Cantar por derecho

Ya era hora de que oy¨¦ramos a Montse Cort¨¦s cantar por derecho. Despu¨¦s de tanto tiempo coqueteando con moderneces no siempre asumibles, al fin se decide a volver al buen camino, al de la ortodoxia. Por levante, siguiriyas, soleares, buler¨ªas. Cuatro g¨¦neros suficientes para definir cabalmente los poderes de un/a cantaor/a, que Montse Cort¨¦s ha superado en esta ocasi¨®n con sobresaliente cum laude. Voz c¨¢lida, hermosa, tremendamente flamenca y una enorme capacidad de jondura.

Tambi¨¦n por derecho canta, siempre, Rancapino, pero unas veces lo hace m¨¢s bien y otras menos bien. Esta noche toc¨® el signo menos, y Rancapino se limit¨® a cumplir como pudo. Pero como es cantaor en estado de gracia con la afici¨®n, todo lo que haga ser¨¢ celebrado con entusiasmo.

Dieguito el Cigala, otro nombre para alegrarnos los corazones. Ha sentado la cabeza, esto es evidente, y est¨¢ cantando como ¨¦l sabe hacerlo. Tambi¨¦n por derecho, aunque ponga siempre acentos personales como la entrada por alegr¨ªas o sus formidables versiones de los varios estilos que hizo de la gama minero-levantina. Siempre tuvimos ah¨ª un gran cantaor, con frecuencia desperdiciado por avatares personales que ¨¦l sufri¨® m¨¢s que nadie.

Y Gerardo N¨²?ez en guitarra en concierto. M¨²sico cerebral, autor de composiciones complejas y de dif¨ªcil ejecuci¨®n. Pero ¨¦l es un maestro tambi¨¦n en ese menester, y sabe lograr de su instrumento sonidos de absoluta belleza, limpieza ejemplar y sin fallos.