Clonaci¨®n humana
Un cient¨ªfico norteamericano y otro italiano acaban de presentar un proyecto para utilizar la clonaci¨®n como t¨¦cnica reproductiva para parejas con problemas de infertilidad. No es el primer anuncio en esa direcci¨®n: desde el momento en que se consigui¨® poner a punto el procedimiento que en 1996 condujo a la clonaci¨®n de la oveja Dolly, se debati¨® sobre la legitimidad de utilizarlo para la reproducci¨®n humana y hubo, incluso, quien se mostr¨® dispuesto a ponerse inmediatamente a la tarea, aunque sin mayores consecuencias pr¨¢cticas, que se sepa.
La clonaci¨®n es una t¨¦cnica que, en el contexto de la utilizaci¨®n de c¨¦lulas madre procedentes de embriones desechados o de individuos adultos, puede resultar b¨¢sica para desarrollar terapias de regeneraci¨®n de ¨®rganos o tejidos da?ados irreversiblemente. ?sta es la raz¨®n por la que se est¨¢ revisando la legislaci¨®n en los pa¨ªses europeos de forma que sea posible investigar en este tipo de soluciones m¨¦dicas sin permitir que se utilice la clonaci¨®n como m¨¦todo reproductivo.
Las razones son de peso y no hay motivo para revisarlas. No es que un hipot¨¦tico humano clonado a partir de la c¨¦lula adulta de otro ser humano deba tener menos consideraci¨®n, menos dignidad o menores cualidades que uno nacido normalmente; los gemelos id¨¦nticos son cl¨®nicos porque su dotaci¨®n gen¨¦tica es exactamente la misma, pero, a pesar de su enorme parecido, desarrollan personalidades aut¨®nomas y distintas y, desde luego, no por ser cl¨®nicos son menos personas. Pero los efectos negativos de introducir dicha t¨¦cnica, desde su poca fiabilidad actual hasta la eventualidad de que se utilice de forma perversa o caprichosa, superan de lejos los beneficios potenciales que pudiera presentar en casos de infertilidad. Por el momento, ni la ciencia m¨¦dica ni, mucho menos, el debate ¨¦tico en la sociedad han avanzado lo suficiente como para considerar seriamente la clonaci¨®n como t¨¦cnica reproductiva.
No sabemos lo que ocurrir¨¢ en el futuro, pero es m¨¢s prudente no abrir ahora una caja de Pandora cuyas consecuencias no podemos prever ni controlar. Anuncios como el mencionado no hacen sino enturbiar el debate, confundir el uso de la clonaci¨®n terap¨¦utica con el de la reproductiva y fortalecer la posici¨®n de quienes se oponen, por el uso de la clonaci¨®n en alguna de sus fases y tambi¨¦n por involucrar a embriones desechados, a un tipo de investigaciones que pueden deparar tratamientos de enorme trascendencia para la salud humana.
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