Rota

La noticia de que el Gobierno espa?ol ha autorizado a Estados Unidos la ampliaci¨®n de la base de Rota no pod¨ªa llegar en un momento m¨¢s inoportuno. La presencia del Tireless en Gibraltar y el llamado s¨ªndrome de los Balcanes tienen a la poblaci¨®n bastante mosqueada. Es cierto que se trata de tres asuntos muy diferentes, pero los tres tienen algo en com¨²n: el secretismo y la confusi¨®n con el que el Gobierno los ha rodeado.

Ni en los momentos m¨¢s soberbios de los gobiernos del PSOE se dej¨® nunca de considerar que estas cuestiones eran cuestiones de Estado y era por tanto necesario informar a la oposici¨®n y arrancar, si era posible, un consenso. No lo est¨¢ haciendo as¨ª el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.

La ampliaci¨®n de Rota surge de un acuerdo firmado con la Administraci¨®n Clinton s¨®lo nueve d¨ªas antes de que se produjese el relevo en la Casa Blanca. Puede que sea un magn¨ªfico acuerdo, pero la precipitaci¨®n en estos casos resulta sospechosa.

El Gobierno, en cualquier caso, viene insistiendo en que el estatus de la base no cambiar¨¢. Es decir, que continuar¨¢ siendo nominalmente espa?ola y tendr¨¢ que seguir obteni¨¦ndose el permiso del Ejecutivo espa?ol para su uso en conflictos internacionales.

Sabemos que, a cambio de la ampliaci¨®n, Espa?a ha obtenido unas pocas l¨ªneas en un comunicado conjunto firmado el 11 de enero en Madrid por la cesante secretaria de Estado, Madeleine Albright, en el que se alude al creciente peso de Espa?a en la econom¨ªa mundial y se dice que Washington considerar¨¢ la participaci¨®n espa?ola en 'varios foros econ¨®micos'.

Es decir, se ha cedido en la ampliaci¨®n de la base a cambio de una declaraci¨®n que no tiene otro valor que el ret¨®rico, ya que no incluye ning¨²n compromiso firme, sino un enunciado que s¨®lo puede servir para abonar la megaloman¨ªa de un presidente de Gobierno que quiere compensar la debilidad de su acci¨®n exterior con una foto con los l¨ªderes del G-7.

El dirigente de la oposici¨®n que m¨¢s cr¨ªtico se ha mostrado con la ampliaci¨®n de Rota es Manuel Chaves. El mi¨¦rcoles pasado, en la cadena SER, el presidente andaluz reivindicaba el derecho que el art¨ªculo 23 del Estatuto de Andaluc¨ªa da a la Junta a ser informada 'en la elaboraci¨®n de los Tratados y Convenios Internacionales (...) en cuanto afecten a materias de su espec¨ªfico inter¨¦s'.

La queja de Chaves es leg¨ªtima, pero es ¨¦sta una cuesti¨®n que conviene tratar con bastante tacto para evitar que la ampliaci¨®n de Rota se convierta en motivo de alarma, que cundan rumores alarmistas sobre la nuclearizaci¨®n de la base y el asunto se mezcle a los ojos de la opini¨®n p¨²blica con el incidente del Tireless, incidente que provoca ansiedad a buena parte de la ciudadan¨ªa y al que no cabe duda de que el PSOE andaluz viene sacando buenos r¨¦ditos pol¨ªticos.

Chaves puede tener la tentaci¨®n de obtener tambi¨¦n beneficio pol¨ªtico de la ampliaci¨®n de la base de Rota, pero siempre cabe recordar que las cuestiones que ata?en a la Defensa son cuestiones de Estado y que el PSOE no puede permitirse las alegr¨ªas que se permite, por ejemplo, un partido como IU que no aspira a gobernar ni tuvo nunca responsabilidades en estos asuntos.