El gal¨¢n y el caradura
Para conseguir una r¨¦plica del cr¨¢neo de don Francisco de Goya, patr¨®n de la cinematograf¨ªa espa?ola, no es necesario reunir m¨¦ritos homog¨¦neos, sino que se puede lograr a fuerza de atesorar valores contradictorios. El ejemplo m¨¢s ilustrativo es el de los dos actores andaluces que compiten por el busto al mejor actor (Juan Luis Galiardo) y al mejor actor revelaci¨®n (Pablo Carbonell), pues siendo ambos c¨®micos o gente de cine han llegado a las puertas del galard¨®n por caminos y biograf¨ªas completamente diferentes.
Galiardo es un actor puro. Naci¨® en San Roque (C¨¢diz) en 1940, primer hijo de un ingeniero agr¨®nomo adscrito al Plan Badajoz al que los servicios sociales de entonces le reconocieron con el carn¨¦ de familia numerosa. Aprendi¨® a leer y a escribir bajo la f¨¦rula de los jesuitas de Villafranca de los Barros y, m¨¢s tarde, bajo la de los capuchinos de Dos Hermanas (Sevilla). Con 14 a?os Galiardo se fue a Madrid donde pic¨® en distintas facultades sin encontrar nunca la horma vocacional del zapato: Escuela de Ingenieros Agr¨®nomos, Derecho, Ciencias Pol¨ªticas y Econ¨®micas.
Tras comprobar sus m¨²ltiples capacidades opt¨® por una profesi¨®n en que se puede ser de todo, de asesino a economista, con total impunidad: la de actor. En 1961, un a?o antes de que viniera al mundo, tambi¨¦n en C¨¢diz, Pablo Carbonell, Galiardo ingres¨® en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematogr¨¢ficas donde, tras titularse, fund¨® con Miguel Narros el Teatro Espa?ol Independiente. A partir de ah¨ª ha sido de todo en teatro y cine, aunque primeramente fue gal¨¢n, un tipo de papel que exige un porte altivo y dosis equilibradas de ternura, displicencia y encanto.
El comienzo de los setenta fue una ¨¦poca mala. Mientras rodaba en 1971 a las ¨®rdenes de Alberto Lattuada Rojo, blanco y..., sufri¨® graves quemaduras en el rostro. Un a?o despu¨¦s, en Oslo, padeci¨® una depresi¨®n que lo condujo a una cl¨ªnica de reposo en Barcelona. Su curr¨ªculo registra este hecho como fundamental, aunque no fren¨® el ¨ªmpetu de su carrera, que reanud¨® en 1974. Galiardo decidi¨® en 1979 hacer las Am¨¦ricas, aunque le costara romper su matrimonio del que hab¨ªan nacido dos reto?os. Hasta 1984, en que regres¨® a Espa?a, trabaj¨® y vivi¨® en M¨¦jico.
No se sabe qu¨¦ es m¨¢s dif¨ªcil: si enumerar las pel¨ªculas en las que ha trabajado o contabilizar aquellas en las que estuvo ausente. Turno de oficio, una serie de televisi¨®n dirigida por Antonio Mecero, rodada a partir de 1984, lo convirti¨® en un abogado pero sobre todo en un gal¨¢n oto?al, sabio, bebedor y solitario que, como Bogart, frunce con ambig¨¹edad los labios cuando apura el vaso de whisky, como si el licor fuera a parar directamente al h¨ªgado sin pasar por el paladar. La serie tambi¨¦n le concedi¨® la amistad con Juan Echanove con quien ha urdido duelos de interpretaci¨®n memorables. Ahora, por su actuaci¨®n en Adi¨®s con el coraz¨®n, aspira a un goya aunque en cierto modo Galiardo es ya un cl¨¢sico.
Pablo Carbonell, por su lado, es un tipo ubicuo, caradura y simp¨¢tico. Carbonell es actor en la misma medida en que no lo es. Si Galiardo se resign¨® a convertirse en actor para poder ser todos los hombres, Carbonell ha sido todos los hombres, entre ellos el hombre actor que trabaja en Obra maestra, la pel¨ªcula por la que aspira a un goya.
Nuestro hombre orquesta naci¨® en C¨¢diz hace 39 a?os, lleg¨® a Madrid en 1981 y ha sido actor, cantante, presentador y c¨®mico, pero no por orden secuencial sino al mismo tiempo. Carbonell, aunque est¨¦ cantando, act¨²a, presenta y hace re¨ªr. Es como si tocara dos docenas de instrumentos al mismo tiempo, de modo que cualquier tentativa art¨ªstica es al mismo tiempo 'suave y palurda, intelectual y garrula'. ?l mismo ha confesado que canta igual que hace reportajes y que interpreta una pel¨ªcula como si fuera -que lo es- el c¨¦lebre autor de Mi ag¨¹ita amarilla, una suerte de himno a la vejiga urinaria. Alguien ha querido resumir su profesi¨®n en un ¨²nico concepto: hacer el ganso, esto es, gansear pero cobrando.
En 1999, sin ir m¨¢s lejos, fund¨® junto con Javier Krahe y El Gran Wyoming, entre otros, la compa?¨ªa discogr¨¢fica 18 Chulos, que le ha permitido debutar como 'cantautor plasta' con el disco Aceitunas y estrellas.
Pero su experiencia profesional m¨¢s reconocida consiste en entregar gafas ahumadas a personajes c¨¦lebres en el programa Caiga quien caiga. Cualquier empleado de una ¨®ptica hace lo que Carbonell una docena de veces al d¨ªa. Sin embargo, s¨®lo Carbonell es capaz de revestir un acto tan simple de iron¨ªa, audacia y car¨¢cter.
Carbonell, sin duda, es un tipo majo. Un majo que ahora quiere fumarse un goya.
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