Nuevo alarde de eficacia c¨®mica del astuto grupo dan¨¦s Dogma
Tornatore reincide en su f¨®rmula de cine hist¨®rico nost¨¢lgico
Lone Scherfig considera que Italiano para debutantes es 'el primer filme Dogma de la segunda generaci¨®n'. Es una cineasta de 30 a?os, que mira a los mundialmente famosos directores de Mifune, Los idiotas y Celebraci¨®n como a padres, ya que ella tiene a sus espaldas tan s¨®lo dos intentos de largometraje que no han escapado del cerco de la complicidad de los c¨ªrculos del Copenhague escondido y subterr¨¢neo, donde ella se mueve y mueve a sus anchas a los ocho int¨¦rpretes de los ocho hilos que tejen, sin dejar una hilacha suelta, el sagaz y divertido entramado de esta peque?a comedia cruel y oscura, casi negra, pero llena de inteligencia y de vitalidad contagiosa.
Esta min¨²scula producci¨®n arranc¨® ayer la m¨¢s un¨¢nime ovaci¨®n o¨ªda aqu¨ª hasta ahora, en buena parte porque Lone Scherfig usa hilo muy fino para la escritura de su relato y ¨¦ste alcanza resoluciones muy graciosas, que enganchan f¨¢cilmente al espectador. Las situaciones est¨¢n perfectamente construidas y su secuencia admirablemente esbozada y compuesta, lo que abre una v¨ªa firme para que la solvencia de los int¨¦rpretes se convierta en credibilidad de los personajes, que es lo que ocurre en el gran salto del folio a la pantalla, pese a algunos chirridos o torpezas o balbuceos de la c¨¢mara.
Da la impresi¨®n de que Lone Scherfig a¨²n no tiene claro que en una comedia la libertad de la c¨¢mara limita brutalmente con la libertad del int¨¦rprete, que es de mayor rango expresivo y formal. Y lo cierto es que, en algunas escenas, por suerte pocas, la direcci¨®n, la puesta en pantalla, el encuadre y sus juegos, atosigan y cercan a los int¨¦rpretes, y ¨¦stos han de defenderse de la opresi¨®n de su director. Pero por lo general esos ocho int¨¦rpretes se interrelacionan con tanta y tan ¨¢gil verdad que parecen estar inventando los vaivenes de la comedia mientras la hacen. Y van a ser estos fogosos actores y actrices quienes conviertan al nuevo filme nacido del antidogmatismo de Dogma en parte de la explosi¨®n provocada por sus antecesores: un esc¨¢ndalo para la l¨®gica de la producci¨®n de cine convencional y conservador, que no acaba de entender por qu¨¦ filmes tan baratos, y a veces tan desali?ados que tienen pinta de obras de aficionados, alcanzan con escasa o nula publicidad enormes audiencias sin fronteras de idioma.
Es m¨¢s que probable que el filme italiano Malena, una producci¨®n muy cara y exquisitamente cuidada, obtenga una rentabilidad proporcional a su inversi¨®n abrumadoramente menor que la que presagia esta chapuza minimalista danesa. Aunque, ciertamente, a este contrasentido puede contribuir la insistencia del director de Malena, Giuseppe Tornatore, en hacernos ver con argumentos diferentes siempre la misma pel¨ªcula. El c¨¦lebre director de Cinema Paradiso lleva 12 a?os sin salir de la ¨®rbita alrededor del mundo de ¨¦sta su m¨¢s bella obra, y su reiteraci¨®n formal comienza ya a ser fatigosa.
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