Antonio L¨®pez G¨®mez y la geograf¨ªa espa?ola
Dec¨ªa Manuel de Ter¨¢n, maestro de ge¨®grafos, que la geograf¨ªa es la ciencia de los paisajes amasados de tierra y cultura. Cuando acaba de morir uno de sus primeros disc¨ªpulos, Antonio L¨®pez G¨®mez, catedr¨¢tico em¨¦rito de Geograf¨ªa Humana de la Universidad Aut¨®noma de Madrid y acad¨¦mico de la Real de la Historia, es buena ocasi¨®n de rendir homenaje a la labor de reconocimiento y estudio de la diversidad paisaj¨ªstica de Espa?a llevada a cabo por la generaci¨®n de ge¨®grafos a la que perteneci¨®.
A los primeros directores del Instituto Juan Sebasti¨¢n Elcano del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, que L¨®pez G¨®mez acabar¨ªa dirigiendo, debemos los ge¨®grafos el que la geograf¨ªa de posguerra evitara la geopol¨ªtica, entonces, necesariamente autoritaria y propagand¨ªstica. En cierto modo, los fundadores del Consejo les hab¨ªan encomendado el dedicarse al estudio del 'suelo patrio y del imperio', movilizar, para los fines de la alta pol¨ªtica y, junto al del estudio del tesoro art¨ªstico, el del 'patrimonio f¨ªsico de la Naci¨®n'.
Muy distinto fue el trabajo en aquellas ¨¦pocas dif¨ªciles. El Elcano desarroll¨® una tarea de hondo significado cultural y territorial al reconocer los paisajes y los modos de vida espa?oles a trav¨¦s de una serie de monograf¨ªas regionales y comarcales. Fue entonces cuando se acumul¨® una parte importante del cr¨¦dito del que disfruta internacionalmente la geograf¨ªa espa?ola: la del trabajo de campo riguroso y la de la investigaci¨®n en geohistoria territorial. Ambas cosas han sido internacionalmente valoradas. Pero este trabajo tuvo adem¨¢s el m¨¦rito de 'crear acervo geogr¨¢fico espa?ol', como dijo el ge¨®grafo catal¨¢n Sol¨¦ i Sabar¨ªs, descripci¨®n razonada y explicativa de paisajes como diversidad fision¨®mica resultante de la combinaci¨®n de los factores f¨ªsicos y humanos.
Geograf¨ªa de andar y de ver, reclamaba Ter¨¢n, para lo que hac¨ªa falta educar la mirada. Nada menos que eso, a?ado yo. Prop¨®sito que no deja de recordar la decisi¨®n de Ortega: nadie nos pida que renunciemos a lo visible y a lo tangible en beneficio de un mundo de abstracciones. Sin im¨¢genes, sin lo que se ve y lo que se oye, no podemos valernos.
De la relaci¨®n de la geograf¨ªa con la historia y la antropolog¨ªa, madurada por Ter¨¢n a su paso por el Centro de Estudios Hist¨®ricos y por el Instituto-Escuela, nacen algunos de los mejores estudios geogr¨¢ficos de los paisajes rurales, que resultan de las sabias formas de ocupaci¨®n y de aprovechamiento de los muy distintos medios peninsulares e insulares por parte de las sociedades tradicionales y de sus transformaciones recientes. Hechos que se inscriben en el paisaje, dando lugar a mosaicos variados y ricos, que son soporte ambiental y patrimonio cultural y, hoy, objeto de pol¨ªticas para evitar su abandono.
Antonio L¨®pez G¨®mez tuvo un papel relevante en el estudio de los de las tierras valencianas. Catedr¨¢tico de la Universidad de Valencia entre 1955 y 1970, form¨® una s¨®lida y fruct¨ªfera escuela. Se ha dicho que hasta la llegada de L¨®pez G¨®mez a Valencia, era ¨¦sta, en t¨¦rminos de geograf¨ªa moderna, terra ignota. Sus estudios sobre los regad¨ªos y cultivos en las huertas levantinas constituyen aportaciones cl¨¢sicas. De casi devota ha sido calificada por uno de sus disc¨ªpulos m¨¢s se?alados la identificaci¨®n de este madrile?o con los medios rurales valencianos.
Esta predilecci¨®n, unida a su conocimiento y capacidad de innovaci¨®n en el estudio geogr¨¢fico del clima, le permitieron convertirse en un notable especialista de historia hidr¨¢ulica. Desde luego, de la prolongada y riqu¨ªsima historia hidr¨¢ulica de las tierras valencianas: sus libros de geohistoria hidr¨¢ulica valenciana, entre los que destaca Els embassaments valencians antics (1987), son obligada referencia. Pero no s¨®lo de ella. Se detuvo tambi¨¦n con gusto en los proyectos y realizaciones del reformismo hidr¨¢ulico ilustrado. Un aut¨¦ntico hervidero de ideas, predominando en el aspecto t¨¦cnico los logros pero tambi¨¦n fiascos y notorias desmesuras, como la fant¨¢stica idea de un canal de Guadarrama a Sevilla. El mal conocimiento geogr¨¢fico de Espa?a, pa¨ªs de aguas escasas y violentas, habr¨ªa retrasado la construcci¨®n de embalses hasta la segunda mitad del siglo XX.
No se reduce la producci¨®n geohist¨®rica de L¨®pez G¨®mez al estudio de las obras hidr¨¢ulicas, como tampoco se limitan sus estudios de geograf¨ªa regional a la regi¨®n valenciana. Hay que mencionar tambi¨¦n sus trabajos sobre el colectivismo agrario, evoluci¨®n del poblamiento y paisaje agrario, forestal y minero, cambios y transiciones paisaj¨ªsticos, cartograf¨ªa y planimetr¨ªa dieciochescas... Sin mencionar los estudios del clima de Madrid, desde los hist¨®ricos hasta los de m¨¢xima actualidad como los de la isla de calor que genera la continuidad del medio edificado.
Ser¨ªa pretensi¨®n vana, en unos p¨¢rrafos escritos bajo la honda impresi¨®n causada por la desaparici¨®n de Antonio L¨®pez G¨®mez, pretender evocar la muy variada y dilatada obra de este ge¨®grafo. Pero valgan estas palabras para llamar la atenci¨®n de lo fecunda que ha sido y sigue siendo para la geograf¨ªa y la historia la mutua frecuentaci¨®n, y para rendir homenaje a una figura de la geograf¨ªa que pertenece al conjunto de aquellos que en momentos m¨¢s dif¨ªciles allanaron el trabajoso camino del conocimiento geogr¨¢fico de la pluralidad y diversidad de Espa?a.
Josefina G¨®mez Mendoza es catedr¨¢tica de Geograf¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Madrid de la que ha sido rectora.
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