Disculpen la inocencia
La decisi¨®n del gobierno del Ayuntamiento de Valencia de prolongar Blasco Ib¨¢?ez destruyendo buena parte del Cabanyal, Bien de Inter¨¦s Cultural de todos los valencianos, no es una decisi¨®n definitiva. Los ciudadanos deben conocer ¨¦ste y otros t¨¦rminos de la cuesti¨®n.
Ha de saberse que la luz verde que la Consejer¨ªa de Cultura ha otorgado al Plan de Protecci¨®n del Cabanyal-Canyamelar (obs¨¦rvese la mentira de las palabras cultura y protecci¨®n) se justifica en una resoluci¨®n que sonrojar¨ªa a cualquier persona con un m¨ªnimo de pudor y escr¨²pulos. Esta resoluci¨®n se apoya en cuatro informes, tres de los cuales est¨¢n firmados por los propios impulsores del destrozo, y el cuarto por un catedr¨¢tico de derecho (disculpen las min¨²sculas) al que se le paga, con dinero de todos, no para que diga su opini¨®n sobre el plan, sino para que lo justifique. El resultado, p¨¦simos juegos malabares jur¨ªdicos; eso s¨ª, bien remunerados por los valencianos.
Parece que frente a estos informes sectarios nada han tenido que hacer los argumentos en contra del plan que han pronunciado numerosos arquitectos de la tierra y otros de renombre internacional (por cierto, invitados a Valencia por el propio Gobierno auton¨®mico); de poco han servido los dict¨¢menes desfavorables de varias facultades de la Universidad (Bellas Artes, Derecho), de nada la firme condena del Departamento de Proyectos Arquitect¨®nicos de la Polit¨¦cnica, de la asociaci¨®n de vecinos, de la oposici¨®n del consistorio... La descompensaci¨®n de argumentos a favor del respeto al Cabanyal explica, sin duda, que esta alcaldesa que sonr¨ªe mientras entrega premios de solidaridad, que se pone muy digna y cre¨ªble al hablar de democracia y di¨¢logo, se haya negado a cualquier debate p¨²blico, siquiera al m¨ªnimo intercambio de ideas o posturas, con los vecinos o las asociaciones de ciudadanos que tanto dice respetar.
Ha de saberse, por otra parte, que la decisi¨®n del gobierno municipal no es definitiva. Veamos. Si a cualquiera de nosotros nos amenazase un poder p¨²blico con una multa que consider¨¢semos manifiestamente ilegal es muy probable que no nos qued¨¢semos de brazos cruzados, y tambi¨¦n lo es que nos sorprendiera que a nuestro alrededor todo el mundo diera por hecho que ¨ªbamos a pagar la multa. Pues a buena parte de los vecinos del Cabanyal y a valencianos con sentido del inter¨¦s p¨²blico nos pasa lo mismo.
Muchos medios de comunicaci¨®n tratan el conflicto del Cabanyal como si ¨¦ste ya estuviera decidido y no hubiera marcha atr¨¢s. Esto es un error, y si el error es m¨ªo es que no estamos en un Estado de Derecho. Los tribunales, si act¨²an de forma independiente, son una garant¨ªa frente a los abusos de los gobiernos. A estas alturas yo no espero que la alcaldesa no abuse de su poder, que sea sincera, o que le adornen virtudes convencionales como la honradez o los escr¨²pulos. Sin embargo me sorprende (y disculpen la inocencia) que en este punto alguien serio pueda dar por perdido un caso de flagrante atentado contra el patrimonio hist¨®rico y cultural de los valencianos, sin olvidar las injusticias frente a los cientos de particulares que, de llevarse el plan a cabo, deber¨ªan abandonar sus casas por un precio que no cubrir¨ªa la mitad del que habr¨ªan de pagar por las viviendas que se ofrecer¨¢n a cambio.
El plan del gobierno del Ayuntamiento que pretende destruir al Cabanyal y expulsar a muchas personas de sus casas, un proyecto que produce un da?o desproporcionado, que se pretende justificar de forma rid¨ªcula por la necesidad de abrir Valencia al mar, ese plan no es definitivo. Pensar lo contrario supone un fracaso (?otro m¨¢s?) de la conciencia c¨ªvica de la opini¨®n p¨²blica y de la confianza en el Estado de Derecho. O, d¨ªganme, ?ya hemos llegado al punto de estar completamente a merced del abuso de poder de la alcaldesa?
Fernando Flores es profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Valencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.