'Nazismo y comunismo fueron reaccionarios'
Pregunta. En alguna enciclopedia he le¨ªdo: Norberto Bobbio, 'exponente del pensamiento neoilustrado'. Por competencia formalmente reconocida debo darle la palabra en la discusi¨®n abierta en La Repubblica por un art¨ªculo de Eugenio Scalfari que plantea varias cuestiones, pero sobre todo ¨¦sta: Isaiah Berlin titul¨® su antolog¨ªa de ensayos sobre autores ilustrados Contracorriente, pero hoy qu¨¦ va m¨¢s contracorriente, ?estar con los ilustrados o con sus adversarios?
Respuesta. A juzgar por las filosof¨ªas dominantes hoy, y sobre todo por los dos grandes puntos de referencia de los fil¨®sofos contempor¨¢neos, que son Nietzsche y Heidegger, deber¨ªa decir que tiene raz¨®n Scalfari, que es la Ilustraci¨®n la que va a contracorriente.
'Despu¨¦s de su derrota nos hemos visto obligados a revisar la idea que ten¨ªamos del comunismo'
P. Empecemos por Berlin: Scalfari sospecha que su coraz¨®n est¨¢ del otro lado. Usted tambi¨¦n sospech¨® algo parecido, en un art¨ªculo de 1980 para la Rivista Storica Italiana [Revista Hist¨®rica Italiana], dedicado a ese mismo libro, que acababa de salir en Inglaterra.
R. No cabe duda de que leyendo los libros de Berlin, y sobre todo a los autores que cuentan con sus simpat¨ªas, podr¨ªa parecer que est¨¢ de parte de los fil¨®sofos anti-ilustrados, tanto de los pre-ilustrados, como Vico, Herder y un completo reaccionario como Hamann, como de los pos-ilustrados, como Sorel, otro de sus preferidos.
P. Vico es fundamental en la historia del pensamiento, seg¨²n Berlin.
R. Desde luego, es un t¨ªpico representante de la anti-Ilustraci¨®n. No es casualidad que Giambattista Vico haya sido un casi descubrimiento de Benedetto Croce, que desarroll¨® una de sus grandes batallas filos¨®ficas contra la Ilustraci¨®n consider¨¢ndola una manifestaci¨®n de lo que se daba en llamar 'racionalismo abstracto', la expresi¨®n de una raz¨®n que no sabe reconocer la pluralidad de las situaciones hist¨®ricas. Para ¨¦l la raz¨®n ilustrada era una raz¨®n eminentemente antihist¨®rica.
P. Si tanto Croce como Berlin, ambos liberales, sienten tanta simpat¨ªa por Vico y por autores historicistas y antiilustrados: ?hay cuentas pendientes entre liberalismo e Ilustraci¨®n?
R. La anti-Ilustraci¨®n en los escritos de Berlin ha hecho que me plantee la cuesti¨®n de si el suyo es realmente un pensamiento liberal. A ¨¦l, indudablemente, se le considera un gran pensador liberal, pero todos los autores que propone, revaloriza, destaca, pertenecen a la tradici¨®n opuesta, excepto uno: John Stuart Mill. Ahora bien, en la tradici¨®n liberal, adem¨¢s de Kant, son fundamentales John Locke y Benjamin Constant. La libertad liberal de los modernos es un desligarse, que pretende ser definitivo, de cualquier forma de organicismo. Ahora bien, si se toma esta libertad a lo Constant y se la va a buscar en los autores de Berlin no se encuentra, a pesar de que Berlin sea, como es sabido, el autor de Cuatro ensayos sobre el concepto de libertad y haya ligado su nombre precisamente a la distinci¨®n entre 'libertad negativa' y 'libertad positiva'.
P. La libertad positiva (la libertad 'de', la capacidad de ser due?os de s¨ª mismos, de hacer), a la que Berlin prefer¨ªa la negativa (la libertad 'desde'), m¨¢s genuinamente liberal, mientras que la primera est¨¢ emparentada con el socialismo y el comunismo, nos lleva aqu¨ª a medir las relaciones entre la Ilustraci¨®n y el marxismo. Para Berlin el marxismo representaba la 'exageraci¨®n' de la parte opuesta al nacionalismo, el comunismo era un exceso de universalismo y de racionalismo, igualmente peligroso.R. Pero tampoco en esto me convence Berlin, porque respecto a la libertad de la democracia liberal y burguesa, nazismo y comunismo son hermanos: tienen el mismo enemigo. Me ha gustado mucho el libro que acaba de salir, de Paolo Bellinazzi - L'utopia reazionaria [La utop¨ªa reaccionaria], Editorial Name- que analiza los argumentos que nazismo y comunismo proponen como defensa de sus propias tesis y demuestra que el nazismo y el comunismo, contrariamente a la opini¨®n com¨²n seg¨²n la cual son ideolog¨ªas opuestas tienen matrices comunes: los dos combaten el libre mundo burgu¨¦s del mercado y de los estados parlamentarios, los dos casan con la Gemeinschaft contra la Gesellschaft, la comunidad arcaica (aquella en la que un individuo es s¨®lo parte de un organismo) contra la sociedad moderna de los individuos singulares (y en cuanto tales, en libre relaci¨®n entre ellos), los dos se oponen al individualismo y son partidarios del organicismo social.
