet Inside.com revel¨® que DEKA, la empresa del multimillonario Kamen, hab¨ªa llegado a un acuerdo con el editor de Harvard Press, Steve Kemper, para escribir un libro sobre el famoso y desconocido invento por una suma m¨¢s que considerable para la venerable instituci¨®n. Inside.com describ¨ªa al It como 'una alternativa a los productos que son sucios, caros, a veces peligrosos y a menudo frustrantes, especialmente para la gente en las ciudades. Cabe en una bolsa y se puede montar con un destornillador. Afectar¨¢ profundamente nuestra forma de vivir'. Palabras mayores.
El mundo, tal y como lo conocemos, iba a tener que adaptarse a It. En un breve resumen de su libro, Kemper anticip¨® que 'las ciudades, los legisladores, las grandes compa?¨ªas comerciales y los presidentes de universidades tendr¨¢n que pensar en cambiar para poder utilizar Ginger'.
De la noche a la ma?ana, Eso se convirti¨® en la estrella de las tertulias: Larry King, de la CNN, le dedic¨® una hora; el Today show, el primer programa matutino de la televisi¨®n norteamericana, se lanzaba en conjeturas sobre sus repercusiones sobre la humanidad o lo incre¨ªble de una campa?a de publicidad bien montada. Nadie sab¨ªa (ni sigue sabiendo) exactamente de lo que estaba hablando.
La popularidad de Ginger tuvo unos buenos padrinos. Jeff Bezos, el creador y presidente de la librer¨ªa cibern¨¦tica Amazon.com, uno de los poco iniciados en el misterio, dijo: 'Es tan revolucionario que no tendr¨¢ problema en venderlo; el problema es: ?estar¨¢ permitido utilizarlo?'. Steve Jobbs, fundador de Apple, otro de los pocos en haber visto Ginger, tampoco ocult¨® su entusiasmo, asegurando que ciudades enteras se construir¨¢n en torno al invento.
Pero ?qu¨¦ es Eso? La descripci¨®n de la patente, 'veh¨ªculo de movilidad personal', lo especifica como 'un tipo de transporte que puede llevar a individuos sobre una superficie incluso irregular'. Los primeros esbozos que han salido en la prensa muestran algo muy parecido a un esc¨²ter, como esos que arrasan ¨²ltimamente por las calles de Europa y Estados Unidos, una especie de aspiradora volante, un Hovercraft personal, una versi¨®n m¨¢s elaborada de la famosa silla de ruedas todoterreno de la factor¨ªa DEKA, la iBot, que puede subir escaleras y moverse por cualquier parte. No se sabe nada sobre si funcionar¨¢ con gasolina sin plomo o con un vaso de vodka.
Kamen no ha querido ser m¨¢s espec¨ªfico. 'Nuestro proyecto est¨¢ en desarrollo, pero, por los requisitos de confidencialidad con nuestro cliente, no podemos dar m¨¢s detalles'. Lo ¨²nico que ha dejado caer es que costar¨¢ unos 2.000 d¨®lares (algo menos de 400.000 pesetas) y que podr¨¢ montarse en unos diez minutos.
Lo malo es que los rumores han ido un poco m¨¢s all¨¢ de lo esperado. La comunidad tecnol¨®gica norteamericana est¨¢ tan hambrienta de buenas noticias, despu¨¦s de sus recientes descalabros en la Bolsa, que se agarra a cualquier cosa para retomar confianza. A principios de esta semana, Kamen tuvo que desinflar la burbuja de especulaciones asegurando que It era revolucionario, pero no tanto. 'Tenemos un proyecto esperanzador, pero no de una naturaleza tan incre¨ªble como se ha venido diciendo'.
Aun as¨ª prefiere no desvelar m¨¢s detalles. Kamen ha esgrimido otra raz¨®n para mantener el secreto: teme las represalias de la industria, aunque no especifica de cu¨¢l. Al ver el producto, la del autom¨®vil parece de las m¨¢s directamente afectadas. 'Podr¨ªa utilizar sus recursos masivos para poner obst¨¢culos contra nosotros o, peor a¨²n, simplemente apropiarse de la tecnolog¨ªa montando un equipo de ingenieros que nos adelanten y miles de empleados que lo puedan producir'. ?Paranoia?
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