Cantaora sanluque?a
Veintea?era Laura Vital. Y gaditana de Sanl¨²car de Barrameda. Pueblo de buenos cantaores y de buenos cantes. Algunos lamentablemente en trance de desaparici¨®n, como las rosas; otros, todav¨ªa con buena salud, como los caracoles.
Los dos pertenecen a la amplia familia gaditana de las canti?as, y los dos fueron cantados por Laura Vital con decisi¨®n. Son cantes valientes, muy movidos y airosos, que van bien a las facultades de la cantaora. Facultades de las que anda sobrada, como dicen los flamencos. Laura Vital tiene voz poderosa, de registro alto y afinado.
Quiz¨¢ por ello no parece muy inclinada a frecuentar los tonos bajos, que en este recital se quedaron pr¨¢cticamente in¨¦ditos, salvo en alg¨²n tercio de las siguiriyas, que hizo con bastante acierto pese a la dificultad del g¨¦nero. Es el problema com¨²n de los j¨®venes cantaores muy dotados de facultades, que se hacen fuertes en ellas y olvidan recursos m¨¢s sutiles y delicados.
Aula de Flamenco 2001
Laura Vital. Con el acompa?amiento al toque de Eduardo Rebollar. Sala Galileo Galilei. Madrid, 25 de enero.
Laura Vital se present¨® en Madrid respaldada por el prestigio de haber ganado el premio de j¨®venes cantaores en la ¨²ltima Bienal de Sevilla. Y se la ve preparada, con los estilos bien aprendidos, con muchas ganas de triunfar.
Le falta lo que en t¨¦rminos taurinos llaman placearse. La experiencia, en el arte, es un valor a?adido y de los m¨¢s importantes. Laura Vital tendr¨¢ que ir adquiriendo la sabidur¨ªa de medir las posibilidades que le da su amplio arco mel¨®dico, que no todo consiste en apurarlas mientras su propio fuelle aguante. Y la sabidur¨ªa de ganar m¨¢s proximidad al propio cante y al auditorio, pues anteanoche se nos antoj¨® que estaba un tanto envarada y distante.
Por lo dem¨¢s, es cantaora a la que habr¨¢ que seguir con atenci¨®n. Eduardo Rebollar le dio un acompa?amiento muy adecuado, medido y ajustado a las condiciones de ella.
La sala se hallaba bastante hu¨¦rfana de p¨²blico, lo que entiendo no facilitar¨ªa el prop¨®sito de la cantaora, que imagino vendr¨ªa a Madrid como todo artista novel, con la ilusi¨®n de triunfar aqu¨ª. El p¨²blico asistente, sin embargo, premi¨® con convicci¨®n su trabajo, que sin duda estuvo hecho con profesionalidad y sentido de la responsabilidad.
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