La Fundaci¨®n T¨¤pies dedica un retrospectiva a Eul¨¤lia Valldosera
A principios de la pasada d¨¦cada, la artista Eul¨¤lia Valldosera (Vilafranca del Pened¨¨s, 1963) se propuso dejar de fumar. Su intento fracas¨® a los 28 d¨ªas, y como testimonio de su derrota empez¨® a recopilar las colillas de los cigarrillos que iba consumiendo. El material acumulado desemboc¨® en El ombligo del mundo; una instalaci¨®n que marc¨® una nueva orientaci¨®n de la artista centrada en la mirada interior, con su propio cuerpo como modelo, para llegar al conocimiento exterior. La Fundaci¨®n T¨¤pies exhibe, hasta el 25 de marzo, las piezas realizadas por Valldosera entre 1990 y 2000.
Valldosera, licenciada en Bellas Artes, se inici¨® como pintora y durante muchos a?os trabaj¨® con materiales convencionales. A ra¨ªz de una estancia de cuatro a?os en Amsterdam abandon¨® esta pr¨¢ctica a favor de otros medios de expresi¨®n -el v¨ªdeo y la fotograf¨ªa son de uso com¨²n en sus instalaciones- y se desat¨® en ella la preocupaci¨®n conceptual, m¨¢s que formal, por la obra de arte. Empieza entonces a crear a partir de objetos encontrados (migas, colillas, arrugas en las s¨¢banas...), residuos de lo que ella considera actividades imprescindibles para vivir (comer, fumar, dormir) y que, como Valldosera subraya, son elementos que le permiten hablar del paso del tiempo, porque se encuentran 'al final de un proceso energ¨¦tico'.
Envases de detergentes y cosm¨¦ticos, cajas de medicamentos, vasos de pl¨¢stico, viejos tocadiscos y trapos son las piezas a partir de las cuales Eul¨¤lia Valldosera crea unas obras que necesitan del propio espectador para completarse. La reflexi¨®n sobre el papel de la mujer, los espejos -especialmente significativos en la obra Les demoiselles de Valence- y las sombras como s¨ªmbolos de la propia percepci¨®n y de la apariencia que cada cual desea ofrecer a los dem¨¢s son constantes en las instalaciones de la artista, que evocan ambientes dom¨¦sticos y cotidianos, sin abandonar nunca el uso de su propio cuerpo como modelo y la contemplaci¨®n de sus obras como si ¨¦stas fueran, a su vez, su cuerpo mismo. 'Mi experiencia se parece a la del hombre de la calle, es universal, y necesito que mi obra sea comunicable', afirma Valldosera.
La retrospectiva que la Fundaci¨®n T¨¤pies presenta repartida en sus dos plantas no sigue una evoluci¨®n cronol¨®gica. Las diferentes instalaciones reunidas en esta exhibici¨®n -organizada conjutamente con la Witte de With de Rotterdam, en donde pudo verse de octubre a diciembre pasados- forman ambientes independientes, porque cada una crea su propia atm¨®sfera. Algunos de estos ambientes mantienen entre s¨ª una ¨ªntima relaci¨®n, como en Aparences (1992-96), la instalaci¨®n que ocupa la ¨²ltima planta, en la que la artista recrea una casa, 'la casa del yo'. Cada una de las estancias de esta personal¨ªsima vivienda hace referencia 'a aquellas partes del cuerpo que se relacionan con ella, no s¨®lo por los objetos que la ocupan, sino por las emociones que estas partes del cuerpo registran'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.