Ej¨¦rcito e inmigrantes
El pasado d¨ªa 6, en una entrevista concedida a EL PA?S, el almirante general Moreno Barber¨¢, reci¨¦n nombrado jefe del Estado Mayor de la Defensa, admiti¨® la posibilidad de que nuestras Fuerzas Armadas contratasen extranjeros para determinadas tareas. Durante el a?o 2000 hubo algunas declaraciones en este sentido, interpretables como globos sonda. Hace casi siete a?os, cuando nadie contaba con la supresi¨®n de la mili ni con la penuria de voluntariado ahora constatada, el que suscribe escribi¨® en un largo art¨ªculo en EL PA?S: 'A falta de gurkas, apunto la calidad guerrera de los cabile?os del Atlas'. Idea que modifico hoy, tras comprobar personalmente la informalidad laboral de varios bereberes en trabajos agr¨ªcolas. Preguntados, media docena, si les gustar¨ªa ser soldados respondieron que no y que s¨®lo les interesaba cobrar igual que los escasos payeses del Priorat. Sin embargo, curiosamente, todos sab¨ªan del desastre de Annual, contado por sus padres y abuelos. Por tales razones, sugiero la contrataci¨®n de europeos del Este, polacos en concreto, que buscan trabajo en Espa?a. Siempre fueron buenos soldados y, por ser eslavos, aprender¨ªan espa?ol en pocos meses, como comprobamos con los jugadores de f¨²tbol y baloncesto radicados aqu¨ª.
?Debe el ej¨¦rcito aceptar inmigrantes? Es una posibilidad que la supresi¨®n de la 'mili' obligatoria plantea
La probable necesidad de recurrir a inmigrantes -mercenarios m¨¢s que profesionales, del estilo de los legionarios de anta?o- se deriva del anticipado fin de la mili y de la ca¨ªda de aspirantes cualificados a ser soldados. Del parto de la profesionalizaci¨®n de las Fuerzas Armadas, improvisado e impuesto en 1996, naci¨® una criatura prematura para la que no hab¨ªa incubadora capaz de desarrollarla. Al igual que en tantas cosas de la vida esto pudo solucionarse aportando el dinero preciso. Pero los bajos presupuestos de Defensa, pr¨¢cticamente estancados entre 1986 y 1995 y ya con excesivo gasto en personal (el 60%), sentaron un p¨¦simo precedente para abordar una costosa reforma. Para mayor inri, el plan FAS 2000, bendecido por el PSOE y en ejecuci¨®n desde principio de la d¨¦cada de 1990, era un sistema mixto con 50.000 soldados profesionales y 80.000 de reemplazo. Algo parecido al tradicional y excelente sistema alem¨¢n con tres tipos de tropa, a¨²n en vigor a excepci¨®n de la reciente y limitada admisi¨®n de mujeres. Aqu¨ª, el terremoto empez¨® en 1996. Por exigencias macroecon¨®micas, los presupuestos militares del PP registraron incrementos, en 1997 y 1998, del 0,42% y el 3,15%, respectivamente. Casi como el IPC, pero con decrecimiento continuado, el porcentaje del PIB baj¨® a 0,95 para 2001 desde el 1,24 en 1996.
Por otra parte, la comisi¨®n Congreso-Senado ante la que comparec¨ª con opiniones alarmistas derivadas del magn¨ªfico estudio preparado por el ministerio como documento del trabajo, tard¨® cerca de tres a?os en un efectuar dictamen con vaguedades y sin concreciones econ¨®micas. Todo esto afrontando la sustituci¨®n apresurada de una tropa que a¨²n percibe 1.500 pesetas al mes por un voluntariado que recibe un promedio algo superior a las 100.000, adem¨¢s de promesas de car¨¢cter social, muchas de ellas pendientes de contar con dinero. Ante el ineludible pago de salarios, los presupuestos para 2000 y 2001 aumentaron 'espectacularmente' el 4,01% y el 4,5%, respectivamente. Simult¨¢neamente, se renueva gran parte de armamentos y medios, viejos o anticuados. Tal como est¨¢ el panorama, el problema no admite otra soluci¨®n que la reducci¨®n de soldados, que afectar¨¢, creo que gravemente, al Ej¨¦rcito de Tierra. Dentro del OFC (Objetivo de Fuerza Conjunto) vigente de 110.500 soldados, con 74.000 para Tierra, las previsiones contaban con tener 57.000 al concluir el a?o 2000, 10.000 m¨¢s en 2001 y los citados 74.000 en 2002. Con una fuerza de maniobra de casi 46.000 efectivos, el 85% de su plantilla org¨¢nica.
A las cortedades dinerarias se a?ade la imprevista disminuci¨®n de candidatos masculinos, mientras que aumentan los femeninos, que pronto llegar¨¢n al 25% del total. El a?o 2000 se cerr¨® con un d¨¦ficit de 6.000 efectivos, cifra que algunas fuentes incrementan tomando como base los no reenganchados. Por si fuera poco, tenemos el s¨ªndrome de los Balcanes, un misterio que los cient¨ªficos tardar¨¢n en aclarar. A ra¨ªz del viaje a Bosnia efectuado por la c¨²pula militar, se supo que al 55,6% de la tropa all¨ª situada no le preocupa el asunto, pero s¨ª el aumento salarial anunciado para julio. Sin embargo, est¨¢ por ver la reacci¨®n de los futuros aspirantes, de sus familias y de sus novias.
Francisco L. de Sep¨²lveda, general de Divisi¨®n en reserva y periodista.
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