2001, Bienal de Valencia
La autora defiende el encuentro cultural que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo mes de junio y afirma que 'ser¨¢ una Bienal de los Artistas, m¨¢s a¨²n que de las Artes'.
La cultura ha conocido durante las tres ¨²ltimas d¨¦cadas una extraordinaria expansi¨®n tem¨¢tica. A la consideraci¨®n tradicional de la cultura -denominada ahora en su redundancia cultura cultivada-, se han agregado los tres ¨¢mbitos que representan la cultura popular, la cultura de masa y la cultura cotidiana. Pero, de modo especial, la cultura ha comenzado a impregnar los espacios m¨¢s significativos de nuestra contemporaneidad. Ha alumbrado nuevos territorios culturales -cultura de la paz, cultura de la naturaleza, cultura del desarrollo, cultura cient¨ªfica, cultura de la empresa, etc.- con el prop¨®sito de dotarlos de sentido. Pues como ha escrito Vidal-Beneyto 'si los grandes problemas pendientes' -violencia generalizada, exclusi¨®n y fracturas sociales, desajustes cient¨ªficos, presi¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas, agresiones al medio ambiente, efectos perversos de la nueva globalizaci¨®n- son de orden social, econ¨®mico y t¨¦cnico, las soluciones tienen, cada vez m¨¢s, un decisivo componente cultural'. Con lo que, a la condici¨®n l¨²dica de la cultura, a su dimensi¨®n promotora de la creatividad, a su importancia econ¨®mica -hoy la econom¨ªa de lo inmaterial la configura como un sector econ¨®mico primordial- ha venido a sumarse la funci¨®n de ser productora de sentido, generadora de cohesi¨®n social.
La cultura es la determinaci¨®n de las grandes opciones que mejor convengan a la especificidad de cada comunidad
Desde esta consideraci¨®n, es inevitable que la cultura se convierta en el horizonte simb¨®lico de toda la comunidad. Que funcione, al mismo tiempo, como soporte y como expansi¨®n de toda identidad colectiva. Por ello, quienes asumen la responsabilidad de gobernar tienen tambi¨¦n la obligaci¨®n de tratar a la cultura como parte fundamental de su quehacer pol¨ªtico. Raz¨®n por la cual, decidir democr¨¢ticamente, a trav¨¦s del programa electoral del partido o de la coalici¨®n ganadora, la pol¨ªtica cultural de un pa¨ªs -entendida como la asignaci¨®n de unos medios a la consecuci¨®n de unos fines, mediante la realizaci¨®n de una serie de acciones- no es s¨®lo una facultad p¨²blica es, sobre todo, un deber pol¨ªtico. La cultura, y as¨ª lo resalt¨® el presidente Eduardo Zaplana en la presentaci¨®n de su programa pol¨ªtico, es esencialmente la determinaci¨®n de las grandes opciones y finalidades que mejor convengan a la especificidad ecocultural de cada comunidad implicada.
Las relaciones entre cultura y pol¨ªtica as¨ª concebidas son las que fundan y explican la exigente ambici¨®n de la apuesta valenciana por la cultura. Apuesta que, sin olvidar la complejidad a la que se refiere E. Mor¨ªn, ha elegido como eje central las Artes, comenzando por aquella que, en una perspectiva urbana, es de m¨¢s inmediata percepci¨®n: el topos art¨ªstico. A ese respecto, el esfuerzo arquitect¨®nico-art¨ªstico de Valencia, como ciudad y como comunidad, ha sido muy notable. Cito sin ¨¢nimo exhaustivo la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el Museo del Siglo XIX, el Espai d'Art Contemporani de Castell¨®, el Museo de la Ilustraci¨®n, la Lonja de Alicante, las Atarazanas y tantos otros espacios singulares.
Esta vigorosa renovaci¨®n de la infraestructura ha ido acompa?ada de una en¨¦rgica voluntad de dinamizaci¨®n cultural. Una idea de ello la dan las 690 exposiciones celebradas en cinco a?os. De ellas, m¨¢s de un tercio han sido contempladas en las principales capitales de la cultura actual -Buenos Aires, M¨¦xico DF, S?o Paulo, Nueva York, Roma, Florencia, Damasco, Jerusalen, etc.-, ciudades todas ellas situadas en las ¨¢reas que responden a las l¨ªneas permanentes de la acci¨®n pol¨ªtica de Espa?a en el exterior: el Mediterr¨¢neo y Am¨¦rica Latina.
La vasta movilizaci¨®n que encarna este conjunto de actuaciones tuvo el pasado a?o su punto culminante en el Encuentro Mundial de las Artes. All¨ª participaron m¨¢s de 300 artistas para debatir la funci¨®n capital que el arte y la creaci¨®n cumplen en la sociedad contempor¨¢nea. El Encuentro tuvo su colof¨®n con la entrega del premio del mismo nombre a Luciano Berio, por la significaci¨®n del conjunto de su obra y de su vida.
