Spike Lee vuelve al cine de lucha pol¨ªtica y hace su mejor pel¨ªcula
'Bamboozled' recupera la mirada rompedora del cineasta
Cuenta Bamboozled una historia divertida, y, al mismo tiempo, tierna y violenta. Un canal de la televisi¨®n estadounidense, en dificultades financieras, encarga a su m¨¢s brillante guionista que organice una serie que les saque de apuros. La misteriosa raz¨®n de la rentabilidad de las series y shows televisivos protagonizados por negros, y consumidos por blancos, es el modelo a que ha de atenerse. El guionista lleva estas instrucciones al extremo y mete en pantalla todas (algunas completamente inesperadas) las formas caseras que los blancos han tenido y tienen de servirse de im¨¢genes de negros reducidos a fetiches, a r¨¦plicas manejables con sabor a animal dom¨¦stico, a pasto de esa mu?equer¨ªa e imaginer¨ªa reaccionaria y cruel que la televisi¨®n negra para consumo de blancos ha convertido en un oculto y perturbador negocio racista. Lo que en la pantalla saca a relucir Spike Lee es dur¨ªsimo, demoledor, porque pone en estado de pura evidencia que las m¨¢s torcidas y virulentas formas de la burla, el desprecio y la represi¨®n al hombre negro siguen todav¨ªa circulando en las arterias y los entresijos de la imaginaci¨®n en la vida cotidiana estadounidense.
Las canas y algunos tropiezos que le ha acarreado su tendencia al autobombo y al exceso de seguridad en s¨ª mismo, han dado reposo, han calmado el anta?o nervioso, y con un punto de hist¨¦rico, estilo de Spike Lee, que buscaba meter en la secuencia de sus pel¨ªculas todos los tics y las t¨¦cnicas imaginables de trepidaci¨®n y de aceleraci¨®n del ritmo, y esto sin tacto y sin escr¨²pulos, cayendo por ello con frecuencia en la mentira visual, en el enga?o cinematogr¨¢fico, lo que da?¨® seriamente la credibilidad de su cine, ya que ¨¦ste hac¨ªa gruesas trampas mientras dec¨ªa que buscaba la verdad y trazaba falsariamente los caminos de la moral que conduce a ella.
Pero en una pel¨ªcula reciente, Get on the bus, filmada hace cuatro a?os, Lee seren¨® la mirada endureci¨¦ndola, lo que en su caso era y sigue siendo indicio de que por fin ha encontrado un engarce no meramente mec¨¢nico entre libertad y radicalidad. Lee comenzaba por fin a hacer lo que le daba la gana con todas las consecuencias, y esto correg¨ªa su habitual inclinaci¨®n a la arbitrariedad. En esa citada pel¨ªcula logr¨® el equilibrio y ¨¦ste es precisamente lo que da peso y capacidad de convicci¨®n a Bamboozled con que ha sido autor de uno de los escasos buenos sobresaltos de esta Berlinale.
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