LA MEJOR 'MOVIDA' AFRICANA
La decadente y melanc¨®lica Lisboa no es s¨®lo la eterna patria del fado y la nostalgia. Es una ciudad cosmopolita y multirracial que centenares de j¨®venes negros, procedentes de las antiguas colonias portuguesas, han convertido en el primer puerto del continente africano en Europa. Los templos de la modernidad negra alternan el rap, el soul o el funk, en las discos m¨¢s vanguardistas, con las kizombas angole?as o las mornas y coladeiras de Cabo Verde, en las salas tradicionales. Un mundo pr¨¢cticamente desconocido para muchos de los espa?oles que frecuentemente visitan la ciudad.
La archiconocida revoluci¨®n de los claveles, iniciada con el golpe del 25 de abril de 1974, no s¨®lo devolvi¨® las libertades a Portugal, sino que provoc¨® el regreso de centenares de portugueses de sus antiguas colonias y el ¨¦xodo hacia el pa¨ªs vecino de miles de africanos que buscaban una vida mejor en la patria de sus antiguos colonizadores. Actualmente, la capital portuguesa cuenta con m¨¢s de 100.000 africanos, procedentes, en su mayor¨ªa, de Angola, Cabo Verde y Mozambique. De esta forma, la l¨¢nguida Lisboa fue convirti¨¦ndose progresivamente en un crisol de culturas y m¨²sicas del continente negro que sin duda han revitalizado una ciudad hasta entonces s¨®lo marcada por los peque?os garitos del barrio Alto y las tascas de fado de Alfama.
El escritor angole?o Jos¨¦ Eduardo Agualusa recuerda que, en la etapa colonial, Matongu¨º era un barrio de Kinshasa que se reprodujo posteriormente en Bruselas. 'Lugar de fiesta permanente, febril y un poco desvariado, con mucha m¨²sica y mucha cerveza', los colonos belgas observaban aquello con cierta curiosidad y alguna sorpresa. 'O¨ªan la risa de ?frica y ten¨ªan miedo', a?ade Agualusa, 'pero despu¨¦s, en 1960, lleg¨® la independencia y Matongu¨º creci¨® y se multiplic¨®. Los belgas salieron de Zaire y los zaire?os se fueron para B¨¦lgica. Hoy, uno de los muchos fragmentos de Matongu¨º se encuentra en pleno coraz¨®n de Bruselas'.
Algo as¨ª ha ocurrido en Lisboa, donde se cuece la mejor movida africana de toda Europa, a juicio de David Byrne, el ex cantante de los Talking Heads. Aqu¨ª, en la vieja Lisboa, uno de los primeros puertos de las civilizaciones hasta ahora conocidas, se han reproducido la m¨²sica, los cuerpos y las risas de Luanda, Maputo o Mindelo, la cuna de Ces¨¢ria ?vora.
Los j¨®venes africanos, muchos de ellos ya nacidos en Lisboa, han encontrado serias dificultades a lo largo de estos a?os para salir a flote. Sus padres tuvieron que soportar los peores trabajos y ellos mismos han tenido que sortear muchos obst¨¢culos para abandonar sus guetos.
Afortunadamente, todo eso va cambiando y los j¨®venes negros comienzan a implantar su cultura, su m¨²sica y su estilo de vida. De sus or¨ªgenes han surgido en Lisboa brillantes grupos de rap, soul o funky, como General D, Sara Tavares o los Black Out. Uno de los impulsores de la movida lisboeta y promotor de varios grupos, Hernani Miguel, explica que estos j¨®venes 'se han lanzado a hablar de lo que sienten, han perdido el miedo y la verg¨¹enza y se han convertido en los impulsores de una nueva movida'.
De los cinco locales africanos abiertos en la d¨¦cada de los setenta se ha pasado a m¨¢s de treinta en la actualidad. En Luanda o Mussulo, los templos de moda, pueden apreciarse las marcas de la movida negra: m¨²sica afro, latina o brasile?a, cuerpos ex¨®ticos, torsos desnudos, calor y color, modelitos ajustados, lentejuelas, brillos, peinados sorprendentes o plataformas gigantes.
El Mussulo tiene bien ganada la fama de ser 'la mejor discoteca negra en la noche de los domingos'. Su encargado no sabe c¨®mo surgi¨® este efecto. 'La gente', dice, 'se acostumbr¨® a venir por aqu¨ª los domingos, despu¨¦s de pasar por las docas . Llegaba todo tipo de p¨²blico y tambi¨¦n famosos: jugadores de f¨²tbol o gentes de la televisi¨®n. Y as¨ª llevamos varios a?os'.
Toda esta oleada comenz¨® con el ¨¦xito del antiguo Alc¨¢ntara Mar, donde las gog¨®s negras, con min¨²sculos biquinis y bailando encima de las barras, provocaban el delirio de los j¨®venes. Esa costumbre se traslad¨® tambi¨¦n, durante una temporada, al Kings and Queens, mezcl¨¢ndose de esta forma los locales de la nueva movida con los ritmos tradicionales.
De cualquier forma, estos templos no han frenado la solera de salas tradicionales como el Ritz Clube o el B-leza, que mantienen desde hace a?os un sabor inimitable. La entrada recuerda a algunos de los m¨¢s bellos y decadentes palacios de La Habana. Esta antigua sede de un club de f¨²tbol tiene como sellos caracter¨ªsticos m¨²sica en directo y baile apretado. En el m¨¢s puro estilo africano.
Fundada en los a?os setenta por el cantante Bana, el restaurante y discoteca caboverdiana En Clave fue la primera casa de m¨²sica africana que abri¨® sus puertas en Lisboa. Su actual propietario, el cantante Tito Paris, ha conseguido que el local mantenga su cl¨¢sico abolengo. All¨ª se respiran los aires de Cabo Verde, gente amable y nada de m¨²sica disco. Eso est¨¢ prohibido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.