La fotograf¨ªa 'contamina' la feria
Los artistas manipulan las im¨¢genes, y las obras alcanzan hasta tres millones de pesetas
Las galer¨ªas del pabell¨®n 7 ofrecen en su mayor¨ªa alguna fotograf¨ªa, un fen¨®meno que ha ido creciendo en los ¨²ltimos a?os y que en esta edici¨®n ha llegado a completar la oferta art¨ªstica. El pabell¨®n 5, con los cl¨¢sicos modernos, conserva la memoria de las vanguardias hist¨®ricas, con varias piezas de los a?os veinte y treinta de Alexander Rodtschenko (retratos de Maiakowski), en la galer¨ªa Gmurzynska, de Colonia, y una pared de Man Ray, Duchamp, Molinier, Wols, Brassai y Dora Maar, en 1900-2000, de Par¨ªs.
El amplio pabell¨®n de la Comunidad de Madrid, con una selecci¨®n de los fondos de fotograf¨ªa de unos 30 autores espa?oles, recoge la historia reciente de los fot¨®grafos y el coleccionismo, un paso previo para encontrarse con otras piezas m¨¢s experimentales por las galer¨ªas. Helga de Alvear recordaba ayer que en la feria de Basilea de 1990 sent¨® mal que presentara a Vallhonrat y Fontcuberta al lado de los nombres que ya eran cl¨¢sicos. Hoy presenta en su pabell¨®n una variedad de propuestas fotogr¨¢ficas (Beuys, Moffatt, Thiel, H¨¹tte) desde la posici¨®n del artista.
Pep Benlloch, despu¨¦s de 19 a?os en la galer¨ªa especializada Visor, de Valencia, y ante piezas de Eul¨¤lia Valldosera, ?ngel Marcos, Gabriele Basilico y Joan Fontcuberta, cree que 'se ha perdido el miedo a la fotograf¨ªa' y los artistas espa?oles la utilizan como un soporte m¨¢s. 'En el extranjero, la imagen es la base de la formaci¨®n y despu¨¦s pas¨® con normalidad a las galer¨ªas. Aqu¨ª el fen¨®meno llega por mimetismo y en los ¨²ltimos tres o cuatro a?os se ha incorporado a la exhibici¨®n normal y con buenos precios. Los coleccionistas j¨®venes compran fotograf¨ªa. Es una inversi¨®n rentable y est¨¢n muy baratas'. Los precios van de las 75.000 a las 800.000 pesetas. Norberto Dotor (F¨²cares) tambi¨¦n recoge la contaminaci¨®n de la fotograf¨ªa en otros soportes, sobre todo la pintura. 'Una cosa es la moda y otra la necesidad de su utilizaci¨®n como medio expresivo'. En su pabell¨®n cuelgan la imagen pura de bibliotecas de Candida H?fer, la arquitectura de Vincenzo Castella y el contagio con la pintura en Elena Blasco. Luz Castillo, directora de Arte - Arte, de Buenos Aires, con un monogr¨¢fico pop latino de Marcos L¨®pez (hasta 450.000 pesetas), dice que la foto se ha tomado la revancha.
El visitante choca de forma inevitable con algunas series, como Sangre real, de Erwin Olaf, en Espacio M¨ªnimo, de Madrid, donde utiliza modelos de personajes hist¨®ricos con efectos de ordenador (1,4 millones cada una). 'Nos miran desde el m¨¢s all¨¢, con los estigmas de su muerte', dice Jos¨¦ Mart¨ªnez. 'La realizaci¨®n es impecable'. Una versi¨®n personal de ciudades (Nueva York, Par¨ªs, Almer¨ªa) sale de la c¨¢mara oscura de Ilan Wolff en el pabell¨®n de EL PA?S. En Cotthem, de Barcelona, El ¨¢rbol de la familia, del chino Zhang Huan, de 35 a?os, residente en Estados Unidos, refleja en su rostro los efectos de la revoluci¨®n cultural, con 8 retratos del blanco al negro, del d¨ªa a la noche, como met¨¢fora de la represi¨®n.
Una corriente m¨¢s art¨ªstica coloca la foto en el proceso de otros medios o comparten con pintura e instalaciones, como Cristina Iglesias, Txomin Badiola, los Rosado Garc¨¦s, Susy G¨®mez (1,5 millones), Juan Ugalde, Marta Mar¨ªa P¨¦rez Bravo, Chema Alvargonz¨¢lez, Laura Torrado, Mario-Jo Lafontaine (un tema de circo, copia ¨²nica, tres millones de pesetas) frente al trabajo de un Chema Madoz (premio nacional de Artes) o Andr¨¦s Serrano (2,5 millones). Hay galer¨ªas especializadas que adem¨¢s venden en Internet, como Bernhard Knaus (www.bernhardknaus-art.de) y Photology (www.photology.com). Pablo Genov¨¦s utiliza la fotograf¨ªa 'para reproducir pintura y realidad a trav¨¦s del ordenador, como si fuera un lienzo en blanco', mientras que el escultor Miquel Navarro hace sus primeras fotos 'para dar el realismo de otra manera'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.