Ser o no ser
S¨®lo los desesperados muy l¨²cidos se permiten esta clase de fuga que es la m¨¢s parecida a la cobard¨ªa: ante cualquier ignominia cierran los ojos y en la oscuridad levantan una fortaleza. En realidad, ¨¦sta es una de las dos salidas que Shakespeare propone en el c¨¦lebre mon¨®logo de Hamlet. Ser o no ser: afrontar con gran ¨¢nimo los golpes de la fortuna o dormir, tal vez so?ar, y con este sue?o dar fin a las miserias de la vida. Creer¨¢n muchos que es m¨¢s noble combatir las injusticias, levantar la voz contra la opresi¨®n, devolver los agravios o vengar las afrentas. As¨ª ser¨ªa, tal vez, en los tiempos en que se sab¨ªa qu¨¦ era el mal, qui¨¦n era el enemigo y d¨®nde estaba la gloria. Entonces los espadachines pod¨ªan pelear por el honor saltando sobre las mesas de las tabernas. Pero hoy se vive bajo una tiran¨ªa difusa y la maldad es inaprensible porque se confunde en el aire con el resto de la basura humana. La lees en los peri¨®dicos, la oyes por la radio, aparece en la pantalla del televisor, la contagian como una peste esos tipos mediocres y condecorados que se abrazan en cualquier fiesta y sin darte cuenta, s¨®lo por haber descuidado las defensas, descubres que ya eres incapaz de rebelarte, que te has impregnado de la mugre general y a eso atribuyes el desprecio que tambi¨¦n sientes de ti mismo. No creo que haya existido una ¨¦poca en que los cretinos hayan sido tan apabullantes, ni los tontos hayan mandado m¨¢s, ni la idiotez haya tratado de meterse como la humedad por todas las ventanas de las casas y los poros del cuerpo. Se habla mucho de la carne contaminada de los animales, pero a¨²n es peor epidemia la degradaci¨®n moral de las personas, que est¨¢ en todas y en ninguna parte. Ser o no ser. Hay que rendir homenaje a los desesperados m¨¢s l¨²cidos que resuelven esta duda de Hamlet huyendo de la basura a trav¨¦s de los sue?os. Innumerables ciudadanos han elegido esta forma de salvaci¨®n sin necesidad de ser poetas ni seres privilegiados. Ante cualquier ignominia se aferran en la oscuridad a un instante puro de su vida y lo convierten en una cima inexpugnable. Se trata de esos cobardes imbatibles que robustecen su vida so?ando r¨ªos incontaminados, aromas de pan antiguo, risas de viejos amigos que se mezclan en el jard¨ªn con los ladridos del perro y p¨¢ginas bell¨ªsimas le¨ªdas en soledad. As¨ª resisten cuando un imb¨¦cil intenta devolverlos a la realidad con una bajeza. Esos desertores nunca ser¨¢n derrotados.
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