Un tribunal condena a un agente libio por el atentado de Lockerbie 12 a?os despu¨¦s
La decisi¨®n del tribunal fue acogida con satisfacci¨®n por los familiares de las v¨ªctimas presentes en Camp Zeist, que consideran que la decisi¨®n judicial apunta directamente al l¨ªder libio Muammar Gaddafi. En la sentencia, de 82 p¨¢ginas, los jueces aceptan que Al Megrahi 'era miembro de la JSO (servicio secreto libio)' y aseguran que 'la concepci¨®n, la planificaci¨®n y la ejecuci¨®n del atentado son de origen libio'. En una primera reacci¨®n, el Gobierno de Tr¨ªpoli reclam¨® el levantamiento inmediato de las sanciones impuestas por la ONU en 1992, suspendidas temporalmente desde que Gaddafi accedi¨® a entregar a los acusados a la justicia escocesa, en 1999.
Considerados por el FBI entre los 10 fugitivos m¨¢s peligrosos del mundo, ambos acusados parec¨ªan ayer tranquilos y muy seguros hasta que el juez que presid¨ªa el tribunal, Lord Ranal Sutherland, pronunci¨® el veredicto. Pocos segundos despu¨¦s, tras o¨ªr las palabras que le dejaban en libertad inmediata, Fahima abandonaba la sala dando traspi¨¦s un poco confuso. Sin transmitir apenas expresi¨®n y envuelto en la t¨²nica blanca que los libios reservan para las grandes ocasiones, su compatriota Al Megrahi permaneci¨® en la sala flanqueado por los polic¨ªas escoceses para escuchar los a?os con los que iba a penar su acto.
EE UU quiere m¨¢s
En Washington, el presidente George Bush aplaudi¨® la condena a cadena perpetua, pero se?al¨® que EE UU quiere m¨¢s. 'El Gobierno de EE UU', dijo Bush, 'continuar¨¢ presionando para que Libia acepte su responsabilidad por este acto y compense a las familias de las v¨ªctimas'. Washington se opone a que Naciones Unidas levante de modo definitivo las sanciones econ¨®micas contra el pa¨ªs norteafricano.
El jefe de la diplomacia brit¨¢nica, Robin Cook, insisti¨® tambi¨¦n en que Libia debe 'cumplir en su totalidad las resoluciones del Consejo de Seguridad, aceptar su responsabilidad y pagar una compensaci¨®n a las familias'. De otro modo, afirm¨® Cook en una intervenci¨®n extraordinaria en la C¨¢mara de los Comunes, no se levantar¨¢n definitivamente las sanciones impuestas por la ONU.
La principal prueba que ha llevado a la condena de Al Megrahi, alto funcionario de los servicios secretos libios, fue la declaraci¨®n de Anthony Gauci, un ciudadano malt¨¦s en cuya tienda fueron adquiridas las ropas encontradas en la maleta que conten¨ªa el explosivo. Las pruebas contra el otro acusado, que fue trasladado a un lugar secreto hasta que se organice su retorno a Libia, no fueron en ning¨²n momento del juicio suficientemente contudentes. Entre otras cosas, no se pudo probar su presencia en el aeropuerto malt¨¦s de Luqa el 21 de diciembre de 1988. Seg¨²n los jueces del tribunal, ese d¨ªa, Al Megrahi, que al igual que el otro acusado estaba entonces empleado en el aeropuerto, factur¨® una maleta con destino a Estados Unidos en un vuelo que volaba primero a Francfort. Entre la ropa y en el interior de un radiocassete se encontraba la mortal carga.
Previsiblemente el condenado permanecer¨¢ entre rejas 20 a?os, el m¨ªnimo exigido por Lord Sutherland antes de que pueda considerarse alg¨²n tipo de puesta en libertad. Atendiendo a su edad, 48 a?os, y el hecho de que va a cumplir condena en un pa¨ªs extranjero (Reino Unido), el juez subray¨® que hab¨ªa hecho una sustancial rebaja. La defensa dispone ahora de dos semanas para apelar la sentencia ante el mismo tribunal que ha juzgado el caso.
La solemnidad del momento produjo tensiones entre los m¨¢s de 100 familiares de las v¨ªctimas que se hab¨ªan desplazado a Holanda. Jim Swire, que durante estos meses act¨²a como portavoz del grupo, cay¨® desmayado en la sala tras o¨ªr el veredicto. Al expresar improvisadamente los sentimientos de los dem¨¢s, Helen Hengelhardt, una neoyorquiina que llevaba prendida en el pecho la foto de su marido fallecido en el atentado, manifest¨® su satisfacci¨®n aunque asegur¨® que el caso no est¨¢ cerrado. 'Entramos ahora en una nueva fase en la que esperamos una mayor claridad sobre quien estuvo detr¨¢s del atentado', dijo. De forma paralela a este juicio, los familiares de las v¨ªctimas reclaman al Gobierno libio 700 millones de d¨®lares en da?os.
Por su parte un hermano del condenado calific¨® la sentencia de 'inexplicable'. 'Si Fahima es inocente, no entiendo porque mi hermano es culpable', dijo Mohammed Ali al Megrahi. Tras encomendarse a Dios, anunci¨® que la decisi¨®n va a ser apelada.
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