La Plaza Nueva, el inconmensurable patio
En un art¨ªculo publicado en la prensa J. M. Barandiar¨¢n se muestra preocupado porque el Ayuntamiento de Bilbao ha decidido hacer cumplir la normativa referente a la instalaci¨®n de terrazas y veladores en la Plaza Nueva de Bilbao. Seg¨²n esas normas los hosteleros tienen permiso para instalar mesas y sillas durante nueve meses, pero hasta ahora hab¨ªan hecho caso omiso. ?Acaso es incorrecto que se haga cumplir la normativa?
A J. M. Barandiar¨¢n le parece raro que los vecinos de la plaza protesten, por ejemplo, porque en muchas ocasiones se supere el nivel de ruidos permitido e ironiza haciendo un absurdo s¨ªmil con los vecinos que viven en las cercan¨ªas del estadio de San Mam¨¦s. ?Es que cualquier ciudadano, habite donde habite, no tiene derecho a vivir 'en paz'?
Ser¨ªa el colmo que se negara un derecho tan elemental y, desde luego, resulta del todo incomprensible que una persona que al parecer es pedagogo abogue por algo as¨ª como 'mientras yo est¨¦ a gusto, que se fastidien los dem¨¢s'.
Adem¨¢s de ridiculizar a los vecinos de la plaza por, simplemente, hacer valer nuestros derechos, el articulista se permite llamarnos jauntxos, ya que, seg¨²n su opini¨®n, queremos convertir el asunto en un mero tema de patio de vecindad (por otra parte, no vendr¨¢ mal recordar que los soportales de la Plaza Nueva no son propiedad del Ayuntamiento, quien s¨®lo posee un derecho de servidumbre, en virtud del convenio firmado con los propietarios el 17 de mayo de 1821). La Plaza Nueva es de hecho el gran patio de todas las viviendas erigidas en la misma, pero es evidente que, al mismo tiempo, es el inconmensurable patio de infinitas actividades y actuaciones: Semana Grande, Carnavales, Santo Tom¨¢s, mercado-rastro de domingos y festivos, presentaciones, m¨ªtines, rifas... ?No parece l¨®gico que quienes all¨ª vivimos tratemos de que se compaginen los m¨²ltiples usos con el respeto al car¨¢cter de ser un monumento hist¨®rico-art¨ªstico y, al mismo tiempo, residencial?
Los vecinos de la Plaza Nueva no nos oponemos a las actividades que tradicionalmente se han venido realizando en la misma, tampoco nos oponemos a la instalaci¨®n de terrazas y veladores, pero exigimos que se habiliten los mecanismos reguladores necesarios para que se pueda alcanzar el adecuado equilibrio.
Para finalizar, ya que J. M. Barandiar¨¢n est¨¢ preocupado porque no puede elegir d¨®nde ubicar su ipurdi (sic), puntualizar algo que es obvio: en todo el espacio central de la plaza existen unas largas bancadas que posibilitan disfrutar agradablemente de la compa?¨ªa y el entorno.-
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