P. Usted est¨¢ diciendo que comunismo y nazismo se presentan como enemigos de la modernidad.
R. S¨ª, y Bellinazzi argumenta muy bien esta tesis. Cuando, por ejemplo, indaga en las relaciones entre los dos antagonistas Carl Schmit y Gy?rgy Lukacs, descubre que apoyan m¨¢s o menos las mismas ideas, porque tienen el mismo enemigo, la burgues¨ªa y las filosof¨ªas del mercado; los dos se oponen a la misma producci¨®n de la riqueza, ambos son reaccionarios.
P. ?Usted est¨¢ de acuerdo con las tesis de Bellinazzi?
R. El libro est¨¢ muy bien documentado desde el punto de vista hist¨®rico y filos¨®fico, y me ha llamado la atenci¨®n tambi¨¦n por cierta correspondencia de ideas. Siempre he mantenido que la historia del siglo XX se caracteriza por tres protagonistas: fascismo, comunismo y democracia (y no s¨®lo por los dos primeros). Tambi¨¦n he mantenido siempre que la victoria habr¨ªa correspondido a los dos de los tres que se hubieran aliado. La Segunda Guerra Mundial fue vencida por la alianza entre democracia y comunismo, que fue fatal para el nazismo. Esto es indudable, pero tambi¨¦n es verdad que esta alianza era una alianza de guerra, que se realiz¨® en el momento en que estaba estallando la guerra mundial. Y en efecto, en cuanto se derrot¨® al nazismo, comenz¨® la guerra fr¨ªa entre los dos vencedores, durante cincuenta a?os, una guerra que acab¨® sin necesidad de disparar, porque con Gorbachov los comunistas tiraron la toalla.
P. ?Por lo tanto, esa alianza no ten¨ªa ra¨ªces en una mayor afinidad o en una menor distancia entre comunismo y democracia? Porque, ver¨¢ usted, estamos, en cierto sentido, acostumbrados a pensar en el marxismo como una 'exageraci¨®n', pero de la parte opuesta a la del nazismo, como un exceso del 'racionalismo abstracto' m¨¢s que como un exceso del 'irracionalismo concreto'. En resumidas cuentas, error s¨ª, pero por parte de los ilustrados y m¨¢s all¨¢ de ellos.
R. ?sta es una de las ideas que los comunistas han cultivado para justificarse a s¨ª mismos, ha sido un intento de autolegitimaci¨®n.
P. Sin embargo, el nazismo se declaraba enemigo de las Luces, mientras que el comunismo se quiso continuador y 'superador'.
R. Esta valoraci¨®n est¨¢ destinada a cambiar. Nosotros, que hemos combatido el nazismo como aliados de los comunistas (y afortunadamente ha existido esta alianza, que ha determinado la victoria de la democracia), siempre hemos intentado legitimar y justificar en cierto modo a los comunistas. Era comprensible que intent¨¢ramos representarlo como un fen¨®meno progresivo y no regresivo. ?ramos aliados en una guerra mortal, ?entiende? Nos esforz¨¢bamos por ver los aspectos positivos, que despu¨¦s de la ca¨ªda del comunismo ya no vemos. Despu¨¦s de su derrota definitiva nos hemos visto obligados a revisar la idea que nos hab¨ªamos hecho del comunismo.
P. En 1989 usted hablaba de un c¨¦lebre art¨ªculo aparecido en Stampa, de 'utop¨ªa invertida'; ahora ¨¦sta se ha convertido en una 'utop¨ªa retr¨®grada'.
R. Acepto la expresi¨®n del t¨ªtulo del libro de Bellinazzi, utop¨ªa reaccionaria. En este dise?o ut¨®pico de transformaci¨®n radical de la sociedad est¨¢ impl¨ªcita una idea antiliberal, porque el liberalismo cree que la historia de la libertad es una historia de continuos pasos del bien al mal, de intentos logrados y fallidos. No hay un fin obligado en la sociedad perfecta. Liberalismo es igual a antiperfeccionismo, mientras que tanto el marxismo como el nazismo eran utop¨ªas perfeccionistas.
? La Repubblica
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.