Ahora, la presentaci¨®n de la Bienal de Valencia, cuya primera edici¨®n tendr¨¢ lugar este a?o, viene a completar nuestro compromiso con la cultura. Su piedra angular es el paradigma hoy dominante de la comunicaci¨®n, aplicado en nuestro caso a las Artes. El proceso de intracomunicaci¨®n al que son sometidas se traduce en la cancelaci¨®n de sus fronteras, en la radical interpenetraci¨®n de sus modos y materias, en la transversalidad de sus pr¨¢cticas y en la inexpugnable interrelaci¨®n de sus sectores y dominios. Pero ¨¦sta ser¨¢ una Bienal de los Artistas, m¨¢s a¨²n que de las Artes. Queremos que los protagonistas sean los ciudadanos y ciudadanas de la Comunidad Valenciana y, a trav¨¦s de ellos, del resto de Espa?a y del mundo.
Ser¨¢n siete las propuestas, situadas en otros tantos espacios emblem¨¢ticos, las que conformar¨¢n un sutil entramado de rupturas y descubrimientos.
El director de la Bienal, Luigi Settembrini, merece tratamiento aparte dentro del movimiento europeo. Su extraordinaria experiencia, su trayectoria como creador en los m¨¢s diversos campos tanto art¨ªsticos como t¨¦cnicos, hacen de su personalidad el vector id¨®neo para conformar e impulsar nuestro proyecto. Impulso que tiene, en los siete comisarios y en sus respectivas intervenciones, la verdadera l¨ªnea fuerza de la Bienal.
As¨ª, Achille Bonito Oliva presenta en el espacio del Carmen, sede del IVAM/Museo del Siglo XIX, junto a Peter Greenaway, una muestra colectiva de 100 artistas internacionales a partir de la confluencia entre diferentes lenguajes expresivos. Las trayectorias de ambos comisarios son tan densas como internacionalmente reconocidas. La solvencia como cr¨ªtico, comisario e historiador del arte de Achille Bonito, junto al asentado prestigio en medios esc¨¦nicos, art¨ªsticos y cinematogr¨¢ficos que caracteriza a Peter Greenaway, adelantan la prometedora realidad que contiene la propuesta Cuerpo y pecado; el arte es la virtud de la comunicaci¨®n.
La navaja en el ojo es el t¨ªtulo de la iniciativa que Lida Castelli, vinculada por igual al mundo de las exposiciones, el videomontaje, la publicidad, el dise?o o la moda, escenifica en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Esta aportaci¨®n, en la que se combinan el dise?o actual con las propuestas esc¨¦nicas m¨¢s innovadoras, tendr¨¢ como int¨¦rpretes a La Fura dels Baus. Emir Kusturica, cineasta at¨ªpico y creativo, transgresor de adscripciones y fronteras, oscilando entre la po¨¦tica de un mundo mestizo y los fen¨®menos de la globalizaci¨®n, es el responsable de Los cuatro jinetes, que se ofrecer¨¢ en el Almud¨ªn. L¨ªneas de fuga, po¨¦ticas de la perplejidad es el enunciado bajo el que los los artistas valencianos de ¨²ltima generaci¨®n encuentran su expresi¨®n en el seno de la Bienal. David P¨¦rez, profesor, escritor y gran conocedor del panorama creativo de esta Comunidad, ha sabido formular un nuevo eje de la novedad valenciana.
Cristiana Perrella, con El esp¨ªritu de la palabra, nos invita a comprobar c¨®mo La Gallera deviene un observatorio. All¨ª la imagen pasa a ser moduladora del pulso, entre po¨¦tico y fugaz, de una realidad cotidiana, inmediata y vers¨¢til. Las noches del bien y del mal, bajo la direcci¨®n de Shiro Takatani, es un desaf¨ªo de la Bienal a favor de las intervenciones multidisciplinares, que, en los Tinglados del puerto, nos llevar¨¢ m¨¢s all¨¢ de las seguridades de una realidad falsamente sosegada. Por ¨²ltimo, Robert Wilson, personal exponente del teatro experimental contempor¨¢neo y renovador a perpetuidad de las artes esc¨¦nicas, nos invita a participar en las Atarazanas del incitante espect¨¢culo Russian madness.
Valencia, gracias a su Bienal, ser¨¢ en 2001 el lugar en el que resonar¨¢ alto y fuerte el valor de la cultura como est¨ªmulo creador, y el papel de las Artes como argamasa comunitaria y factor de armon¨ªa social, con su inexcusable condici¨®n de fuerza de modernizaci¨®n y de progreso.
Consuelo C¨ªscar Casab¨¢n es subsecretaria de Promoci¨®n Cultural de la Comunidad Valenciana.
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